“Seguimos abiertos a nuevas operaciones de compras y fusiones”: Ruth Blanch (Alkemy)
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Hace seis años la multinacional italiana Alkemy adquiría la agencia de marketing digital española Ontwice, y en 2022 hacía lo propio con la consultora de desarrollo tecnológico Innocv Solutions. Esta operación, que se encamina a su fase final de integración, le ha permitido duplicar tanto su volumen de negocio como su plantilla, actualmente compuesta por 250 profesionales en España. La compañía ha sabido escuchar al mercado y a sus renovadas necesidades digitales, y ha puesto el foco en los segmentos de tecnología y datos, donde tiene mayor capacidad de diferenciación ante su cliente tipo, la mediana y gran empresa. En este proceso de reconversión ha jugado un papel fundamental Ruth Blanch, CEO de Alkemy Iberia, que ahora también tendrá que lidiar a nivel local con el resultado de la OPA amistosa que Retex, compañía transalpina especializada en el mundo del marketing y la tecnología para retail, acaba de proponer a Alkemy de manera consensuada, y que en estos momentos supone en primer lugar la presentación y definición de un nuevo plan estratégico y organizativo.
Grupo Alkemy nace hace doce años en Italia. ¿Cómo se define la compañía?
El grupo italiano Alkemy se define como una empresa de servicios que ayuda a evolucionar el negocio de otras organizaciones. Dos décadas atrás la industria estaba tratando de entender el mundo digital, que era un concepto más sofisticado y lejano de lo que ya lo es actualmente. Necesitaba transformar sus operativas, entender las oportunidades de negocio que podían derivar de este universo y enfrentarse a nuevos competidores que estaban surgiendo en otros ámbitos. En ese momento los fundadores de nuestra organización observan una oportunidad en el mercado, bajo ese concepto de alquimia, capaz de interrelacionar diversas disciplinas digitales. Los sufridos gerentes de las empresas debían entender qué era eso del SEO, de las redes sociales, del algoritmo, e ir más allá del stack tecnológico tradicional, con nuevas soluciones de software, hardware, y todo salpicado por el complejo mundo de la ciberseguridad. Fusionando numerosos ingredientes nacimos para que las compañías tuvieran acceso a un nuevo interlocutor mucho más accesible. Ya en la actualidad, en general todas las compañías se encuentran en una fase de transformación digital 2.0, bastante más sofisticada que la que ha tenido lugar en los últimos diez años, y donde el dato y la analítica juegan un papel crucial.
¿Cuáles son los principales números del grupo en la actualidad?
La compañía, que cotiza en el mercado bursátil de Milán y emplea a más de 900 profesionales, facturó 119,2 millones el año pasado, lo que supuso un crecimiento del 11,8% con respecto a 2022, y obtuvo un beneficio neto de 3,5 millones de euros. Por otro lado, nuestra operación más relevante se sitúa en el sur de Europa, aunque también estamos presentes en Europa del Este, Latinoamérica y Estados Unidos, mercados en los que pretendemos afianzarnos. De producirse finalmente la integración con Retex, estas cifras de facturación y empleados se duplicarían directamente.
¿Cómo fue el desembarco de Alkemy en España?
Nuestro origen en España se remonta a hace más de quince años, cuando nace Ontwice, una de las primeras agencias de marketing digital que emergen en nuestro país, y que es adquirida por Alkemy en 2018. En la actualidad contamos con una plantilla de 250 empleados, que prácticamente se ha duplicado en los dos últimos años, al igual que su volumen de negocio. El motivo no es solo orgánico, ya que hace dos años Alkemy adquirió una consultora española de desarrollo tecnológico llamada Innocv Solutions.
¿Innocv se mantiene en el branding de la compañía?
Esta marca de momento se está manteniendo por su conocimiento y presencia en el mercado español, pero se integrará dentro del grupo Alkemy.
¿La fase de integración de Innocv está completada?
Si le soy sincera, no está completada. Las integraciones de las empresas llevan su tiempo, no solo societaria y legalmente hablando, sino, y lo más importante, en todo lo que tiene que ver con integración de culturas, equipos, personas… Nos queda probablemente todo el año 2025 para llevar a término esa fase final. Si bien, hemos realizado muchos avances en este tiempo, ya que en tiempo récord estamos internamente integrando clientes comunes, cohesionando equipos, generando negocio nuevo, unificando oficinas en una única sede, etc.
¿Se han produciendo solapamientos entre ambas compañías?
Ya que Alkemy contaba también con equipo, desarrollos y negocio en el área de tecnología, nos decidimos por unificar clientes, perfiles y tecnologías. Por ello todo el equipo de tecnología del antiguo Alkemy se ha integrado con el equipo de Innocv. Pero no existían grandes diferencias entre ambas organizaciones, ya que provenimos de filosofías bastante agnósticas en cuanto a tecnologías, no estamos casados al 100% con ningún partner tecnológico. Contamos con especialistas en numerosas soluciones, lo que ha facilitado la integración. Obviamente trabajamos con Salesforce, Microsoft, Adobe o los grandes hiperescalares, ya que nos adaptamos a lo que quiere el cliente. Para lo bueno y para lo malo, puesto que esta filosofía supone disponer de perfiles especializados en numerosas áreas.
Entiendo que tras la integración con Retex, cualquier posible decisión local de crecimiento no orgánico queda en suspenso, ¿verdad?
No, seguíamos y seguimos abiertos a estas operaciones. El objetivo de la compañía es seguir creciendo orgánica e inorgánicamente, también en España. Dese cuenta de que Alkemy ha adquirido cerca de 10 empresas desde su nacimiento. Está en el ADN de la compañía este modelo de crecimiento.
Usted llegó a Alkemy hace 2 años y medio. ¿Qué se encontró cuando aterrizó? ¿Qué objetivos se marcó? ¿Cómo se lidera una organización en estos tiempos tecnológicamente tan disruptores?
Cuando me incorporo, me encuentro una compañía, que lo primero, se halla un poco huérfana, ya que en ese momento están saliendo los antiguos socios de Ontwice, y se debía dar a paso a una gestión más profesionalizada en el marco de un grupo empresarial más grande. Llego a una organización con unos valores tremendamente firmes y un equipo muy comprometido, ya que la mayoría de los empleados han crecido con la empresa. Han vivido el momento startup, han ido evolucionando hasta que se han visto comprados por una entidad más grande que quiere empezar a profesionalizar algunas gestiones, procesos y reportes, propios obviamente de una empresa cotizada. Se pasa de una compañía con tres propietarios que toman decisiones muy rápida y ágilmente, y donde todos se conocen, a una multinacional cotizada de otra dimensión y con nuevos dueños. Yo aterrizo en un momento en el que hay que convencer a la empresa y a los clientes de un cambio en la manera de trabajar, tras pasar a pertenecer a otro grupo, pero he de decir que me acogen con los brazos abiertos. Y recordemos el contexto: saliendo de la pandemia con todo lo que supuso en materia de explosión desordenada en materia de digitalización de las empresas, con sus consecuencias más y menos positivas en el corto y medio plazo. Y, prácticamente, en paralelo, como explicábamos antes, empezamos a integrar una empresa que se compra al poco de llegar yo, Innocv. En definitiva, fue un aterrizaje realmente trepidante.
Antes comentaba que las empresas, en términos generales, están avanzando hacia una fase de transformación digital 2.0. ¿En qué entiende que consiste esta etapa?
La fase de transformación digital 2.0 se halla mucho más evolucionada que la anterior en términos de tecnología y datos. Es decir, hemos avanzando tanto en capacidad de procesar datos como en la toma de decisiones mediante tecnologías que están haciendo evolucionar el papel que juega el ser humano en algunas de sus tareas habituales. Hace años hablábamos de la creación de páginas web o de apps, fases que afortunadamente casi todas las empresas ya han cubierto, aunque en algunos casos sean mejorables. Lo que también es cierto es que en numerosas ocasiones se ha realizado de manera deslavazada, y se echa en falta una capa común, un paso más en conocimiento y adaptación a tecnologías que son ahora más disruptivas, llamadas a automatizar, analizar, detectar y predecir.
¿Qué percibe que buscan más las empresas? ¿Precio, servicio, atención…?
Las organizaciones avanzadas tecnológicamente hablando solicitan de sus proveedores compromiso y autenticidad. En este mundo en algunas ocasiones se han implementado tecnologías que quizá eran muy sofisticadas para un tipo de negocio y que realmente no se necesitaban, lo cual pudo ser contraproducente a corto-medio plazo en su percepción de la tecnología y los que la proveen. Las empresas necesitan que las soluciones que incorporen sean escalables, y que los proveedores no instalemos y nos marchemos dejándoles más un problema que una solución. Alkemy sí tiene la capacidad consultiva que demanda el cliente para escucharle y recomendarle solo lo que necesita.
Tecnología, consultoría digital, data/analítica y marketing son los principales focos de negocio de la compañía. ¿Cómo ha evolucionado este porfolio y cómo lo va a hacer en el corto plazo?
Alkemy nace como consultora que asesora y acompaña a sus clientes. Con el tiempo nos hemos convertido en ejecutores tanto en el ámbito del marketing digital como del desarrollo tecnológico. Ahora observo que en el ámbito del marketing digital ya no hay tanto desconocimiento y existen muchísimos más perfiles. Además, se trata de un ecosistema atomizado donde existen empresas de diverso tamaño que pueden realizar operaciones interesantes de marketing digital, por lo que la diferenciación entre unos y otros cada vez es más reducida. Y, en ese contexto, nosotros estamos evolucionando hacia el mundo de la sofisticación de los datos y la tecnología, siempre aplicado al ámbito de los negocios, porque nuestra máxima es hacer que las empresas ganen más dinero, bien sea por la generación de más ingresos o por el ahorro de costes. Ahí es donde reside un mayor espacio para Alkemy.
¿Cuánto representa ya en España el área de tecnología y data?
Ya se sitúa en el 50%, y va a ir a más.
En el caso concreto de la inteligencia artificial, ¿cuál considera que es su nivel de implantación en nuestro país?
Bajo mi punto de vista, el nivel de implantación de la inteligencia artificial en España es todavía muy reducido para el ruido que se está haciendo. Le voy a mostrar un ejemplo: este año hemos realizado 32 talleres a grandes empresas explicando conceptos fundamentalmente de IA generativa, con aplicaciones, casos de uso en otras empresas de sus sectores, etc. Al finalizar esos workshops les trasladamos si quieren que les ayudemos a valorar la implantación de alguna tecnología o proyecto de IA. Pues bien, en este momento tan solo estamos trabajando en dos proyectos de ese tipo. Este es el ratio de interés que muestra una empresa tras apuntarse a un taller, debatir sobre el tema, formar a su gente… Son varios los motivos, pero uno de ellos es que todavía no está claro qué departamento ha de contar con el presupuesto para afrontar proyectos de IA. ¿Recursos humanos? ¿Marketing? ¿IT? O como está empezando a suceder en algunas empresas, ¿se deben crear áreas de inteligencia artificial específicas que velen por el crecimiento y la estrategia de aplicación de la inteligencia artificial en las organizaciones? De hecho, en algunas grandes empresas ya ha nacido una nueva nomenclatura: Chief AI Officer. Y tiene sentido, porque alguien tiene que poner prioridades y marcar estrategias si no queremos que ocurra como en los orígenes de Internet, cuando se comenzaron a plantar numerosas setas de manera incontrolada que terminan siendo inmanejables. También estamos comenzando a observar la creación en algunas empresas de comités y equipos multidisciplinares, tanto de negocio como técnicos, que de forma cohesionada están ayudando a avanzar de manera muy enriquecedora en este contexto. De cualquier forma, nos hallamos en una fase muy incipiente.
¿Cuál es el perfil de interlocutor con el que suelen interactuar entre las empresas?
Le agradezco esa pregunta, ya que es uno de nuestros principales dolores de cabeza. Ha dado en la clave. Y es que no es un perfil único. En una compañía como la nuestra, en la que al final somos alquimistas, a veces se trata de un director general, que está marcando la estrategia de evolución del negocio, pero en otras muchas ocasiones interactuamos con el CTO, el CIO, el CMO o el director de estrategia. En grandes corporaciones, de sectores como banca y seguros, también tratamos con el director de innovación.
Por lo tanto, ¿su perfil tipo de cliente es mediana-gran empresa de cualquier sector, o tienen más foco en determinados sectores específicos?
Efectivamente, trabajamos sobre todo con medianas y grandes empresas, y contamos con notable especialización en los sectores de banca y seguros, aunque disponemos de una cartera bastante diversa. Operamos también con consumo, retail, energía o telcos.
Teniendo en cuenta esa filosofía de alquimia que determina a su compañía, poniendo el foco en las empresas que se están integrando y que están por llegar. ¿Cuál sería su competencia? Es decir, entiendo que lo hacen tanto con agencias de marketing, por un lado, como con grandes consultoras tecnológicas, integradores, startups que han nacido más recientemente al albor de la nube o la inteligencia artificial...
Es complejo, efectivamente. Contamos con tres grupos de competidores fundamentalmente. Por un lado, las agencias de publicidad y marketing, con diversos tamaños, desde muy pequeñas a realmente grandes, y casi todas tratando de realizar esa evolución tecnológica, aunque no lo lleven en su ADN. En segundo lugar, las consultoras, donde nos encontramos desde las Big Four (Deloitte, PwC, EY y Accenture) hasta las tecnológicas de puro desarrollo, o incluso empresas del grupo Indra. Y, por último, el compuesto por aquellas compañías más semejantes a la nuestra, tanto en orígenes como en tamaño, del tipo Making Science, JAKALA o The Cocktail, de las que nos diferenciamos en nuestra mayor capacidad de innovación tecnológica.