Gestión y eliminación de activos informáticos, una oportunidad más allá de la sostenibilidad
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Cuando pensamos en eliminación de activos informáticos, enseguida lo asociamos con la sostenibilidad, pero lo cierto es que para las empresas, son múltiples los objetivos y beneficios obtenidos con una adecuada estrategia de gestión de estos recursos electrónicos, como, por ejemplo, una mejora en la gestión de estos, un incremento de la seguridad de la empresa, el adecuado cumplimiento de las normativas e, incluso, un potencial beneficio económico. En las próximas líneas les mostramos las claves para definir esta estrategia de forma adecuada para maximizar todo lo positivo que puede aportarnos.
En muchas ocasiones, una vez que los activos informáticos de una empresa llegan al final de su vida útil, son retirados, desechados, donados o entregados a alguna empresa de reciclaje, pero lo cierto es que con una correcta gestión de esta eliminación y con las herramientas adecuadas, las empresas pueden generar valor.
Una de las opciones que tienen a su disposición las empresas es la recomercialización de estos activos, lo que contribuye, de forma directa, a reducir el TCO (Coste Total de Propiedad). Y es que se estima que en 2026 el mercado de disposición de activos informáticos (ITAD), que abarca el reciclaje, la recomercialización, la reutilización y la eliminación de activos informáticos retirados, podría alcanzar los 24.500 millones de dólares. Es más, se estima que el segmento de remarketing y recuperación de valor podría elevarse a 7.300 millones de dólares para el mismo año. Sin embargo, solo la mitad de las organizaciones mundiales participa de estas prácticas de forma segura, y solo el 14 % logran recuperar el valor de sus activos de TI retirados. Esto significa que hay una gran oportunidad para las organizaciones que buscan recuperar el dinero de TI gastado.
⇒ Conoce los cuatro pilares que sustentan una estrategia de gestión de activos informáticos en este enlace.
Alinearse con los objetivos de desarrollo sostenible
Si pensamos que en 2030 se espera que los residuos electrónicos van a alcanzar los 74 millones de toneladas, todas las compañías tienen que alinearse con los objetivos de desarrollo sostenible, y tomar medidas para la disposición segura de activos informáticos una vez que alcanzan el fin de su vida útil. Las organizaciones pueden aportar en esta línea si deciden reducir los residuos electrónicos que van a parar a los vertederos, evitar nuevas emisiones de carbono y prolongar la vida útil de los activos de TI.
Y es que todas las compañías deberían tener un plan de eliminación de activos de TI, porque, si los activos se tiran a la basura, no sólo se ponen en peligro los datos, sino que se pierde el valor potencial del activo, porque al reciclar los activos informáticos obsoletos, se está contribuyendo a una economía circular más amplia y está ayudando a reducir la cantidad de residuos que van a parar a los vertederos.
Errores a evitar en la eliminación de activos
En ocasiones, las empresas no ponen el cuidado necesario a la hora de eliminar sus activos informáticos. Esto, además de suponer un problema para el medio ambiente, se generan 53 millones de toneladas al año, una cifra que se duplicará a mediados de este siglo, también pueden provocar un serio perjuicio económico, porque con una inadecuada gestión de estos residuos, se puede infringir el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), lo que puede suponer importantes multas, que pueden llegar a ser de hasta 20 millones de euros o el 4% de los ingresos globales anuales, en función de la gravedad y las circunstancias de la infracción.
Algunos de los errores más habituales a solucionar son:
- No basta con limpiar los dispositivos y tirarlos a la basura. Si los datos no se eliminan correctamente o si los soportes no se destruyen adecuadamente, sigue existiendo el riesgo de una filtración de datos.
- No se trata solo de algo relacionado con TI. El proceso de eliminación segura de los equipos informáticos tiene aspectos técnicos, legales, logísticos y administrativos a tener en cuenta.
- No solo hay que preocuparse por las leyes y normativas que rigen específicamente los residuos electrónicos. Existen otras normas, como RGPD, que es imprescindible cumplir.
- Hay que confiar en un proveedor de garantía, no en la opción de menor coste.
- Es necesario contar con un registro de dónde y a quién han ido a parar los activos informáticos para establecer que la gestión de RAEE ha sido realmente responsable y conforme, tanto desde el punto de vista medioambiental como de la seguridad de los datos.
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