La inteligencia artificial impulsará importantes avances en el campo de la salud

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Diagnósticos precoces, predicción de desastres naturales, fármacos más eficaces, formas de prevención del suicidio, etc. La inteligencia artificial, capaz de procesar cantidades ingentes de datos y dar sentido a toda esa información, y los expertos le auguran un futuro aún más brillante.

La IA ha explotado en el último año, pero hace tiempo que se está implementando en el ámbito sanitario. Pero ¿qué áreas en concreto saldrán más beneficiadas? ¿Cómo cambiará el estado de salud de la población si se apoya en la IA? Según Laia Subirats, profesora de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC, entre los campos que pueden experimentar un gran avance se encuentra el del diagnóstico, que será más eficaz y rápido.

"Ahora existen nuevas técnicas de procesado de imágenes y de sensores, así como diferentes tecnologías, como el procesado de lenguaje natural (NLP) y el aprendizaje federado en electronic health records (EHR)", señala. Un ejemplo de estas aplicaciones es el estudio publicado en Nature por investigadores de Estados Unidos del Cedars-Sinai Medical Center y de la Stanford University, que concluye que la IA mejora los resultados de los humanos en la evaluación de ecocardiogramas, un tipo de imágenes empleadas para diagnosticar dolencias cardiacas. O el diagnóstico precoz y cribado para aumentar la supervivencia en cáncer de pulmón, para lo que se está desarrollando un ensayo en el Reino Unido.

"El procesado de los datos requiere un tiempo, pero la IA permite analizarlos a tiempo real, lo que posibilita hacer una detección más rápida de posibles anomalías. Y eso se puede aplicar tanto a la monitorización como a una posible asistencia en cirugía", indica Subirats.

La IA en la salud mental y en la prevención de riesgos

Otro campo en el que la IA puede aportar muchos beneficios es el de la psicología. Como explica Manuel Armayones, profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, en un sistema público saturado y en el que el número de psicólogos trabajando en la sanidad pública es insuficiente, la IA puede convertirse en una herramienta clave. "Jamás deberá reemplazar la figura del psicólogo, pero puede utilizarse para mejorar la capacidad y el alcance de la labor de los que ahora mismo están trabajando", advierte y sostiene que podrá agilizar procesos de evaluación y diagnóstico, hacer una primera criba de urgencia y gravedad de casos, y brindar apoyo en emergencias como la prevención del suicidio o trastornos juveniles graves "entre algunas de las situaciones que más sufrimiento y preocupación social están provocando en la actualidad".

Además, el investigador de la UOC ve un gran potencial en la IA para ofrecer un acompañamiento diario en procesos agravados por la soledad, proporcionando un seguimiento continuo y personalizado a aquellas personas que se enfrentan a situaciones de aislamiento, "pero sobre todo como una herramienta a disposición de los psicólogos que les puede permitir tanto evaluar mucho mejor el contexto social, familiar y personal como integrar la IA como un instrumento para dar información a las personas en tiempo real y en contextos específicos sobre recursos, actividades, formaciones, etc. que pueden llevar a cabo".

El diagnóstico precoz y la salud mental no son las únicas áreas en las que la IA puede ayudar. Para Andreas Kaltenbrunner, investigador del grupo Artificial Intelligence and Data for Society (AID4So) del IN3, las herramientas de IA tienen también el potencial de desempeñar un papel crucial en la resolución de conflictos para abordar la creciente polarización dentro de la sociedad. "Para ello, las herramientas impulsadas por IA pueden analizar datos de conflictos existentes, identificar patrones recurrentes y predecir posibles áreas de tensión. Además, pueden detectar polarización durante debates, resumir puntos de vista opuestos, resaltar puntos en común y proponer posibles posiciones de compromiso", sostiene.

Igualmente, puede aplicarse a la predicción de desastres naturales a través de imágenes en redes sociales. "La IA puede hacer cosas que para un ser humano serían imposibles de llevar a cabo sin el soporte de la computación. Por ejemplo, procesar inmensas cantidades de datos", explica Lapedriza, que también ha participado en un proyecto con investigadores del grupo liderado por Javier Borge CoSIN3, del IN3 de la UOC, y la empresa DetectA para detectar automáticamente, a partir de imágenes aéreas públicas, qué tejados tienen amianto, un producto altamente contaminante y peligroso para la salud.