Los usuarios, preocupados por la privacidad, pero no dispuestos a cambiar de hábitos

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Los usuarios se muestran preocupados por la seguridad, según se desprende de un estudio realizado por el Instituto Ponemon en colaboración con Trend Micro, si bien no parecen dispuestos a cambiar sus hábitos con el fin de preservarla.

Las percepciones y los hábitos de los usuarios en lo que a seguridad y privacidad se refiere es el centro de un estudio global, Privacidad y seguridad en la vida conectada: análisis de los consumidores de Estados Unidos, Europa y Japón, publicado por Trend Micro y el Instituto Ponemon, en el que han realizado más de 1.900 entrevistas en países tales como Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Japón, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, Rusia, Eslovenia, España, Suecia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos.

Entre las principales conclusiones del informe destaca que el 47% de los encuestados se ha vuelto más receptivo y se preocupa más por la privacidad y la seguridad de su información personal en los últimos cinco años, y una ligera mayoría de los usuarios (44%) cree que los beneficios de Internet de las Cosas (IoT), tales como la interconexión de dispositivos wearables e inteligentes, son mayores que los problemas de privacidad.

Además, el 75% cree que tienen muy poco control sobre su información personal. Es más, el 80% de los participantes está muy preocupados por la seguridad de sus datos personales al utilizar dispositivos inteligentes, mientras que el 74% se preocupa cuando accede a las redes sociales. Sin embargo, un porcentaje mucho menor (54% y 52%) se preocupa por su privacidad.

Por otra parte, el 61% de los encuestados entiende que los datos personales son información valiosa porque ayuda a las empresas comercializar y vender productos, y el 56% de los encuestados dice que estaría dispuesto a proporcionar sus datos personales a empresas de confianza si reciben algún tipo de compensación. De media, los encuestados aceptarían 76 dólares por sus contraseñas y 60 dólares por la información relacionada con la salud.

Es más, aunque hay diferencias por zonas y es un datos que varía mucho, otros datos a los que los usuarios pondrían precio son los de pago (36 dólares), historial de crédito (29 dólares), o hábitos de compra (20 dólares), entre los más caros, mientras que entre los más baratos encontramos el género (2,90 dólares), nombre (3,90 dólares) o número de teléfono (5,90 dólares).

Tal y como indica Raimund Genes, CTO de Trend Micro, “la mayoría de los usuarios que se identifican como sensibles a la privacidad, no va a cambiar su comportamiento o sus prácticas a la hora de intercambiar información, incluso si son víctimas de una brecha de datos. Esto podría atribuirse a una sensación de impotencia o a una falta general de concienciación. Es evidente que se necesita más atención para proteger la privacidad y seguridad de manera personal. Afortunadamente, hay una gran variedad de recursos disponibles para ayudar a las personas a aprender cómo protegerse a sí mismos”.

Por su parte, Larry Ponemon, presidente y fundador de Ponemon Institute, explica que pese a ver la privacidad como un derecho de la persona, “nos encontramos con la sorpresa de que la mayoría de los consumidores estaría dispuesto a proporcionar a las empresas información del tipo: género, nombre, hábitos de compra e incluso de su estado de salud y registro de contraseñas, si recibieran una compensación a cambio. Cuando se diera pie y si se indicara, incluso serían capaces de poner un precio a su información personal, con una compensación que varía entre los 2,90 y los 75,80 dólares”.

Redacción