Cómo poner herramientas avanzadas de la gestión de datos en manos del usuario

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Para algunos, el mundo de los datos y su análisis puede resultar algo intangible e inaccesible. Quienes trabajamos en el campo de la investigación y el análisis de datos solemos vernos ante el reto de combinar destrezas de varios campos diferentes para resolver enormes problemas intimidantes y de enorme complejidad. Sin embargo, a medida que los datos van cobrando importancia en negocios de todo tipo, nos vemos ante un futuro en el que todos, en mayor o menor medida, deberemos convertirnos en profesionales de los datos.

Tribuna de Opinión de Laura Schulz, directora de desarrollo estratégico y alianzas en el Centro de Supercomputación Leibniz (LRZ).

Los científicos especializados en datos, por la propia naturaleza de su campo, suelen ver los problemas desde una perspectiva diferente. Ya sean los retos cotidianos más mundanos o los grandes problemas que amenazan el futuro de la humanidad, los especialistas en datos suelen descomponer el problema en sus elementos más básicos y preguntarse "¿cómo podemos resolver esto?". Ese es el poder de los datos. Partimos de un problema; planteamos una hipótesis y dejamos que los datos nos guíen hasta la solución. Gracias a enormes avances en el mundo de los superordenadores, incluyendo continuos avances en los ámbitos de la IA, la informática cuántica y los superordenadores exascale, la calidad, cantidad y granularidad de los datos que empleamos no está haciendo sino mejorar. Y lo hace a gran ritmo.

No obstante, no son estos recursos avanzados de procesamiento de datos los que nos resuelven los problemas. Es la gente. En cada paso del proceso, se requieren cualidades intrínsecamente humanas para garantizar que planteamos el problema correctamente, recabamos y analizamos los datos correctos y evaluamos críticamente lo que vemos en nuestras pantallas para estar seguros de que coincide con la realidad de las cosas.

En el LRZ, que se ha ganado el reconocimiento como uno de los centros de supercomputación más importantes del mundo, dedicamos nuestro tiempo y recursos a ayudar a nuestros usuarios a abordar problemas de gran calado y dificultad. Para ello, les brindamos acceso a avanzadas técnicas de análisis de datos para que puedan llevar a cabo su investigación científica y realizar descubrimientos que continúen ampliando su conocimiento en ámbitos como el de la sanidad y el cambio climático, tan vitales para la supervivencia y prosperidad de la humanidad. Nuestro objetivo es seguir explorando las nuevas posibilidades que se abren en el mundo de los superordenadores y liderar la búsqueda de nuevos paradigmas tecnológicos para los datos.

Esta capacidad para analizar de datos es cada vez más accesible para organizaciones de todo tipo de ámbitos, tamaños y actividades. La prioridad hoy en día es extender estos recursos más allá del ámbito de los científicos y hacerlos accesibles al usuario cotidiano, permitiéndole canalizar el potencial de los datos para resolver problemas de todo tipo.

Cómo abordar el reto que es el usuario

Dar a los usuarios todo cuanto necesitan para trabajar en la economía de los datos no es tarea fácil. En labores de todo tipo, los usuarios tienen una necesidad cada vez mayor de extraer información a partir de los datos con los que cuentan. Sin embargo, no todos los usuarios están al mismo nivel. No todos los profesionales tienen el sinfín de habilidades que hacen falta para que alguien gane competencia con los datos, que van desde compilar y estructurar datos pre-procesados a emplear software (a menudo complejo) para extraer información a partir de estos datos. Algunos usuarios cuentan con una mayor preparación académica o profesional para filtrar y analizar datos, mientras que otros pueden verse abrumados por la mera idea, ya que les parece que este mundo dista mucho de sus destrezas fundamentales.

También hay grandes divergencias en cómo los usuarios prefieren interactuar con los datos. Hay quienes se ven cómodos explorando bases de datos de gran densidad en Excel, mientras que otros pueden tener cierta familiaridad con lenguajes de programación como Python, R o SQL y pueden aplicar sus propias técnicas de análisis de datos y otros prefieren emplear métodos más visuales de interpretar los datos. No existe una única manera de suministrar datos que permita adaptarlos a estas preferencias y aplicaciones tan diferentes.

Las organizaciones también deben estructurar sus operaciones en torno a los datos pensando en el futuro. El de los datos es un espacio intrínsecamente dinámico, por lo que las necesidades que los usuarios puedan tener hoy no coincidirán necesariamente con las que tengan en los próximos meses o años. Por eso, son los equipos directivos de las organizaciones los que deben ser flexibles a la hora de abordar el tema de los datos en lo que respecta a las estrategias, procesos y herramientas que utilizarán para evitar "verse atrapados" en un sistema concreto.

Las organizaciones no pueden poner a los datos como elemento central de sus actividades sin tener en cuenta todos estos factores a un nivel estratégico.

El usuario como prioridad

¿Cómo pueden asegurarse empresas y directivos informáticos de que sus usuarios van mejorando en su interacción con los datos? En mi opinión, esto se consigue poniendo a todos los empleados como foco central del ecosistema de la organización para los datos. Para lograrlo, deberemos considerar la experiencia de uso con los datos como una de nuestras principales prioridades. Las herramientas y procesos que utilicemos deberán ser intuitivos y accesibles y, en la medida de lo posible, las interfaces deberán eliminar mediante abstracciones las complejidades que, de otro modo, ahuyentarían a los usuarios con menos experiencia con los datos.

Aunque pueda resultar tentador perderse en los pequeños detalles de tareas y actividades concretas, creo que resulta importante ver el problema desde un punto de vista integral y entender el proceso del usuario final, desde la necesidad que lleva a la tarea, hasta la tarea una vez completada. ¿Cómo podemos estructurar todo esto para ofrecer una experiencia fluida, sencilla y bien integrada? En este contexto, debemos entender los datos como un ecosistema que abordar como un todo: deberemos asegurarnos de que todas las fuentes de datos y todos los proyectos se integran a través de nuestro departamento informático, de forma que diferentes equipos puedan trabajar en proyectos tan independientes como mutuamente beneficiosos. Al dar a los equipos la capacidad de compartir herramientas y conjuntos de datos, estos pueden ahorrar un tiempo valioso, obtener con más rapidez y precisión los resultados que buscamos y contribuir a una base de conocimiento que no hará sino ampliarse con el tiempo.

Los directivos también deberán plantearse cómo protegen a los usuarios frente a los riesgos que entraña un uso incorrecto de los datos. Los datos por sí solos no ofrecen información; es necesario que las personas los interpreten. Sin una apreciación consciente de los riesgos inherentes de la interpretación de los datos, como mantener una gran calidad en los datos, comprobar la fiabilidad de nuestras fuentes y descartar posibles sesgos, los resultados a menudo distarán de ser óptimos. Por ello, los directivos deberán implantar procesos para controlar la recabación y preparación de los datos y para asegurar que se utilizan debidamente.

Pensar a lo grande

Ante nosotros se abren oportunidades únicas en la historia, y estas oportunidades son cada día más accesibles para las organizaciones y sus usuarios. No obstante, incluso partiendo de las intenciones más idealistas, nunca hay garantías de que obtendremos resultados positivos.

Para que individuos, organizaciones y sociedades puedan alcanzar su pleno potencial, deberemos asegurarnos de que ponemos el toque humano que las tecnologías y los datos necesitan. Solo cuando tengamos la certeza de que nuestros planteamientos tecnológicos son reflejo de nuestra humanidad podremos avanzar como sociedad. Y será llegado ese punto cuando la tecnología realmente complemente nuestro modo de vida y todo cuanto nos rodea.

Esto requiere, hoy más que nunca, que comprendamos en toda su profundidad las tecnologías disponibles, cómo se almacenan y procesan los datos y cómo funcionan y, sobre todo, qué es lo que realmente necesitan los usuarios de sus sistemas. Y más importante aún, deberemos entender qué es lo que creen necesitar y cómo eso se traduce en lo que realmente está pasando en el sistema.

El papel de los directivos a la hora de llevar a cabo una transformación impulsada por los datos consistirá en tener una visión más estratégica de sus entornos de datos y de las interrelaciones que hay entre sus componentes. Pensar en la evolución y experiencia de los usuarios es un primer paso necesario para poder hacer de los datos algo accesible y hacer de ellos algo útil para todos.

Laura Schulz, directora de desarrollo estratégico y alianzas en el Centro de Supercomputación Leibniz (LRZ).

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