La observabilidad es clave para el desarrollo de la industria IoT

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La observabilidad recopila, analiza y correlaciona los datos de un sistema en ejecución para proporcionar una pormenorizada descripción de su funcionamiento. Esta capacidad de supervisión del IoT también se emplea para aumentar la optimización del rendimiento de los sistemas.

El mercado del IoT sigue experimentando un gran crecimiento, con la estimación de alcanzar los 29.700 millones de dispositivos conectados en el año 2027, frente a los 19.200 que hay en la actualidad.

La implementación del IoT está suponiendo una revolución en muchas industrias, como la manufactura, la salud, la agricultura o la logística, especialmente cuando se combina con otras tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, el aprendizaje automático o el blockchain para crear soluciones más sofisticadas. En España, el sector de la logística emplea casi un 40% del total de dispositivos IoT, seguida por la agricultura y ganadería, que hace uso de un 25%.

No obstante, en ocasiones es difícil medir el rendimiento de estos equipos conectados debido a la complejidad de sus sistemas, por lo que se puede estar perdiendo información de valor. Para ello se pueden emplear soluciones de observabilidad, señala nettaro. Esto se debe a que la observabilidad permite comprender el estado o el comportamiento interno de un sistema basándose únicamente en los datos que este mismo proporciona.

En la industria del IoT, la observabilidad recopila, analiza y correlaciona los datos de un sistema en ejecución (métricas, logs y traces) para proporcionar una pormenorizada descripción de su funcionamiento actual. Esta capacidad de supervisión del IoT también se emplea para aumentar la optimización del rendimiento de los sistemas, y de esta forma identificar cuando se producen retrasos debido a cuellos de botella u otros factores que estén alterando el desempeño normal de los sistemas.

A su vez, la detección de comportamientos anómalos puede indicar una brecha en los sistemas de seguridad. Estas métricas optimizan el negocio, asegurando que no se van a producir roturas de stock o fallos informáticos que impliquen sobrecostes, cumpliendo con los tiempos y presupuestos establecidos.