Implantar procesos totalmente digitales, entre los principales retos de las energéticas españolas

  • Estrategias digitales

El sector energético español tiene ante sí el reto de transformar culturalmente las organizaciones para llegar a nuevos procesos cien por cien digitales que no sean una mera traslación de procesos físicos. La digitalización les permitirá ganar competitividad en la etapa post-Covid, según un nuevo estudio de Minsait.

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El sector energético español ha mostrado una rápida capacidad de reacción ante los efectos del Covid-19, garantizando en todo momento la continuidad de suministro y adaptándose a un descenso abrupto de la demanda.

Minsait señala en su informe que, en el caso de las operaciones, la alta tecnificación de las redes y de las plantas, así como las mejoras en automatización en los centros de control, ha permitido a las energéticas españolas afrontar la crisis sin interrupciones en el sistema. Los procesos de back-office han funcionado en un contexto de teletrabajo sin mayores problemas, gracias a la apuesta por la automatización y la digitalización. 

Ahora el reto en la etapa post-Covid es profundizar en su proceso de digitalización, según el estudio porque es lo que las llevará a convertirse en tractoras de la recuperación y a afrontar con más garantías la etapa post-Covid, operando de manera más competitiva y con una aproximación al cliente más personalizada, dinámica y digitalizada. 

El informe de Minsait enumera los principales retos a los que se enfrentan las empresas energéticas en el corto y medio plazo. El primero es la transformación cultural de las organizaciones, con el fin de implementar nuevos procesos cien por cien digitales que no sean una mera traslación de procesos físicos. 

En línea con ello, destaca también que tienen que acelerar la automatización en las operaciones para minimizar la actividad presencial en la operación de redes y de grandes plantas industriales y optimizar la presencia de operadores en campo mediante la apuesta definitiva por el desarrollo del IoT y la integración entre tecnologías de la información (IT) y tecnologías de la operación (OT).

Por otro lado, el desarrollo de nuevas formas de relación con los clientes, con vistas a impulsar la innovación en productos y servicios, adaptando la oferta a la demanda de los clientes en tiempo real.

El informe identifica también como desafío la asignación de más recursos a la gestión de riesgos operativos y a la ciberseguridad para garantizar la seguridad y salud de los trabajadores y garantizar la operación segura en un entorno altamente digitalizado.

El último es contribuir a los retos sociales y medioambientales a través de la tecnología, con una marcada apuesta por un modelo energético sostenible que gire sobre los ejes de garantía de suministro, eficiencia energética y reducción de las emisiones de efecto invernadero.