Retos y oportunidades de la IA en la empresa española

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IA en la empresa española: retos y oportunidades

La inteligencia artificial ha dejado de ser una tendencia de futuro para convertirse en un elemento diferencial para las organizaciones españolas. Sin embargo, que ya haya un elevado número de empresas que están trabajando en proyectos de mejora de su negocio apoyándose en la IA no elimina los retos que tienen que enfrentar las compañías, aunque abre la puerta a nuevas oportunidades que hay que desarrollar. De cómo está produciéndose la integración de la IA en la empresa española hablamos en un nuevo Encuentro de la Comunidad IT User en el que participaron portavoces de Aedas Homes, Dominion Global, Fundación ONCE, Grupo ASV, Grupo Ubesol, Mapfre, Minsait, Tecnatom y World2meet (Grupo Iberostar), y en el que contamos con la colaboración de Workday. Tal y como se desprende de las opiniones vertidas en el debate, la inteligencia artificial no es una tendencia de futuro para las empresas españolas, independientemente del sector económico en el que desarrollen su actividad, sino que los desarrollos apoyados en ella están empezando a hacerse un hueco en las organizaciones españolas. Sin embargo, no todas las empresas han optado por hacerlo de la misma manera ni el ritmo de desarrollo es equiparable en unas u otras áreas.

LOS DATOS: BASE DEL ÉXITO DE LA IMPLEMENTACIÓN DE LA IA

Lo que sí dejaron claro todos los portavoces en esta ocasión es que hay un elemento básico sobre el que poder desarrollar cualquier proyecto o estrategia de IA: los datos. Pero no se trata del volumen o del tipo de información, sino que el elemento básico para que los desarrollos alrededor de la inteligencia artificial ofrezcan los resultados esperados es que se trate de datos de calidad y fiables. Este es, por tanto, el primer gran reto sobre el que tienen que trabajar las empresas en todos sus proyectos. Pero no es el único, y a lo largo del debate fueron surgiendo otros tan importantes como este. Hablamos de la seguridad, porque además de unos datos de calidad, deben estar protegidos por el bien del negocio; de cumplimiento de las normativas, tanto alrededor de los datos como a las que puedan ir surgiendo alrededor de la propia inteligencia artificial; de responsabilidad ética o de riesgo reputacional, porque los problemas para las organizaciones pueden ir más allá de los económicos; de asegurar el retorno de la inversión realizada, demostrando el valor de los casos de uso planteados; de costes, porque los proyectos de IA sin el control financiero adecuado puede tener un alto impacto en los números de las empresas; de definir una estrategia y un modelo de gobierno que permita a las empresas definir los pasos adecuados en beneficio del negocio; y, sobre todo, vencer el rechazo al cambio en las propias organizaciones, porque la IA debe ser un soporte para los profesionales, no un sustituto, y como tal deben verla.

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