La mayoría de los directivos están en una etapa incipiente de adopción de la IA

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En la mayoría de los casos, su interacción con la IA se limita aún al uso de herramientas básicas de asistencia, como copilotos para redactar documentos o generar agendas, sin aprovechar las capacidades de automatización y análisis que podrían liberar tiempo y mejorar la calidad de las decisiones.

En pleno auge de la inteligencia artificial (IA) generativa y de los agentes autónomos, surge una pregunta clave para las organizaciones: ¿están realmente preparados los directivos para aprovechar todo el potencial de esta tecnología? Un reciente análisis elaborado por LiceoTIC Training revela que no.

De acuerdo con el informe “Uso de IA Generativa en las empresas”, los líderes empresariales se enfrentan a una transformación profunda en su forma de trabajar y decidir. Sin embargo, en la mayoría de los casos, su interacción con la IA se limita aún al uso de herramientas básicas de asistencia, como copilotos para redactar documentos o generar agendas, sin una integración estratégica en los procesos de negocio.

 

Brecha entre potencial y realidad

El estudio identifica tres niveles de madurez en la adopción de IA en el entorno directivo: incipiente, intermedio y avanzado. En el primer estadio, el directivo usa IA para tareas personales; en el segundo, delega funciones operativas simples en agentes; y en el tercero, la IA es capaz de tomar decisiones delegadas y actuar como soporte estratégico.

La realidad actual es que la mayoría de los directivos se mantiene en el primer nivel, sin aprovechar las capacidades de automatización y análisis que podrían liberar tiempo y mejorar la calidad de las decisiones.

El estudio señala que, en empresas con baja madurez digital, entre un 60% y un 80% del tiempo de los analistas se dedica exclusivamente a preparar datos para la toma de decisiones, principalmente mediante Excel en vez, de utilizarlo a tomar decisiones en base a los datos. Esto se traduce en hasta 25 horas semanales por analista, o incluso dos semanas al mes en pequeñas y medianas empresas, sólo en tareas manuales de elaboración de informes. Entre los principales obstáculos detectados están:

-     La dispersión de datos entre múltiples sistemas (ERP, CRM, hojas de cálculo).

-     La escasa calidad de los datos (duplicados, errores, valores ausentes).

-     La falta de automatización en la gestión de la información.

-     La resistencia cultural al cambio en los equipos de dirección.

A medida que la IA evoluciona desde asistentes de texto hasta agentes autónomos capaces de analizar escenarios estratégicos, las organizaciones necesitan replantearse el rol del directivo: de gestor operativo a arquitecto de decisiones.

El informe concluye que para que la IA tenga un impacto transformador, es imprescindible que los equipos directivos comprendan sus capacidades, impulsen su integración estructurada y lideren la cultura de adopción desde arriba.