2021 acabó sin cubrir 7.000 vacantes en el sector TIC
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Aunque en las profesiones vinculadas a la informática la tasa de paro apenas llega al 3%, en 2021 unas 7.000 posiciones se quedaron sin cubrir por falta de competencias en un mercado que ya contrata, con extrema dificultad, entre 35.000 y 40.000 profesionales técnicos anualmente.
La aceleración de la transformación digital de las empresas españolas tras la pandemia, impulsada por las políticas europeas, amenaza con agravar el déficit de especialistas TIC nuestro país. En 2021, unas 7.000 posiciones del sector de servicios TIC se quedaron sin cubrir por falta de competencias, aunque en las profesiones vinculadas a la informática, la tasa de paro apenas llega al 3%. Anualmente, el mercado ya contrata entre 35.000 y 40.000 ingenieros y técnicos digitales, pero con extrema dificultad.
Esta es una de las principales conclusiones de la quinta estudio ‘Empleabilidad y Talento Digital 2021’, elaborado por la Fundación VASS y la Universidad Autónoma de Madrid UAM. A futuro, la situación puede agravarse, ya que España debería crear 1,3 millones de especialistas TIC para cubrir los objetivos marcados por la Comisión Europea de cara a 2030, pero “con los ritmos actuales no llegaríamos a los 400.000 en ese tiempo. Además, según nuestras previsiones, la carencia de perfiles técnicos se agravará, a razón de 50.000 profesionales adicionales cada año”, explica Antonio Rueda, director de la Fundación VASS y responsable de este estudio .
A raíz de la pandemia, las empresas del sector de servicios TIC se han convertido en un motor de creación de empleo muy potente, particularmente en el ámbito de los servicios digitales. En los últimos cinco años, su facturación ha crecido un 22%, crecimiento en el que juega un papel muy significativo el subsector de servicios digitales, que ha visto como se ha incrementado su facturación un +9,7% en 2021.
Sin embargo, y a pesar de que el número de jóvenes que desean estudiar y trabajar en estas especialidades es cada vez mayor, solo son 8.147 los estudiantes de disciplinas informáticas que finalmente se integran definitivamente en el mercado laboral, una cifra muy pobre para las más de 14.000 empresas con procesos de contratación activos para especialistas TIC. “En estos tiempos de escasez de materiales para el sector de las TIC, no debemos olvidar que la materia prima esencial de la digitalización es el talento”, ha añadido Rueda, pues a su juicio “a raíz de la pandemia, hemos vivido una aceleración de todo el proceso de transformación digital”.
Otro de los problemas que pone de relieve el estudio es la falta de capacidad de las universidades para hacer frente al déficit de talento digital. Desde el curso 2015-16, aproximadamente 27.031 jóvenes que solicitaron plaza en el grado de informática se quedaron fuera por la incapacidad de absorción del sistema universitario. Por ello, gran parte de las incorporaciones técnicas procedentes de la universidad no vienen específicamente de ingeniería informática. Así, casi la mitad (48,5%) de estas contrataciones provienen de otras carreras, como telecomunicaciones, física, matemáticas u otras ramas de ingeniería.
Las necesidades del mercado hacen que las incorporaciones de procedencia extrauniversitaria, fundamentalmente provenientes de la Formación Profesional y los ‘bootcamps’, representen ya el 53% del total.
La incorporación de la mujer, una asignatura pendiente
Sobre este tema, el informe destaca que la brecha de género en el ámbito educativo de las TIC sigue estando muy presente, pues solo hay un 16% de estudiantes mujeres en las carreras de ingeniería informática, aunque ellas obtienen mejores ratios de desempeño que sus compañeros de aula.
Las cifras no son mejores en cuanto a la finalización de los estudios, pues solo uno de cada seis especialistas TIC y uno de cada tres graduados en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres. Estos datos representan una falta de vocaciones estructural, pues en etapas más tempranas de la educación los números son mucho más equilibrados. Y es que el 47% de los estudiantes españoles en las ramas de bachillerato de ciencia y tecnología son mujeres.