Cómo reinventarnos sin una hoja de ruta: por qué este no es el momento de perder ritmo

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Para muchas juntas directivas, la pandemia ha catalizado cambios generalizados en sus negocios, al acelerar sus iniciativas de transformación digital. La disponibilidad de la computación en la nube ha permitido democratizar el acceso a la tecnología. Muchas empresas de todos los ámbitos y tamaños han aprovechado esta oportunidad para incrementar sus ingresos, beneficios y márgenes; para adentrarse en nuevos mercados y lanzar nuevos productos y servicios; para gustar y emocionar a sus clientes y conectar con ellos; y para ganar en eficiencia operativa, aumentar su productividad, reducir el malgasto de recursos y recortar costes.

Tribuna de opinión de Mario Thomas, Director de Aceleración Basada en la Experiencia para EMEA en Amazon Web Services

La pandemia ha puesto en primer plano algo de lo que muchas empresas ya eran conscientes: que se encontraban cómodas con el funcionamiento cotidiano pero que no estaban equipadas para responder a los desafíos que representa implementar cambios organizativos de gran calado a gran velocidad y sin una hoja de ruta predefinida. A pesar de ello, organizaciones de todo el mundo han sabido afrontar el reto con éxito y han logrado adaptar sus modelos de negocio para responder adecuadamente a las necesidades de sus clientes.

A medida que vamos regresando lentamente a la normalidad, puede resultar tentador para las juntas directivas de las empresas ralentizar el ritmo de sus procesos de transformación digital. No obstante, creo firmemente que este no es el momento de perder ritmo. Según un estudio realizado recientemente, el 94% de los directivos empresariales ha introducido cambios en sus modelos de negocio durante la pandemia, mientras que el 56% afirma haber transformado su modelo de negocio significativamente. Lo que resulta aún más notable, estos directivos han acelerado sus iniciativas de transformación digital hasta el punto en el que han reducido en una media de dos años y medio los plazos que tenían en sus hojas de ruta para estos procesos. Como resultado de todo ello, abordan el año entrante con bastante más optimismo. Prueba de ello es que el 89% afirma que espera ver los ingresos de su empresa crecer una media del 21% respecto a los del anterior ejercicio. Esto representa un potencial demasiado sustancial para dejarlo pasar y decidir volver al modelo antiguo de trabajo.

Los ejecutivos y directivos con los que he hablado estos últimos meses han descubierto lo que el cambio les aporta. Su conclusión es que al realizar experimentos de transformación digital con inversiones iniciales económicas y de tiempo mínimas, que no requieren análisis con antelación y no llevan a una parálisis en el análisis, y que ofrecen formas claras de calcular el retorno a la inversión, se han creado motores de innovación y cambio que ofrecen mejoras sustanciales en materia de innovación y reinvención de la empresa. Incluso si los experimentos no se saldan con éxito, la información y experiencia obtenida en la experimentación puede llevar a cambios tácticos y a tomar nuevas decisiones.

Mantener el ritmo

Mantener a largo plazo los niveles de cambio e innovación a los que hemos asistido durante la pandemia tal vez no sea factible para todas las empresas. Sin embargo, si nos esforzamos en integrar prácticas ágiles de trabajo y procesos colaborativos de decisión en el ADN de la empresa, nos será mucho más fácil lograrlo. Sin lugar a dudas, los clientes no van a ralentizar sus expectativas y seguirán mostrándose insatisfechos y buscando soluciones mejores. Las empresas revolucionarias y nuestros competidores no perderán el tiempo a la hora de hacerse con más cuota de mercado si les resulta posible darles mejor servicio que nosotros, y ocuparán ese espacio de muy buen grado.

Por ello, me resulta sorprendente descubrir que sólo el 50% de los directivos esperan continuar con su transformación digital una vez pasada la pandemia. Las compañías que abandonen estos esfuerzos se verán sometidas a presiones en múltiples frentes; no sólo a manos de competidoras revolucionarias, sino a manos de la nueva generación de empresas que hemos visto surgir durante la pandemia, caracterizadas por un nuevo espíritu de reinvención, de entusiasmo por la nube y con ímpetu para acelerar su transformación durante los años venideros.

En mi labor ayudando a organizaciones que se transforman mediante la adopción de la nube, he identificado cinco principios clave que veo surgir con frecuencia en los proyectos más exitosos:

El apoyo del equipo directivo

Uno de los primeros retos que pueden entorpecer el cambio en las organizaciones es la falta de apoyo por parte del equipo directivo. Para posibilitar el cambio, resulta crucial contar con un líder claro que se comunique con todos los actores, comparta perspectivas diversas para impulsar la toma conjunta de decisiones inteligentes y esté preparado para compartir su visión y llevar la misión del cambio a todos los niveles de la organización. Un ejecutivo eficaz e implicado que dé su apoyo al proyecto permitirá crear equipos multifunción con todos los medios necesarios y la información adecuada para impulsar la transformación digital, en lugar de apostar por equipos estancos.

Cómo armonizar empresa y tecnología

Para que un proceso de transformación tenga éxito, deberá haber armonía entre las tecnologías empleadas y los objetivos del negocio. Históricamente, las nuevas tecnologías han tenido un papel más centrado en posibilitar el funcionamiento del negocio que de innovación pura. Los negocios, por otro lado, suelen acostumbrarse a funcionar empleando las herramientas que ya tienen a su disposición para obtener resultados (o no). Armonizar objetivos de negocio y tecnologías en torno a una estrategia de adopción de la nube facilitará un uso estructurado de la nube de formas nuevas e innovadoras, aunando así las necesidades de la función tecnológica con los objetivos del negocio.

Cómo normalizar el cambio

Con frecuencia, suelo encontrarme con clientes que mencionan que las cosas siempre se han hecho de esta o aquella manera. Esta devoción por sistemas y procesos que "siempre han funcionado así" es un obstáculo para el cambio. Con mucha frecuencia, los equipos suelen ser reticentes a sugerir cambios o transformaciones por los impedimentos que ponen aquellos que velan por esos sistemas. Para completar sus procesos de transformación con éxito, las organizaciones deben preguntarse con más frecuencia por qué las cosas se hacen como se hacen.

Cómo crear una cultura de innovación y reinvención

Durante la pandemia, las organizaciones han demostrado que están más que dispuestas a probar planteamientos nuevos. Las organizaciones que alcanzan mayores cotas de éxito al adoptar la nube son aquellas en las que toda la empresa se implica en torno a una cultura de reinvención e innovación, en la que los directivos de las divisiones y otros ejecutivos conforman un entorno en el que los equipos tienen la oportunidad de crear y en el que cambio se convierte en lo cotidiano.

Cómo desarrollar y fomentar las destrezas técnicas

Muchos de nuestros clientes me dicen que quieren transformar su negocio pero que carecen de la experiencia para lograrlo con éxito. Desarrollar y fomentar las destrezas que hacen posible la innovación y la reinvención dentro de la empresa es un principio clave que podemos ver en todas las transformaciones exitosas. Esto no quiere decir que baste con formar y certificar a los equipos de nuestra plantilla. Resulta importante brindar a los equipos experiencia práctica inmediata en situaciones de producción real y abrirles las puertas a cuestionar el statu quo.

Solo valiéndonos de estos principios podremos posicionar nuestra organización para que la transformación siga siendo un elemento central de nuestra estrategia de negocio.

La pandemia ha sido la razón perfecta para arrancar este proceso, pero no debería convertirse en la excusa para bajar la guardia.

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