La productividad de las fábricas inteligentes crecerá un 27% en el próximo lustro

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En los últimos cinco años, el 56% de las empresas consultadas ha invertido cien millones de dólares o más en el desarrollo de fábricas inteligentes y un 20% ha realizado inversiones de, al menos, 500 millones de dólares.

La consultora Capgemini ha dado a conocer las conclusiones de su informe Smart Factories, según las cuales las empresas industriales estiman que, gracias a sus inversiones en digitalización, la productividad de sus plantas crecerá un 27% en los próximos cinco años, lo que representaría una aportación de 500.000 millones de dólares a la economía mundial.

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En concreto, la fábrica inteligente hace uso de diferentes tecnologías digitales, como el Internet de las Cosas, la analítica de macrodatos, la inteligencia artificial y la robótica avanzada, con el objetivo de aumentar su productividad, eficiencia y flexibilidad. Entre sus procesos más destacables, estos entornos usan robots colaborativos, incorporan componentes de realidad aumentada y utilizan tecnologías que envían avisos de alerta cuando necesitan mantenimiento. Según el estudio de Capgemini, las empresas consultadas estiman que, para finales de 2022, el 21% de sus plantas serán inteligentes. Muy probablemente, los sectores que lideren esta transición serán el aeroespacial, la defensa, la producción industrial y la automoción.

El informe también establece que, gracias a la mejora de la productividad y a una mayor flexibilidad, las fábricas inteligentes experimentarán una reducción significativa de sus costes de explotación. Por ejemplo, según sus estimaciones, un fabricante tipo de automóviles podría mejorar hasta un 40% su margen operativo gracias a la reducción de los gastos logísticos y de materiales, el aumento de la eficiencia de los equipos y la mejora de la calidad productiva. Asimismo, el estudio señala que la mayoría de las empresas consultadas ya están acometiendo la digitalización de sus plantas en diferentes grados de implementación; y sólo el 16% afirma que no ha puesto en marcha ninguna iniciativa de digitalización o que no tiene planes en un futuro próximo para transformar sus plantas en fábricas inteligentes.

En este contexto, la mitad de las compañías consultadas de Estados Unidos, Francia, Alemania y Reino Unido ya trabajan con fábricas inteligentes, frente al 28% de la India o el 25% de China. Se observa también una clara diferencia entre sectores: dos tercios de las organizaciones dedicadas a la producción industrial y del sector aeroespacial y de defensa tienen en marcha iniciativas de fábricas inteligentes, mientras que poco más de un tercio de las inscritas en ciencias de la salud y biotecnología está empleando tecnología digital y abriendo su negocio a la innovación industrial.

Por otro lado, el estudio revela que las inversiones en fábricas inteligentes se están multiplicando. De hecho, en los últimos cinco años, más de la mitad (56%) de las empresas consultadas ha invertido cien millones de dólares o más en el desarrollo de fábricas inteligentes y un 20% ha realizado inversiones de, al menos, 500 millones de dólares. Sin embargo, sólo una pequeña proporción de las compañías estudiadas (6%) se encuentra en un grado avanzado de digitalización de la producción y, en la misma línea, sólo el 14% considera sentirse “satisfecha” con el éxito alcanzado.

Actualmente, la proyección más conservadora de las empresas es que el 21% de sus plantas serán inteligentes a finales de 2022. Al tiempo que aumenten las iniciativas de transformación digital de las fábricas y crezcan los beneficios, también se espera un aumento de las inversiones en digitalización. Por su parte, la estimación más optimista señala que más de la mitad (60%) de las fábricas podrían ser inteligentes a finales de 2022 y que el aumento de la productividad aportaría hasta 1,5 billones de dólares a la economía mundial.

Por último, el estudio confirma que el cambio a la fábrica inteligente supondrá la reducción de los costes laborales directos. No en vano, las organizaciones prevén que éstos se reduzcan un 25% en los próximos cinco años. Si bien el pronóstico a corto plazo es pesimista para los puestos de trabajo no cualificado con salarios más bajos, muchas reconocen la gran importancia de la especialización y están actuando en consonancia: más de la mitad (54%) está proporcionado formación en competencias digitales a sus empleados y un 44% está invirtiendo en talento externo para cubrir el gap.