Transformación Continua: basta de detenerse

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Recientemente, hemos escuchado hablar mucho acerca de la transformación digital. Las empresas son conscientes de que deben aprovechar las nuevas tecnologías digitales y técnicas de gestión para agilizar sus procesos y reforzar la relación con sus clientes.

Tribuna de Opinión de Mark Schwartz, Enterprise Strategist, Amazon Web Services

Su tecnología actual resulta anticuada en comparación con los servicios digitales que emplean a diario; sus procesos resultan lentos en comparación con la velocidad a la que se mueve el mundo digital; y desean aumentar la innovación en sus propias organizaciones, del mismo modo que ven cómo ocurre a su alrededor. Los líderes empresariales saben que, para encontrar nuevas fuentes de ingresos, sobrevivir a los cambios y proporcionar a los clientes el nivel de servicio que estos demandan, deben emprender un proceso de transformación amplia y profunda.

Pero esto conlleva un peligro: las empresas no deben pensar que la transformación es algo que se lleva a cabo una única vez, con un coste y riesgo considerables, para ponerse al día (a día de hoy, para ser más concretos). Al contrario; la era digital es una era de transformación continua. Debemos comprender que el mundo actual cambia rápidamente y que tendremos que seguir ajustándonos y adaptándonos a este cambio; desde ahora hasta que el universo se colapse sobre sí mismo. La transformación a la que nos estamos refiriendo no es un proceso orientado a un estado final, sino que se trata de una transformación hacia un modo de operar más ágil y veloz que permitirá la adaptación ante el cambio continuo e inesperado.

La transformación digital no es una cuestión de actualizar la tecnología de los años 80 para ponerla al día de 2019. Aquellas empresas que únicamente actualicen su tecnología hasta el nivel de 2019 quedarán obsoletas en 2020. Sus capacidades tecnológicas tendrán un retraso cada vez mayor con respecto a sus necesidades (recordemos que el cambio en el panorama empresarial y tecnológico es constante). Tales empresas se verán limitadas continuamente por sus sistemas informáticos.

La transformación digital conlleva abandonar el antiguo modelo mental de adquirir o construir un sistema informático, completarlo y después únicamente “mantenerlo”, como si fuese un coche. Más bien se trata de una transición hacia un modelo mental basado en llevar a cabo pequeñas inversiones, examinando los resultados frecuentemente y realizando los ajustes necesarios, y continuar con este proceso de manera indefinida a medida que el contexto empresarial va cambiando. Para ello, las organizaciones están recurriendo a la informática en la nube, ya que les proporciona la agilidad necesaria para responder rápidamente a un entorno cambiante. Gracias a la nube de AWS, los negocios pueden adaptarse en base a necesidades reales, en lugar de previsiones.

Esta necesidad de invertir y mejorar continuamente no debe ser considerada un problema. La idea es abrazar el cambio continuo y realizar inversiones reducidas e incrementales, en lugar de inversiones con gran volumen y riesgo de forma periódica. Esto es bueno para la compañía porque diluye los gastos de capital, reduce el riesgo, permite realizar cambios y evita los costes de oportunidad que se producirían si las capacidades informáticas divergiesen de las necesidades reales (incluso de manera temporal). El cambio constante, como el que ofrece la nube de AWS, permite a las compañías mantenerse por delante de competidores y empresas emergentes.

En la era digital, los costes tecnológicos se ven determinados por la agilidad, la cual podemos definir como la capacidad de llevar a cabo esos cambios constantes con un coste y riesgo reducidos. La agilidad representa un activo que afecta a los costes e ingresos futuros. Por lo tanto, resulta obvio que invertir en agilidad tiene un gran valor. ¿Cómo podemos llevar a cabo dicha inversión? Para empezar, podemos simplificar los procesos para adquirir capacidades informáticas y, de manera crucial, decidir qué capacidades informáticas se requieren y como pueden financiarse, así como los procesos de gestión de gobierno e inversión. Debemos asegurarnos de que los sistemas informáticos se mantengan actualizados, seguros, adaptables y de alta calidad.

También podemos invertir en tecnologías flexibles, en lugar de simplemente tratar de cubrir las necesidades del momento. Si adquirimos hardware informático y lo instalamos en nuestro centro de datos, hemos comprado algo que no podemos cambiar. En cambio, si aprovisionamos infraestructura en la nube, podemos cambiarla en cualquier momento, de manera instantánea, para aumentarla, reducirla o escoger opciones completamente diferentes. La nube de AWS permite a los negocios transformar su infraestructura en la nube a medida que sus necesidades van cambiando o surgen nuevas tecnologías.

En una era de cambio continuo, las empresas necesitan tener acceso a aquellas tecnologías que marcan la diferencia en su negocio. Y necesitan ese acceso antes de que los competidores las empleen para poner en riesgo dicho negocio. Por ejemplo, en la actualidad, la tecnología de aprendizaje automático se encuentra ampliamente disponible. Si en nuestro sector existe una buena aplicación para el aprendizaje automático, entonces nuestros competidores ya estarán tomando medidas para aprovecharla. La manera más rápida, económica y menos arriesgada de acceder a nuevas tecnologías es adquirirlas de un proveedor de servicios en la nube, según un modelo de pago por uso. Para asegurarnos el acceso a las últimas tecnologías en el futuro y mantener así la agilidad, podemos desplegar capacidades informáticas en AWS, empresa pionera de la nube y que continúa liderando en innovación, introduciendo nuevas e importantes capacidades cada cinco horas aproximadamente.

En cualquier caso, nuestro proceso de transformación digital debe prepararnos para el cambio continuo en el futuro, haciendo que dicho cambio resulte rápido y tenga un coste y riesgo bajos. En esto consiste la agilidad y es lo que distingue a las compañías que disfrutan de un éxito sostenible en la era digital. También es importante complementar estas cualidades mediante empleados con características ágiles y procesos de gestión y toma de decisiones ágiles por parte de los líderes. Los empleados deben comprometerse a adquirir nuevas capacidades de manera constante y los gestores deben prestar su apoyo en este proceso. Toda la empresa debe participar en simplificar los procesos y mantenerse orientada hacia la acción. Esta voluntad de aceptar la necesidad de transformación constante ante un entorno de cambio constante es la que marca la auténtica transformación digital.

Mark Schwartz, Enterprise Strategist, Amazon Web Services

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