La era post-Covid pide cambios en las habilidades de los jefes

  • Actualidad

La pandemia trae nuevas necesidades en muchos ámbitos, cambios que también tienen su impacto en las habilidades profesionales que se requieren, y esto afecta tanto a los directivos y mandos intermedios como a los diferentes equipos. Cualidades como la empatía, la inteligencia emocional, tener visión estratégica o creatividad cotizan al alza.

Recomendados: 

Impacto del COVID-19 en la Contratación Pública de TI Webinar

España Digital 2025 Leer

Un análisis realizado por Spring Professional, la consultora de selección de mandos intermedios, medios y directivos del Grupo Addeco, ha analizado el impacto de la pandemia en las habilidades que necesitan los perfiles directivos y los empleados para gestionar este momento económico, marcado por la incertidumbre y el trabajo a distancia.

Según sus expertos, las organizaciones van a necesitar perfiles directivos y mandos medios con habilidades de liderazgo, inteligencia emocional, visión estratégica, creatividad e innovación, habilidades de comunicación, motivación y empatía. Esto no excluye, además, otras competencias como flexibilidad y capacidad de adaptación, organización y planificación del tiempo, habilidades digitales, trabajo en equipo o la  resiliencia.

El análisis desgrana cada una de estas habilidades en el mercado laboral este año:

- Liderazgo y autoliderazgo. Ahora más que nunca se requieren managers con liderazgo. Ha quedado ya obsoleta la gestión de recursos y de tareas, sin embargo, es muy importante la capacidad de influencia en las personas que rodean a un líder para sacar lo máximo de ellas, incluso en el peor de los escenarios.

Respecto al autoliderazgo, los managers no son ajenos a la realidad y la incertidumbre del mercado, los resultados y otros aspectos que pueden estar en contra, puede hacer que ellos mismos tengan dificultades para manejar la situación. Es valioso ser capaz de anular los propios pensamientos negativos y tener autoconfianza para conseguir los mejores resultados y el logro de objetivos, propios y de equipo.

- Inteligencia emocional. La pandemia está siendo, por encima de todo, un ejercicio de resistencia mental. Una crisis como la del coronavirus provoca emociones mayormente negativas. Un manager debe tener la capacidad para comprender esas emociones y ayudar a sus equipos a neutralizarlas.

- Visión estratégica. Cuando hay una crisis y la incertidumbre es tan grande que somos incapaces de aventurar lo que va a pasar ni siquiera mañana, la visión de futuro se complica. Se tiende a tomar decisiones cortoplacistas para el hoy y no para el mañana. Postergar decisiones estratégicas pone en peligro el futuro de las organizaciones. Contar con managers con visión estratégica garantizará que trabajemos en el hoy sin abandonar el mañana.

- Creatividad e innovación. Los cambios de mercado hacen que tanto los productos como la forma de entregarlos al mercado cambien. Cambian los hábitos de consumo, la forma y el tiempo en que queremos que se nos entreguen dichos productos y servicios. Las compañías necesitan líderes creativos e innovadores. Creatividad para generar ideas nuevas, e innovación para materializar productos diferenciadores que mejoren la competitividad de las empresas.

- Habilidades de comunicación. Esta competencia clásica ahora se complica más si tenemos en cuenta que los equipos, en muchas ocasiones, no conviven en un espacio físico. El teletrabajo indefinido, los grupos burbuja, los ERTES… hacen que los equipos que venían trabajando juntos diariamente con su responsable, ya no lo hagan, y se ponga a prueba, más que nunca, la habilidad de comunicación del manager.

Trabajando en remoto o parcialmente en remoto, perdemos, por ejemplo, muchos detalles de la comunicación no verbal, y dejamos de tener ciertas conversaciones que deberíamos tener en persona para tenerlas online.

Además, en gestiones de crisis, saber transmitir la información de la compañía hacia los empleados no es sencilla. Es necesario escuchar activamente al equipo (en estas situaciones suele haber miedos, inquietudes sobre el futuro, movimientos dentro de la compañía…), además de ser claro y directo con el mensaje (con las limitaciones de qué tipo de información debe trasladarse). La buena habilidad de comunicación genera confianza. Y la confianza da tranquilidad, para que las personas se centren en lo verdaderamente importante, que es aquello en lo que sí pueden impactar de manera positiva.

- Motivación y curiosidad. La curiosidad es una fuente de motivación infinita. En momentos difíciles, donde la motivación externa posiblemente escasea, la capacidad para mantener despierta esa curiosidad y motivación que hace que nunca se considere que se sabe todo, es la clave para tener ganas de explorar horizontes nuevos. La generación de nuevas oportunidades de negocio es absolutamente necesaria en cualquier empresa.

- Empatía. Una habilidad clásica pero que ahora transciende a lo personal, debido a que la crisis sanitaria ha tenido consecuencias fatales en amigos, familiares, compañeros y el entorno en general. La capacidad del manager de ponerse en el lugar de su equipo, y ver más allá de un empleado, comprendiendo y ayudando en los peores momentos, es ahora más importante que nunca.

Estas otras habilidades serán también claves a la hora de trabajar en equipo y, por tanto, también impactan en las cualidades que se buscan en los empleados:

- Flexibilidad y capacidad de adaptación. La falta de visión nítida del futuro o de tener modelos de predicción hacen que las decisiones que se estén tomando sean rápidas y en ocasiones cambiantes. La capacidad para entender el momento, y por tanto, la necesidad de tomar decisiones a corto plazo, que deben ser legitimadas e implementadas por los equipos, será clave para que las organizaciones se adapten con rapidez.

- Organización y planificación del tiempo. Aquellas personas que nunca trabajaron desde casa, habituadas a la reunión diaria y a la lista de tareas, ahora de repente se encuentran con un folio en blanco para organizar su jornada laboral y, además en muchos casos en el entorno doméstico, dónde puede tener interrupciones diversas. Ser capaz de organizar y planificar el tiempo minimizará los tiempos muertos y maximizará por tanto la productividad, siendo incluso mayor que trabajando físicamente en la oficina como lo estaban haciendo antes del coronavirus.

- Competencias digitales. Se debe garantizar que podemos trabajar total o parcial de manera remota, o bien por obligación o por implantación de un nuevo modelo de gestión del trabajo. Se trata de tener habilidad para un uso seguro y eficiente de todas las herramientas a disposición del empleado.

- Colaboración. Saber trabajar en equipo es una competencia tradicional que se dificulta con el hecho de que no coincidamos diariamente la totalidad del equipo en los modelos de trabajo en remoto.

- Resiliencia. Actualmente estamos en entornos complejos que requieren la capacidad de las personas para afrontar y superar los daños que esta situación ocasiona en ellos. Por ejemplo, saber llevar que la dedicación y el esfuerzo muchas veces no es proporcional a los resultados que obtienes. Las personas resilientes, cuando pasan por un momento difícil, son capaces, incluso, de sacar partido a la situación y desarrollar recursos que antes desconocían que tenían.

Al igual que en el apartado relativo a la dirección y los mandos medios, la creatividad e innovación son muy valoradas en los equipos y, por último, según la firma, la ambición resulta básica porque "aceptar que la situación que nos rodea no es especialmente buena no significa resignarse. Tener ambición por conseguir algo, hace que no se deje de luchar por el fin. La ambición hace que lo más difícil, una vez conseguido, sea la mejor recompensa", concluye el análisis.