Brexit: cuál es el impacto para el Reino Unido

  • Opinión

Alejandro Perez

El Brexit no deja de ser una concesión de Cameron al UKIP (U.K. Independence Party) y dar cierto confort a la parte conservadora del partido, pero es una apuesta controlada, a mi juicio.

El Reino Unido quiere mantener sus prerrogativas frente a la UE y una forma de negociarlas y obtener un buen trato es este referéndum que, aunque salga a favor de una salida, ésta no sería inmediata, sino que estaría sujeta a un proceso de negociación que duraría nada menos que 2 años y, cuyos términos, darían qué pensar y seguramente retrocedería el deseo fervoroso que se ha impuesto debido a que UK no está tan bien económicamente como se pudiera llegar a pensar.

Solo hay que ver los datos de comercio exterior de UK. Fuente: “UK Trade: February 2016”, Statistical Bulletin, ONS (08.03.16)

La Unión Europea es el principal suministrador del país y el principal cliente. En 2015 fue el origen del 54,27% de las importaciones y absorbió el 47,04% de sus exportaciones.

En 2015, el principal socio comercial de Reino Unido en la UE ha sido Alemania, origen del 15,10% de las importaciones y destino del 10,71% de las exportaciones británicas con porcentajes similares en igual período de 2014.

Fuera de la UE, China es el segundo país suministrador, con un 9,21% de las importaciones británicas, seguida de por EEUU, Países Bajos, Francia, Benelux, Italia, España (que ocupa el puesto núm., octavo como proveedor de las importaciones británicas en 2015) y Noruega.

Como principales países clientes en 2015 tras EEUU (16,63% sobre el total), figuran Alemania, Francia, Países Bajos, República de Irlanda, China, Benelux, España (que ocupa el puesto número octavo como cliente de las exportaciones británicas), Italia y Suiza.

La balanza comercio de Reino Unido es negativa desde 1998 debido principalmente a un incremento en la demanda de bienes de consumo, el declive de sus manufacturas, apreciación de la libra esterlina y un deterioro en la producción de petróleo y gas del Mar del Norte.

La apreciación de la divisa británica frente al euro (que por un lado, abarata las compras de petróleo y derivado, que cotizan en dólares, y por otro, encarece las ventas británicas al exterior de bienes y servicios) supone que con el resto de países de la UE y zona euro la balanza comercial británica es negativa y creciente. A la espera de un mayor dinamismo del resto de las economías europeas, Reino Unido ha diversificado sus exportaciones hacia terceros países.

Así que el Brexit tiene un componente muy económico y busca un marco de negociación que favorezca al Reino Unido que solo puede venir bajo la amenaza de una salida que todos sabemos que no les beneficia. En fin, por algo se habla de la “baraja inglesa”.

Alejandro Pérez Lucia, consultor financiero en Gesurbe Project
 

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