¿Qué puede aportar un parque científico-tecnológico al tejido empresarial?

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Los parques científico-tecnológicos españoles se han posicionado como viveros de innovación. De hecho, según la APTE, asociación que los reúne, el empleo en los parques en 2020 creció un 3,3% respecto al año anterior, lo que se traduce en 184.508 empleados y la necesidad de nuevas instalaciones.

Los parques científico-tecnológicos y los ecosistemas innovadores han demostrado ser entornos resilientes a la crisis derivada de la pandemia. Así lo explica uno de ellos, la Milla de Conocimiento Margarita Salas de Gijón, que acoge a más de 180 empresas, centros tecnológicos y de formación, un hospital universitario, y muchos otros agentes implicados en la evolución de la ciencia, la tecnología, la cultura y el arte.

Pero ¿qué es lo que hace que, en España, estos espacios sean esenciales para nutrir el tejido empresarial e impulsar proyectos innovadores? Los expertos de Gijón Impulsa, gestor este espacio, han analizado las principales claves que posicionan a estos centros como espacios estratégicos.

· Facilitan la relación entre empresas. Este tipo de ecosistemas ofrecen un espacio único en el que el networking entre empresas y profesionales de distintos sectores es uno de los principales atractivos. Sus instalaciones suelen promover la creatividad y la investigación y ofrecer servicios de ayuda al emprendimiento, como son los programas para la transferencia de conocimiento, asesoramiento legal, tecnológico y fiscal, jornadas técnicas, programas de formación para emprendedores, entre otros. Todo esto hace que estas conexiones entre profesionales y expertos se producen de manera natural y eficiente.   

· Constituyen un lugar donde se asienta el conocimiento. La colaboración y el intercambio de conocimiento entre empresas garantizan un beneficio doble para aquellas que se localizan en parques con características similares a las que ofrece el Parque Científico Tecnológico de Gijón. Las razones se encuentran, por un lado, en la capacidad de atracción de talento cualificado; y, por otro, en la configuración de un entorno de generación de nuevas oportunidades que aseguran que sean un polo de impulso empresarial con un alto valor añadido.    

· Son espacios abiertos a la ciudadanía. La presencia de núcleos empresariales puede ir mucho más allá de la actividad laboral y el desarrollo profesional. Ampliaciones como la que tiene previsto este parque de la ciudad asturiana en varias fases, intentan asegurar que sean espacios sean abiertos a la ciudadanía para que ésta pueda disfrutar de los mismos y formar parte de la evolución económica y social de la ciudad.

· Respetan el entorno en que se ubican. Los parques empresariales deben ser un claro ejemplo en cuanto a sostenibilidad y respeto por el entorno en el que estén ubicados. Trasladar estos valores tanto a nuevas empresas como a las que ya tienen recorrido es esencial para el que el conjunto del parque sea respetuoso con el medio ambiente.

· Funcionan como engranaje para la innovación. La convergencia de empresas, instituciones, centros tecnológicos, universidades y centros de formación generan un entorno en el que la innovación es la protagonista en ámbitos como la ciencia, la tecnología, la cultura y el arte. “Gracias a la disponibilidad de infraestructuras y de sus servicios de financiación de proyectos y asesoramiento para el crecimiento, la modernización o la digitalización empresarial, las soluciones innovadoras encuentran un lugar adecuado en el que poder ser desarrolladas”, explican.

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