La tecnología transformará el sector energético e impulsará la entrada de nuevos competidores

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El 97% de los ejecutivos del sector eléctrico y de energía espera que para 2020 el mercado se haya transformado de forma importante. En ese proceso, la tecnología jugará un papel muy destacado.

La XIV Encuesta Mundial de Sector Eléctrico y de Energía, elaborada por PwC, indica que el efecto de la tecnología ya se está notando en los hábitos de consumo de los clientes. “En menos de dos años, por ejemplo, se han multiplicado el número de coches eléctricos en EE.UU o, cada vez es más habitual la adquisición, por parte de los clientes en muchos países, de nuevos electrodomésticos o termostatos inteligentes para sus hogares. A todo ello, hay que añadir que en la actualidad, gran parte de la innovación del sector la están liderando actores que, en muchos casos, se encuentran fuera de la industria”.

En este sentido, los encuestados también creen que el incremento de la competencia que vivirá la industria en los próximos años (así lo afirma el 78% de los ejecutivos) procederá, en gran medida, del sector tecnológico e ingeniería eléctrica (75%) y de las telecomunicaciones (71%). Ante esta situación, las empresas del sector deberán abrirse a otras industrias y establecer acuerdos de colaboración con esos nuevos actores.

Todo ello está configurando nuevos modelos de negocio para las compañías energéticas, los cuales cambiarán su foco operativo. “Se incrementará de manera exponencial todo aquello relacionado con el desarrollo de infraestructuras de smart cities, smart homes y smart communities, del 14% que ahora les otorgan mucha importancia, a un 62% en 2030”. Avances similares se anticipan para otras áreas del sector como los sistemas e infraestructuras de energías locales (del 11% al 55% en 2030), vehículos y transporte eléctrico (del 11% al 51% en 2030), generación distribuida propia (del 8% al 48% en 2030), soporte a la generación distribuida de terceros (del 5% al 41% en 2030) o soluciones de energía no conectados a la red (del 3% al 37% en 2030).

Los directivos de la industria tienen muy claros los principales riesgos derivados de esta situación de cambio. Sobre todo, se muestran preocupados por la incertidumbre que puede provocar los cambios regulatorios que afectan a la industria y por las dificultades que se encuentran a la hora de atraer inversión. Además de estos riesgos tradicionales, identifican otros que ganarán peso en 2020: la sofisticación de los ciberataques (75%); la disponibilidad de combustibles y el riesgo de precio y suministro (77%); las interrupciones de suministro (74%); y el incremento de emisiones y polución (75%).

Redacción