La llegada de los vehículos autónomos y conectados: oportunidades y riesgo

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Los vehículos autónomos y conectados traerán importantes cambios para las ciudades. Un reciente informe profundiza en sus oportunidades potenciales, pero también en los riesgos que tendrán que afrontar las áreas urbanas si no se planifica su adopción.

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El informe “Cities in the Driving Seat – Connected and Autonomous Vehicles in Urban Development”, de Siemens, proporciona información tanto de las oportunidades como de los riesgos a los que se enfrentan las ciudades con la llegada de los vehículos autónomos y conectados (CAV). “La llegada de los vehículos conectados y autónomos (CAV) tiene el potencial de causar cambios importantes y disruptivos en las ciudades de todo el mundo”, señala el documento.

Por eso, recomienda que las ciudades aborden y planifiquen con antelación -y en un contexto más amplio-, el reto de la trasformación de la movilidad. Este análisis investiga las relaciones entre el desarrollo urbano, las políticas de transporte público, el suministro de energía, la contaminación y la creciente participación de los vehículos conectados y autónomos en el tráfico de las ciudades, ya que la falta de planificación a medio plazo y las inversiones tardías en infraestructura podrían crear efectos sociales, económicos y medioambientales negativos.

El potencial de los CAV para generar un cambio transformador es enorme. Los mayores beneficios son:

- Viajes de “primera y última milla” que fortalecerán el transporte público;
- Reducción del ruido, la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero;
- Disminución del número de muertes y lesiones en la carretera. Anualmente se pierden 1,25 millones de vidas en todo el mundo debido a colisiones en - las carreteras y, aproximadamente, el 90% de estas colisiones son el resultado de un error humano;
- Acceso ampliado a la movilidad de jóvenes, ancianos, discapacitados y marginados sociales;
- Reutilización de terrenos actualmente usados para estacionamientos y carreteras como espacios verdes, viviendas, escuelas, ciclovías protegidas, etc.;
- Mayor eficiencia y seguridad a través de la conexión y comunicación de vehículos con las infraestructuras de la ciudad.

Sin embargo, sin políticas claras y bien pensadas, su adopción podría tener consecuencias negativas como, por ejemplo, las siguientes:

- Continuación de los efectos del cambio climático si los CAV no están regulados como vehículos de bajo o cero carbono;
- No disminución del número de vehículos en propiedad, si las personas prefieren su propio CAV en lugar de adoptar un sistema de transporte compartido;
- Aquellos CAV no utilizados pueden causar congestión y ocupar espacio de estacionamiento innecesario;
- Aumento del recorrido por vehículo, si las personas realizan en CAV los trayectos que habitualmente realizaban a pie, en bicicleta o en transporte público.