La industria española se adapta tecnológicamente a las nuevas necesidades del entorno competitivo

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La reducción del coste energético, la inversión en I+D+i y el marco regulatorio son los principales desafíos para la industria española, según un estudio de KPMG.

La industria española es consciente de que tiene que transformarse digital y tecnológicamente para estar a la altura que les exige el nuevo entorno competitivo. Ésta es una de las principales conclusiones recogidas en el informe elaborado por KPMG “El camino hacia la reindustrialización; el reto de forjar una industria competitiva”, realizado a partir de una encuesta a más de cien directivos de diversos sectores industriales en España. De hecho, prueba de ello es que nueve de cada diez encuestados aseguran que sus respectivas empresas ya están tomando medidas para adecuarse tecnológicamente a las nuevas necesidades.

Precisamente, estas nuevas necesidades pasan por impulsar la competitividad industrial en nuestro país, para lo cual el estudio identifica una serie de retos a los que deben hacer frente las compañías del sector. En primer lugar, el 61% de los encuestados apunta a la reducción del coste energético como uno de esos desafíos. El informe enumera tres vías para conseguirlo: el incremento de la eficiencia energética, una asignatura pendiente en muchas pymes; la optimización de los patrones de consumo en base al nuevo panorama regulatorio; y el abaratamiento de la energía, incrementando las interconexiones con Europa y eliminando el peso de las cargas reguladas sobre la electricidad que no tienen que ver directamente con el suministro eléctrico.

Como segundo desafío para el desarrollo de la actividad industrial, el 55% de los encuestados apunta a la inversión en I+D+i. El estudio pone de manifiesto la necesidad de distinguir entre dos niveles de innovación en España: la que se genera en la universidad y los centros tecnológicos, con una posición muy competitiva respecto a países como China, Estados Unidos o Canadá; y la que se crea en las empresas, que no es tan competitiva en España porque las compañías perciben que el soporte financiero existente es insuficiente. El documento concluye que el reto fundamental se basa en acortar la distancia existente entre los dos ámbitos; y destaca que para impulsar definitivamente la reindustrialización es necesario implementar medidas concretas que apoyen la investigación aplicada, como ya sucede en Alemania, donde se impulsan iniciativas para hacerlas llegar a las empresas con el menor coste posible.

Según Manuel Parra, socio responsable de Industria de KPMG en España, afirma que “se están dando los primeros pasos para afrontar estos retos”; pero, en su opinión, “es necesario seguir avanzando para aprovechar las oportunidades únicas que brindan la tecnología y la situación económica global”. El objetivo, afirma Parra, ha de ser “aprovechar el momento de recuperación para conseguir un tejido industrial más innovador y competitivo, capaz de llevar a cabo actividades con alta tecnología y de alto valor añadido”.

Por último y en esa línea, el 59% de los directivos del ámbito industrial confía en que sus respectivos sectores evolucionarán positivamente en los próximos doce meses. El que más optimista se muestra en este sentido es el de automoción (81%), seguido de consumo (62%) y química (57%).

 

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