"Ir al mercado a buscar últimas tecnologías es relativamente fácil para nosotros", Luis Peñas, Orden Hospitalaria San Juan de Dios

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Con quinientos años de historia, la Orden Hospitalaria San Juan de Dios cuenta en España con 80 centros, más de 15.500 empleados y atiende a casi dos millones de personas al año. “Nos dedicamos a ayudar a cualquier persona que lo necesite”, explica Luis Peñas, director de Sistemas de Información de esta institución, durante la entrevista a IT Digital Magazine. Esa vocación de servicio es la que les ha permitido generar empatía con los proveedores de TI y facilitarles el descubrimiento de nuevas soluciones.

Para una institución de tanta tradición como es la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, ¿cómo de importante es la digitalización tanto para su propio funcionamiento como para los servicios que ofrece?

Actualmente, la asistencia sanitaria no se puede entender sin la digitalización; es decir, al igual que tenemos que cumplir requisitos con nuestros pacientes, tenemos que cumplir con los de nuestros profesionales, los de la Administración, requisitos legales… La digitalización está tan en el día a día, que no podemos entender un hospital o una escuela universitaria, sin que todo esté digitalizado. Desde los procesos asistenciales en los que la tecnología ayuda a saber qué fármacos tenemos que poner a unos pacientes, hasta en el mundo de la educación, en el que el alumno no entiende la formación a día de hoy sin las tecnologías TI. Incluso cuando hablamos de la discapacidad intelectual, las tecnologías ayudan en muchos sentidos a que ellos puedan aprender de una forma diferente y puedan sentirse más integrados en la sociedad que, a fin de cuentas, es donde se tienen que desenvolver. Con lo cual, en el 100% de nuestros centros, en la totalidad de nuestra actividad, las TI están muy arraigadas en el día a día.

 

¿Tienen un plan de digitalización? ¿Qué tecnologías están apoyando esa actividad diaria?  

La digitalización en la Orden tiene un recorrido de muchísimos años, con lo que nosotros no estamos inmersos en un proceso de digitalización. Lo que tenemos ya lo tenemos y está bien hecho. Lo que hacemos es adecuar el día a día de nuestra asistencia a las nuevas tecnologías que van saliendo y que nos pueden ayudar a cambiar procesos manuales por procesos digitales, por decirlo de alguna manera. Ponemos el foco en buscar esas nuevas tecnologías, basadas en las que tenemos, que nos puedan ayudar a ser más cercanos a los pacientes y a ser más eficientes en el día a día con nuestros profesionales.

 

La Orden ha vivido una reestructuración. ¿Qué ha cambiado en la organización y cómo está influyendo en su TI?

Hace 125 años, la Orden vivió una refundación y, como el crecimiento fue tan grande, tuvieron que conformarse tres provincias canónicas, las agrupaciones geográficas de Castilla, Aragón y Bética. Recientemente, para mantener la actividad de la Orden, vuelve a concentrarse todo en una única provincia. Partiendo de esa premisa y al existir tres organizaciones diferentes, en cada una de ellas había que hacer las cosas de manera diferente. En el contexto de TI, la provincia Bética tenía unos sistemas de información tremendamente cohesionados y centralizados, en la que existía la figura del director, que ocupaba yo hasta hace dos años. En la provincia de Castilla, algo similar, existía una dirección también en servicios centrales que proveía servicios a sus centros, de una manera un poco menos cohesionada, pero parecida, y existía una directora. Y en la provincia de Aragón, que es la provincia más grande que tenemos porque engloba los centros que tenemos en Aragón, Cataluña, Valencia, Murcia, Islas Baleares y Navarra, no tenían esa organización, no existían unos sistemas centrales tan fuertes como los que tenemos en otras dos provincias. Además, a nivel de sistemas de información existían tres directores, San Joan de Deo en Barcelona, San Boi en Barcelona y Palma de Mallorca, que formaban una comisión en la que tomaban decisiones orientativas. Pasar de esas tres realidades a tener una estructura superior, en la que solamente existe un director nacional, y tiene que hacer confluir esas tres realidades, obviamente no está siendo fácil. Pero cualquier proceso, tanto profesional como en la vida, que se gestiona desde el cariño y desde la buena voluntad, hace que poco a poco vayamos confluyendo con las dificultades y las tensiones normales que este tipo de procesos llevan a cabo, pero vamos haciéndolo. A día de hoy, estamos intentando, sin romper nada de lo que tenemos en los centros y en las estructuras intermedias, denominadas Unidades Territoriales, aunar esfuerzos y sinergias. Y la dirección corporativa, mi posición, lo único que intenta es ayudarles a que ellos sean capaces de llegar a acuerdos que les beneficien a todos más allá de que haya una dirección que mande y que imponga decisiones.

 

¿Se están integrando también las TI?

Sí, pero desde este punto de vista. No vamos a romper nada que esté funcionando bien, vamos a aprovechar lo mejor de cada uno de nosotros para exportarlo al resto de los centros. Tenemos centros muy digitalizados y tecnificados, y no podemos pedir el mismo nivel a otros centros. Por ello, lo que estamos haciendo es que los centros realmente grandes, que están muy digitalizados y que tienen mucho recorrido, ayuden a los centros que son más pequeños. Estamos intentando que todos confluyamos a la misma digitalización, aunque nos va a llevar muchos años y mucho trabajo.

 

¿Con qué retos se ha encontrado y cómo los ha resuelto?

Cuando se me nombra, el Consejo va buscando una personalidad y un talante que entienda muy bien la Orden y que pueda ayudar a crear sinergias de una manera cómplice entre todos nosotros. Y es verdad que tengo mucha experiencia en hacer eso en la provincia Bética, y lo que se me pide es lo que intento dar, que es talante y cariño, y en la medida de lo posible, sin imponer nada, enamorar a los profesionales, a los 107 informáticos que tenemos, junto con un montón de empresas que nos ayudan.

 

¿Qué mejores prácticas han implantado a partir de su experiencia previa?

El sector aeroespacial y el sector sanitario del que vengo y en el que estoy ahora mismo, no se parecen en nada. En el sector aeroespacial, la tecnificación es tan grande que los ingenieros no nos preocupamos realmente de las relaciones personales; es decir, tú nos das un objetivo, que es lanzar un satélite de Galileo al espacio, o de implantar una antena que haga seguimiento a los satélites, lo que sea, y lo hacemos. En el sector sanitario, no. El sanitario es el único sector en el que la mano de obra es quien tiene el poder de la producción. Es decir, los médicos son los que dicen lo que tiene que hacer el hospital, con lo cual tienes que estar todo el día convenciéndoles. Lo único que añado a cómo gestionar dentro de la empresa es muchísimo talante, conversación, diálogo, dándole lugar a todo el mundo. El médico sabe lo que tiene que hacer para tratar mejor al paciente. Nosotros lo que tenemos que hacer es, como departamento de servicios que somos, escucharlos y hacerles caso, y hacer que la gente que trabaja con nosotros lo haga con el mejor talento posible.

 

A la hora de seleccionar una nueva tecnología o proveedor, ¿qué considera fundamental?

Todas las grandes empresas tecnológicas quieren trabajar con nosotros, pero no siempre lo hacen con la intención de facturar, se acercan muchas veces con talantes personales. El hospital materno infantil que tenemos en Esplugas, en Barcelona, acaba de inaugurar el Pediatric Cancer Center. Solamente hay dos en el sur de Europa. Ese hospital ha ayudado a muchísimos niños, pero ha ayudado también a muchísimas familias. Muchas veces, cuando esa gente quiere agradecernos, se acerca no con un espíritu comercial, sino porque quiere ayudarnos. Entonces, sí, después hay una relación comercial, pero esa primera aproximación es muy generosa, con lo cual estamos muy agradecidos y somos muy afortunados porque se nos quieran acercar en ese sentido. Después, todos aprovechamos la coyuntura, y estamos muy al día de la tecnología porque mucha gente se acerca a hablar con nosotros y nos ofrece los últimos hitos tecnológicos que hay en el mercado. Por otra parte, cuando detectamos una necesidad en cualquiera de nuestros centros, acudimos a esas empresas que ya nos han dicho que nos van a poder ayudar. Sacamos pliegos, hacemos concursos… pero la verdad es que, entre la información que tenemos de los proveedores, los pliegos que escribimos y la empatía que tenemos con las empresas, ir al mercado a buscar últimas tecnologías es relativamente fácil para nosotros.

 

Y, cuando la iniciativa surge de ustedes…

Todo nace del profesional; es decir, somos un departamento de servicios, nosotros estamos quietos hasta que viene el médico, la enfermera o el administrador de un centro y nos dice, creo que puedo tratar mejor al paciente haciendo algo o puedo ser más eficiente si hago lo otro. Entonces nos cuentan sus problemas y ya vamos a buscar. Escuchamos a nuestros usuarios y entonces, nosotros vamos a buscar.

 

¿Qué tendencia tecnológica cree que va a cambiar su actividad?

El centro de atención de San Juan de Dios es el paciente, con lo que tenemos que acercar las tecnologías a los pacientes y usuarios. La tecnología tiene que estar a su servicio. Obviamente, si eso es lo que tenemos que hacer, la tecnología tiene que abrirse al mundo y todo pasa por la nube. La tecnología del futuro, nos guste o no, va a ser proveer servicios de manera fácilmente accesible a todos los usuarios de nuestros centros y empleados. ¿Hacia dónde vamos? A hacer proyectos en la nube que faciliten esa ubiquidad de las personas y de los profesionales para poder dar servicios allá donde estén.