La pandemia exige que los bancos aceleren su digitalización, según PwC

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El informe 'Unión Bancaria, ¿una vacuna contra la crisis?', cuyas principales conclusiones acaba de publicar PwC, asegura que la pandemia ha tensado la gestión de riesgos de la banca y que su digitalización es apremiante para poder 'acelerar el cambio de negocio'.

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La situación económica generada por la pandemia está provocando un doble efecto en la banca europea. Un análisis de PwC explica que, por un lado, la incertidumbre sobre la evolución de la epidemia y sus efectos está tensando la gestión de riesgos de las entidades financieras europeas, más pendientes que nunca de cuestiones como la evolución de la morosidad o el posible deterioro de la calidad de sus activos. Por otro, la aceleración de tendencias, como la digitalización, y la amenaza de las llamadas bigtech, están apremiando la necesidad del sector de avanzar hacia una “especie de spotifybanking”, en el que la tecnología se extienda a todas las capas del servicio, en detrimento de la operativa tradicional.  

Los expertos de esta consultora sostienen que la Unión Bancaria ha permitido al sector financiero navegar la crisis con relativa tranquilidad y mantener a pleno rendimiento la concesión de préstamos a empresas y familias, motor esencial de la actividad económico. Sin embargo, la incertidumbre sigue siendo todavía muy elevada. Es esta incertidumbre, de acuerdo con el documento, la que está tensando la gestión del riesgo de las entidades europeas y se encuentra detrás del renovado enfoque de la supervisión europea, que ha reforzado en los últimos meses su política de control del riesgo de crédito. “Las autoridades del Mecanismos Único de Supervisión (MUS) han pedido a los bancos que refuercen la vigilancia sobre los préstamos dudosos a las empresas y a familias, y les está urgiendo a hacer proyecciones sobre el impacto de la crisis en las provisiones, los niveles de capital y los préstamos en riesgo de impago”, señalan.

A la espera de la capacidad de los gobiernos para distribuir las vacunas y para superar definitivamente la crisis, lo que parece claro es que algunas de las tendencias que se venían observando en el sector financiero han llegado para quedarse y va a acelerar el cambio de modelo de negocio de los bancos. Según el informe, el proceso de digitalización, ya en marcha antes de la pandemia, ha avanzado a mayor velocidad, tanto en las relaciones con el cliente como en la organización interna de las entidades. Y será un factor determinante para combatir la baja rentabilidad de la banca, la rémora de la herencia de los activos físicos y la creciente competencia los nuevos jugadores que están entrando en el sector, especialmente, de los grandes gigantes tecnológicos.

 

En este sentido, Amazon, Google, Apple, Microsoft, Facebook, Alibaba, Paypal o Ebay suponen cada vez un desafío mayor para las entidades financieras, por delante de las fintech.  La transversalidad de sus operaciones, su alcance geográfico y su creciente actividad en muchos servicios financieros, les convierte en unos competidores mucho más peligrosos para la banca tradicional.

Además, la crisis ha acabado por reforzar su posición ya que su capitalización bursátil creció, de media, un 38% en el último año, frente a la caída de la del sector financiero, de en torno al 37%.

Los gigantes tecnológicos son, por tanto, cada vez más grandes y con mayor potencia de fuego para emprender nuevos proyectos en el sector financiero. Una ventaja que se está traduciendo, poco a poco, en un mayor protagonismo en distintos nichos de mercado. En el caso de los préstamos, por ejemplo, en 2019 las fintech y bigtech movieron, en todo el mundo, créditos por valor de casi 800.000 millones de dólares frente a los 20.000 millones de 2013. Y de estos 800.000 millones, el 70% del pastel se lo han llevado las grandes tecnológicas. Unas cifras y tendencias que hay que tener en cuenta. Si bien es cierto que, en términos de stock, representan todavía un porcentaje muy pequeño del crédito mundial al sector privado. En este sentido, el informe incluye un análisis de los negocios de la banca tradicional más expuestos a la entrada de los nuevos jugadores, como son la concesión de créditos, los sistemas de pago y la colocación de productos financieros.

Recomendaciones
El informe aconseja que, en este entorno de incertidumbre, dura competencia, exigencias regulatorias y bajas rentabilidades, los bancos afinen en la gestión de riesgos; que no renuncien a presentar batalla en aquellas líneas v de negocios que son más permeables a la entrada de los nuevos jugadores, como los medios de pago; consideren como alternativa las fusiones; que expriman la innovación ofrecen los sandboxes regulatorios para ensayar proyectos novedosos de tecnología financiera, ya sea por su cuenta y riesgo o en colaboración con las fintech, y que refuercen la inercia positiva en su reputación. Una de las secuelas de la pandemia es que ha permitido a los bancos restaurar una parte de la reputación perdida con la crisis financiera de 2008. Al contrario que entonces, los bancos no solo no han sido el origen del problema, sino que se han comprometido activamente para formar parte de la solución.  Es un buen momento, por tanto, para prolongar esa inercia positiva.