Diez consejos para que tu videoconsola no sea un riesgo para tu ciberseguridad

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Las videoconsolas pueden ser el origen de un ataque informático, aunque casi un 60% de los usuarios lo desconoce y, más aún, el 73,1% aseguran no saber que la configuración de su videoconsola debe ser actualizada. Ante esta situación, S2 Grupo ha preparado un decálogo con consejos útiles que evitarán sustos a los jugadores.

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Las videoconsolas pueden ser la puerta de entrada de un ciberataque, pero al parecer es un hecho un 57,8% de los usuarios lo desconoce, según un estudio de S2 Grupo

Dada la situación de desconocimiento, la firma ha preparado un decálogo en el que ofrece una serie de recomendaciones para evitar ser víctimas de los delincuentes.

1. Tener un ordenador protegido no garantiza que los datos del jugador estén seguros.
2. No reutilizar contraseñas utilizadas en juegos online, ya que si la contraseña se ve comprometida, el atacante tendrá acceso a otros servicios.
3. No desactivar las restricciones impuestas por el fabricante de un videojuego, consola u otro dispositivo, ya que elimina también sus medidas de protección.
4. Es necesario proteger cada dispositivo desde el que se tiene acceso a juegos online.
5. Hay que desconfiar de todas las notificaciones recibidas donde se nos inste a introducir nuestro usuario y contraseña.
6. Los juegos descargados de sitios no oficiales son un peligro para la seguridad del jugador. Es mejor descargarlos de fuentes oficiales.
7. Para garantizar la transparencia y la seguridad del jugador, solo se recomienda realizar apuestas en los operadores con el sello “juego seguro”.
8. Es muy recomendable tener instalado, tanto en los ordenadores como en los dispositivos móviles un buen antivirus.
9. Es recomendable no introducir el número de tarjeta de crédito si no es estrictamente necesario.
10. La concienciación en seguridad es muy importante porque todos somos posibles víctimas de un ciberataque.

Y recuerda que, como ocurre con cualquier otro dispositivo con conectividad, es siempre importante ajustar la configuración de privacidad de los dispositivos, actualizar periódicamente su configuración (tanto el software como el firmware), utilizar contraseñas robustas y cambiarlas con asiduidad.