El acceso universal a Internet podría sacar de la pobreza a 500 millones de personas

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Según un informe de PwC, el coste, la cobertura y la velocidad de las infraestructuras son las principales barreras para que el conjunto de la población mundial pueda acceder a Internet.

La consultora estratégica de PwC, Strategy&, ha elaborado el estudio “Connecting the World”, según el cual el acceso universal a Internet podría sacar al 7% de la población mundial –unos 500 millones de personas– de la de pobreza extrema e inyectar 6,7 billones de dólares al PIB global. Por ejemplo, en China y en India esto supondría un incremento adicional del PIB conjunto de ambos estados de más de dos billones de dólares. El informe, elaborado para Facebook como apoyo a su iniciativa Internet.org para impulsar la penetración de la red en los países en vías de desarrollo, analiza el impacto que el acceso universal a Internet tendría para la transformación de esos países y destaca los aspectos clave para poder lograrlo a partir de un análisis econométrico de 120 países.

Y es que, a pesar del actual entorno de digitalización, el crecimiento de Internet en el mundo se está ralentizando y todavía un 56% del planeta –unos 4.100 millones de personas– no está conectado. Es más, el número de nuevos usuarios con conexión, la mayoría en países en vías de desarrollo, ha descendido en los últimos años y, desde 2013, crece a un solo dígito. No en vano, el estudio revela que, en la actualidad, en esos países hay dos personas conectadas a Internet por cada una que existe en los países desarrollados. Esta proporción podría crecer hasta ser de cinco a uno, si consiguiéramos el acceso universal a Internet, y habría otros beneficios. Por ejemplo, una mejora social y económica para más de 4.000 millones de personas, así como un mercado de 400.000 millones de dólares para las operadoras de telecomunicaciones y de 200.000 millones de dólares para los proveedores de contenido.

A pesar de los grandes beneficios y oportunidades que proporciona Internet, la expansión de la conexión universal está siendo lenta. Algunas de las principales barreras son el coste de la cobertura, la velocidad y capacidad de las infraestructuras y la necesidad de invertir en la construcción de nuevas infraestructuras donde todavía no existen. El estudio revela que los precios de Internet para el consumidor final deberían caer un 70% para hacerlo accesible al 80% de la población mundial. 

Por último, el documento enumera algunas iniciativas interesantes en ese sentido. Por ejemplo, sustituir las actuales redes 2G por 3G y/o 4G reduciría entre un 60 y 70% el coste que para los operadores de telecomunicaciones tiene servir un megabyte (MB). Esto podría proporcionar acceso a la red a más de 2.000 millones de personas. Por otro lado, proveer contenidos a través de redes locales de alta velocidad haría Internet asequible a otros 300 millones de personas. Asimismo, si los gobiernos ofreciesen contenidos centrado en educación, servicios sociales y oportunidades de negocio, podrían atraer a otros 200 millones de nuevos usuarios online.

En cualquier caso, para que Internet llegue a los sitios más remotos y a los habitantes más pobres del mundo, se requerirán tecnologías innovadoras y disruptivas, y será necesario encontrar nuevos enfoques de conectividad si se quiere aprovechar el poder de la red para alcanzar el desarrollo y la reducción de la pobreza.

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