Los retos de las empresas en su estrategia digital: la visión de Liferay

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Las compañías necesitan aumentar su competitividad ofreciendo servicios digitales y experiencias de cliente ágiles, de calidad y muy personalizados. Empoderar a los usuarios de negocio, realizar un seguimiento más ágil de objetivos o consumir contenidos desde canales alternativos son algunos de los retos digitales más importantes a los que se enfrentan.

Las empresas avanza en sus estrategias digitales pero este recorrido no está exento de problemas. Los expertos de Liferay han identificado una serie de desafíos tecnológicos dentro de la estrategia digital de las organizaciones, y que deben constituir la base de su planificación estratégica a largo plazo. Son estos cinco:

- Empoderar a los usuarios de negocio: son muchos los beneficios que presenta dotar de autonomía a estos perfiles, entre los que se encuentra la optimización de recursos. Por un lado, estos usuarios serán capaces de realizar su trabajo de forma más ágil y autónoma, sin depender de la atención de terceros y liberando, por ende y al tiempo, de carga de trabajo a los equipos de desarrollo, con más capacidad para centrarse en ámbitos más críticos para el desarrollo de negocio y la consecución de objetivos. Hablamos de independencia y potestad, por ejemplo, para crear o actualizar con sencillez landing pages, sites para eventos o páginas de producto. Los desarrolladores de software, por su parte, valoran las herramientas que les ayuden a resolver, de forma ágil y efectiva, las necesidades específicas de estos exigentes usuarios de negocio.

- Ofrecer la máxima personalización: la personalización se ha convertido en una parte clave de la experiencia del cliente y los usuarios ya no conciben una experiencia online sin esta importante característica. Al adaptar el contenido para usuarios individuales en función de sus características, preferencias y comportamiento, las empresas pueden comunicarse, atraer y deleitar a los clientes a través de múltiples canales, aumentando en última instancia tanto los ingresos, como la base de clientes y su fidelización.

Las compañías demandan, por tanto, funcionalidades destinadas a proporcionar mejores experiencias de usuario y más personalizadas, que proporcionen soluciones para problemas de marketing del mundo real.

- Datos como fuente de seguimiento a objetivos: se pueden crear experiencias digitales o actualizarlas, pero para estar seguros de que los cambios son para mejor, de que los nuevos contenidos reducirán la tasa de rebote y otras cuestiones, hay que contar con capacidades analíticas que puedan validar las acciones de la compañía. Así se consigue que cada mejora o modificación esté un paso más cerca de cumplir con los objetivos marcados supondrá un valor añadido para cualquier organización que quiera mantenerse competitivo en su mercado.

- Consumir contenidos desde canales alternativos: los sitios web ya no son la única forma de exponer los datos a los usuarios, y hoy en día las empresas necesitan desarrollar experiencias que lleguen a los clientes en el canal que sea más conveniente para ellos, ya sea un sitio web, una aplicación móvil o un altavoz inteligente. Tener una plataforma que proporcione una API de calidad para acceder a todo el contenido disponible es más importante que nunca, ya que reduce el coste de las integraciones, aumenta la reutilización del contenido en diferentes canales y es básico para estar preparado ante los cambios que futuros tipos de experiencias puedan provocar.

- Cloud: según la consultora Gartner, en 2020 la nube será cada vez más considerada como la primera opción para la implementación de un software y, para los analistas de Forrester, no es solamente una opción viable para una mayor cantidad de aplicaciones y cargas de trabajo, sino que también es frecuentemente el método elegido para ‘ganar ventajas competitivas en la era del cliente’. La realidad es que las organizaciones actuales se enfrentan al reto de incorporar el cloud a su estrategia digital para lograr ventajas competitivas como reducción de costes, mayor flexibilidad, facilidad de uso y un time-to-market más rápido. Se trata de unos beneficios que redundan en una mayor capacidad para acelerar la innovación dentro de la organización, liberando los recursos internos y permitiendo reorientarlos hacia las competencias clave del negocio.