Quién comprará TIC-Digital, qué tecnologías y cuánto (en 2024 y en España)

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Las tecnologías de la información y la digitalización que más productividad, eficiencia, competitividad y eficacia generan serán las más demandadas por las empresas y las administraciones públicas en 2024.

La incertidumbre con que se cierra 2023 llevará a controlar las inversiones y los costes el año que viene. Primero, las familias, los individuos, los consumidores. En volumen, el mercado de consumo en el sector tecnológico seguirá siendo el más abultado. Pero habrá un decrecimiento en las ventas de dispositivos, teléfonos móviles, ordenadores y tabletas, entre otros. En cambio, los servidores, los data centers y las infraestructuras de red serán demandadas por las empresas, con crecimientos moderados, pero positivos. También, infraestructura de redes y almacenamiento.

Software, Servicio IT y Consultoría se llevarán la parte del león de la inversión empresarial tecnológica en 2024 con crecimientos del 12%, 9% y 5%, respectivamente. Y, dentro del Software, por este orden, IAAS, PAAS; ERP, CRM y SCM. Seguirá viva al 50 por ciento la dicotomía entre cloud y on premise, porque las ventas se dividirán equitativamente entre ambas. Y la forma de vender y de comprar, si no omnicanal, también irá vía canal (integradores de tecnologías y sistemas, consultoras, etc) y venta directa. 

Las previsiones económicas, que ya vimos en una tribuna anterior para este medio de comunicación, apuntan a un crecimiento medio mundial del 2,9% en Producto Interior Bruto (PIB) para 2023, según las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) de octubre pasado. De cumplirse dicho crecimiento económico, las fuentes de información estudiadas para realizar este análisis, coinciden en que la inversión empresarial en tecnologías de la información y digitalización en 2024 será el doble que el PIB: por tanto, un crecimiento global del 6%, con diferencias entre continentes y países, economías y sectores de actividad.

Por ejemplo, el crecimiento de la inversión empresarial en tecnologías de la información y la digitalización en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Australia superará la media del crecimiento económico mundial. No se aprecian signos de futura recesión en dichos países y tampoco del llamado “suave aterrizaje de la economía” en 2024. Al contrario. El crecimiento previsto de PIB y la positiva evolución del empleo llevan a la conclusión de que estos países -desde el sector público y privado- seguirán invirtiendo en tecnología porque aprecian el efecto multiplicador económico que genera. No es casualidad que los sectores financiero y bancario, retail y distribución, administraciones públicas y sanidad sean de los más avanzados del mundo, puesto que son los sectores que más invertirán en TIC. No hablamos de un juicio moral o ético sobre si la sanidad británica o la norteamericana son justas porque cubren o no a toda su población general. Hablamos de la eficacia técnica de dichos sistemas. Y hay que tener en cuenta que todos ellos son países anglosajones con fuerte influencia protestante y calvinista, donde se da mayor peso a la iniciativa privada que a la pública.

Europa continental invertirá, en su conjunto, un porcentaje de su PIB en TIC y Digitalización similar al crecimiento económico previsto del 2,9%. El peso de la deuda y del déficit público en la Unión Europea son lastres para la inversión empresarial. Al igual que lo son los altos tipos de interés, que encarecen el préstamo para la inversión en bienes de equipo. El Banco Central Europeo (BCE) acaba de hacer público a finales de noviembre que no “es momento de bajar los tipos de interés porque aún hay mucha lucha pendiente contra la inflación”. Con crecimiento económico bajo e inflación, la inversión empresarial europea será inferior a la de los países anglosajones. Y, dentro de Europa, habrá también diferencias: España y Francia están entre los países que -en comparación; en términos relativos- menos invertirán en TIC, versus Italia, Alemania y Holanda, que invertirán mucho más. Fuera de la Unión Europea, en Occidente, destacan los países nórdicos (Noruega, Dinamarca y Suecia) e Israel. China, de todos es sabido, está de capa caída.

Lo que suceda con los chips, semiconductores, microprocesadores en los próximos meses, condicionará mucho el aumento o el descenso de las ventas en tecnologías de la información y digitalización. La guerra entre EEUU y China continúa, dañando a todos. La cacareada marea azul de la inteligencia artificial genera expectativas que superan las “punto.com” de 1999-2.001. Por ahora, Nvidia, AMD, Intel Corporation, TSMC, Qualcomm, Samsung Electronics e, incluso Huawei a pesar de las prohibiciones de Estados Unidos, se benefician en cuanto a su mayor valor en bolsa. Lo cual también ayuda a los fabricantes de hardware como hp, Lenovo, Toshiba, Samsung, Apple, Google Pixel, Sony, Acer, Asus, Microsoft-Surface y otros. En la otra cara de la moneda, está el potencial efecto que te tendrá en el sector que Apple y Microsoft hayan anunciado que desarrollan sus propios chips para “spacial computing” (Apple) e inteligencia artificial (Microsoft).

Inversión en TIC-Digital en España, 2024

En España, Infrastructure Software, Enterprise Application Software y Software para sectores específicos se llevarán la parte del león de la inversión empresarial en TIC-Digital. Como antes dijimos, Software crecerá 12%, seguido por Servicios IT (+8,5%): Business Process Services, Application Implementation y Managed Services e Infrastructure Implementation y Managed Services. La venta de Data Centers será del 3,2%, dividiéndose no de manera equitativa entre Enterprise Network Equipment (+8,6%); Servidores (+6%) y Almacenamiento (External Controller-Based Storage, con crecimiento muy leve).

Por sectores de actividad, quienes más invertirán en TIC-Digital serán los bancos; sector público (el gobierno central y las Comunidades Autónomas, CCAA); otras entidades financieras; las operadoras de telecomunicaciones, las firmas de tecnologías de la información y la digitalización; sanidad -hospitales públicos y, sobre todo, privados-; gran consumo; compañías aseguradoras; utilities (energía); educación, industria y turismo.

Los bancos buscan la eficiencia, con las TIC-Digitales

En casi cada sector de actividad es menester hacer matices. La coyuntura económica y la propia situación sectorial influyen sobremanera en la inversión empresarial tecnológica. Los bancos, por ejemplo, tienen una fuerte motivación: búsqueda de la eficiencia. En pleno proceso de transición hacia la automatización de procesos y con presencia omnicanal fuerte en el mercado español, la utilización de cloud, ciberseguridad, big data, almacenamiento e inteligencia artificial será esencial por parte de las más importantes entidades financieras, empezando por la primera y líder del mercado bancario español, CaixaBank, que, según IDC y Gartner y Forrester “abre el camino hacia la digitalización”, seguida por el resto de bancos: Santander, BBVA, Sabadell, Bankinter, Ibercaja e Ibercaja.

En el caso de los bancos con presencia internacional (Santander y BBVA), para quienes el mercado nacional es simplemente uno más y no siempre el más rentable, la utilización intensiva de las TIC para aumentar la productividad, les está pasando un coste reputacional importante, entre sus propios empleados y clientes. El motivo es la demasiado rápida implantación de las tecnologías de la información para el gusto del mercado de consumo y el de autónomos y pequeñas empresas.

El caso de CaixaBank es distinto porque, con cuota de mercado del 35% en España, tiene un enorme interés en mantener alta y fuerte su reputación en todos los segmentos en que opera y es líder: sea seguros con VidaCaixa o banca digital con CaixaBankNow y 11 millones de clientes cien por cien digitales. Entidades como Euromoney, The Banker, Advice Strategic Consultants y Global Finance corroboran lo escrito por las antes mencionadas consultoras tecnológicas y es la apuesta del primer banco español por la inversión en tecnologías de la información, aunque no a costa de los clientes, sino acompañando los cambios tecnológicos de educación y formación tanto a la propia red de oficinas como a los clientes, para evitar la brecha digital. Este empeño es muy importante en el caso de los clientes jubilados (colectivo de 12 millones de españoles), de los que CaixaBank tiene el 42% de cuota de mercado y para quienes el banco dirigido por José Ignacio Gorigolzarri y Gonzalo Gortázar es muy importante acompañar en el camino de la banca digital.

Telecomunicaciones y la reconfiguración del sector español

Las telecomunicaciones, en España, viven el momento más convulso desde la liberalización del sector hace más de treinta años. La tecnología aplicada y la provista, será el factor decisivo para ganar la batalla de las telecomunicaciones en España. Un fondo de inversión británico, Zegona, está punto de culminar la compra de Vodafone España, quien no ha levantado cabeza en nuestro país en la última década, a pesar de los muchos cambios sucesivos en la gestión de la compañía. Orange España y Grupo Más Móvil están pendientes de la aprobación de su fusión, con condiciones, por parte de la Unión Europea. Dichas condiciones supondrán deshacerse de activos que, casi con toda seguridad, irán al operador rumano Digi, quien más crece en fibra y movilidad gracias a una muy agresiva política de precios. Telefónica, líder en España, sigue apostando por “valor” versus “volumen” con los precios más elevados en el mercado de consumo y, por ende, es el operador que, según los datos mensuales de la CNMC, más clientes pierde, seguido por Vodafone y Orange en beneficio de Digi, primordialmente.

Desde hace años, las operadoras de telecomunicaciones en España han intentado, a través de sus unidades de negocio empresariales B2B, incorporar a su oferta los servicios de la digitalización como cloud computing, ciberseguridad, inteligencia artificial, big data, IoT, blockchain y web3. Así lo atestiguan los informes a este respecto llevados a cabo por Advice Strategic Consultants para Telefónica, Vodafone y Orange desde 2013, sean Observatorios de la Empresa (Orange), Observatorios de la Digitalización (Vodafone) o Radiografías de la Pyme (SAGE) o el Estudio Advice de Digitalización y Éxito Empresarial (todo el sector).

La convivencia entre el negocio tradicional de las telecomunicaciones, al que se suma la televisión en streaming como gancho comercial, por contraste con unidades de negocio que ofrecen los mismos servicios que Apple, Meta, Alphabet-Google, Microsoft o Amazon / AWS, lleva a una cierta esquizofrenia que despista al mercado. En última instancia, esas unidades de negocio B2B acaban convirtiéndose en integradores de sistemas y/o tecnologías como lo pudiera ser exitosamente Ingram Micro, por ejemplo. La diferencia está en que Ingram Micro tiene una reputación acreditada de 30 años en el sector tecnológico español como distribuidor, antes, e integrador, hoy, que el mercado.

Las operadoras de telecomunicaciones, primero, deben convencer al mercado de que pueden ser buenos integradores de tecnologías de nueva generación. Segundo, necesitan tener, tanto las capacidades como el talento y, ambos, o se desarrollan internamente o se compran y se integran. Tercero han de mantener un difícil equilibrio entre el ser operadora de telecomunicaciones y el desarrollo de un nuevo negocio en sí mismo contradictorio: ha de ser independiente de la operadora y, al mismo tiempo, cobijarse bajo su sombra.

En cualquier caso, la inversión en nuevas tecnologías de la digitalización por parte de las compañías de telecomunicaciones será un hecho cierto en 2024. Tanto, como la necesidad de acudir a los servicios de los gestores de infraestructuras de telecomunicaciones inalámbricas (las llamadas “torreras” en el argot del sector) como la líder europea, Cellnex Telecom y, aunque más lejana, la líder estadounidense, American Tower.

Gran Consumo, Distribución, Alimentación y Retail especializado

El caso del Gran Consumo es el gran campo de pruebas de la adopción de las nuevas tecnologías. Hace 15 años que el efecto disruptivo de Amazon y Alibaba, entre otros, cayó como una bomba atómica sobre los distribuidores de moda, alimentación, cultura, libros, ocio, entretenimiento, electrodomésticos o tecnologías de la información. La última década ha sido una de adaptación del sector en España con la guía de las compañías de tecnologías de la información y digitalización. Walmart, que ha sabido plantar cara exitosamente a Amazon en su propio terreno (comercio electrónico, delivery, metaverso, etc), ha sido un ejemplo inspirador para el resto del sector en todo el mundo, especialmente en España.

El distribuidor español más afectado, supuestamente, es el que más y mejor ha sabido adaptarse con tres principios: digitalización, omnicanalidad y sostenibilidad. El Corte Inglés protagonizó una exitosa reinvención entre 2020 y 2024, que es caso de estudio. Al ser un distribuidor que ofrece “de todo”, la creación de un ecosistema sobre una plataforma de retail se hizo imprescindible. Es un modelo que ha servido como “plantilla” para todo el sector de gran consumo. Aglutinar a El Corte Inglés, Hipercor, Supercor, Sánchez Romero, Sweno Comunicación, Sweno Energía, Sicor Alarmas, Logitravel-Viajes El Corte Inglés, Seguros El Corte Inglés con Mutua Madrileña o su financiera para el consumo de la mano de Santander, no es tarea pequeña, pero a la compañía presidida por Marta Álvarez, le ha salido bien. Por eso, desde alimentación (Mercadona, Carrefour, Alcampo, Eroski, Lidl, Aldi, Ahorramás, etc), moda (Inditex, Mango, Tendam-Cortefiel, Primark, H&M, C&A, Adolfo Domínguez, Roberto Verino, etc) especializada (FNAC, MediaMarkt, Ikea, Leroy-Merlin, etc) se ha producido un efecto de seguimiento del líder que beneficia a todo el sector de gran consumo.

Beneficia de muchas maneras: en teoría, precios más bajos y más ofertas y promociones; ofertas personalizadas a segmentos de clientes o clientes particulares; eficiencia mucho mayor en logística y cadena de suministro, así como en la entrega en la última milla; cuasi infinita ampliación de la oferta en Internet, combinada con la experiencia digital en tienda. Todo ello está siendo aplicado por el sector alimentación (3% del PIB español) con Nestlé, Unilever, Calidad Pascual, Danone, Campofrío, El Pozo, Puleva, Gullón, Siro, Cuétara, Nueva Pescanova y muchos otros fabricantes, adoptando las mismas tecnologías de la digitalización. Lo requiere el mercado, lo exige la competencia, lo impone la inflación y lo quiere el cliente.

Administración Pública y Turismo

El sector público es un caso aparte. España está pendiente de recibir 93.000 millones de euros para sustanciar los doce planes de digitalización de la economía española: desde el plan de competencias digitales al de digitalización de la pyme y la (próximamente renovada) Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA), entre otras. Para España, por tanto, no es optativo digitalizar el sector público si quiere obtener esos fondos.

Otra cosa es el sector turístico. Tras cuatro años de pandemia y post pandemia, España vuelve a convertirse en potencia turística mundial. Se recuperan en 2023 los niveles de facturación previos a 2019. En estos años, el sector vivió al albur de estos parámetros: cierres; menores clientes; menor gasto por cliente; reducción de plantilla y mayor uso de las tecnologías de la digitalización para ganar fuertemente en eficiencia y productividad. Las inversiones se recortaron al máximo en otras áreas, pero no en tecnología. Es una incógnita, aún, saber si las grandes compañías hoteleras españolas apostarán fuertemente por tecnología en 2024. Para los expertos del sector es sabido que hay debate interno en estas empresas (Meliá Hotels International; Barceló, NH Group; AC by Marriott; Iberostar; Tui, Paradores Nacionales, etc): ¿exprimir al máximo el parque tecnológico ya comprado con mejoras o apostar por un salto en mejora de la calidad, el servicio y la atención al cliente con la digitalización? La experiencia histórica del sector turístico español es que, “con sol y playa garantizados”, se invierte cuando la necesidad más imperiosa lo requiere. De otra manera, “virgencita, virgencita, que me quede como estoy”. Sin embargo, lo recomendable sería no caer en la complacencia -ante la incertidumbre económica- e invertir, por aquello de…, “prevenir es curar”.

Cerrar la brecha digital, 2024

Un último apunte que caracterizará 2024: el cierre de la brecha digital. Venimos oyendo de esta necesidad desde hace décadas. Con perspectiva histórica y con retrospectiva, sabemos de su necesidad en cada una de las revoluciones industriales previas desde las primeras del siglo XVIII, con la máquina de vapor, la electricidad, el motor de combustión, la cadena de producción, la revolución del consumo, la bomba atómica y la carrera nuclear, la computación, la movilidad, Internet y la digitalización.

“La diferencia en el ser” (Tomás de Aquino), desde un punto de vista filosófico, entre la Cuarta Revolución Industrial y las previas, es la cantidad de tecnologías nuevas y disruptivas que, hoy, juntas y combinadas, dan lugar a un nuevo mundo de manera muy acelerada. Hay países muy ricos con poca población (Emiratos, por ejemplo, EAU) que pueden permitirse el lujo de dar el salto sin transición. Son pocos y tienen muchísimo dinero. Pero no es el caso de los 8 billones de personas que habitan el planeta. Ni en Occidente ni en Asia. En España, definitivamente no es el caso.

Según el Observatorio Social de Fundación “la Caixa”, en España hay, a finales de 2023, 3,5 millones de personas que vienen en la pobreza. Y, según los datos cruzados de la Seguridad Social, SEPE e INE, 70% de los españoles empleados (tanto por cuenta propia como ajena) “tienen un salario medio anual de 21.000€, siendo 18.000€ el salario anual más habitual”, dice el Instituto Nacional de Estadística (INE). Estos datos proceden de aplicar el cálculo estadístico de la mediana, que “aísla” los salarios superiores a 100.000€, 150.000€, 300.000€ e ingresos por renta y otros conceptos, que solo incumben al 1% de la población. Si no se aplicara el correctivo de la “mediana estadística” y se metiera en el mismo saco todos los salarios, el dato que nos saldría sería de unos ingresos medios por español de 36.000€/año. Pero este dato no es cierto, por estar distorsionado por los salarios más altos, que elevan muchísimo la media.

Por tanto, con un 70% de cotizantes a la Seguridad Social cobrando muy bajos salarios y con 3,5 millones de españoles viviendo en la pobreza, es lícito preguntarse por la brecha digital. Muchos hablan y pocos actúan. La entidad -así reconocido por Naciones Unidas- que, en España, más hace por cerrar la brecha digital es Fundación “la Caixa”. Dedica un presupuesto de 538 millones de € al año a financiar sus 50.000 programas que conforman la Obra Social. La educación, la formación, las becas, la transmisión de conocimiento y el acercar la cultura a la sociedad son parte esencial del cometido de Fundación La Caixa. La educación digital es parte integral de su curriculum, dentro de un concepto de formación integral de la persona. Becas para estudiantes brillantes y esforzados con pocos recursos económicos son esenciales en la cultura de La Caixa. Al igual que las iniciativas de impulso de las TIC con los niños a través de ProFuturo, iniciativa de Isidre Fainé, presidente de La Caixa y de Criteria Caixa. CaixaForum, CosmoCaixa, EduCaixa, IrsiCaixa canalizan los esfuerzos de Fundación La Caixa de reducir la becha digital con más educación, más cultura y más conocimiento para la sociedad.

El avance en la venta de software, cloud, ciberseguridad, Internet de las Cosas, inteligencia artificial y digitalización no ha de hacer olvidar a nadie que la transformación digital o es humana o no será, porque de otra manera, se podría llevar por delante a quienes pretende ayudar, los humanos.  

Por Jorge Díaz Cardiel, socio director general de Advice Strategic Consultants