DeepSeek no parará la inversión de Occidente en IA y resto de tecnologías de la digitalización
- Opinión

En 2025 aumentan por igual el gasto en tecnologías de la digitalización y la ansiedad creciente por ver los primeros retornos de la inversión (ROI), a las billonarias inversiones en inteligencia artificial comprometidas por las firmas Big Tech, por un lado, y por todo el sector tecnológico digital, en cada uno de sus segmentos.
Por Jorge Díaz Cardiel, socio director general de Advice Strategic Consultants
En este contexto, la repentina aparición de DeepSeek, la startup china dedicada a la inteligencia artificial (como OpenAI, Anthropic, Cohere), ha echado más leña aún al fuego, de la impaciencia de los inversores occidentales, por obtener beneficios tangibles de su inversión en la IA. Es verdad que los índices bursátiles, los mercados de valores, al escribir estas líneas un lunes 27 de enero de 2025, están de capa caída en Occidente (el índice tecnológico de Wall Street, Nasdaq cae -3%). Resulta que, un laboratorio chino con 200 empleados e inversión de 6 millones de dólares, ha inundado de miedo a Occidente, en un momento en que todo pintaba como “días de vino y rosas”, para el sector tecnológico digital norteamericano y europeo.
Hay que poner las cosas en su sitio. ¿Nadie sabía hasta la tercera semana de enero de 2025 de la existencia de DeepSeek? En el Foro de Davos, organizado por el World Economic Forum (segunda semana de enero), “de repente”, los pocos líderes de firmas Big Tech que no asistieron a la ceremonia de inauguración del presidente Trump en Washington, hablaron con admiración de DeepSeek. Uno de ellos fue Satya Nadella (CEO de Microsoft), que destacó que DeepSeek operaba en open source, que había sido muy eficiente en su gestación (mínima inversión y un rendimiento espectacular, que ha dejado en mal lugar a sus homólogos norteamericanos)... En Davos se habló de DeepSeek.
Curiosamente, qué casualidad, el semanario británico The Economist dedicaba su sección más importante, en su número fechado el 25 de enero de 2025, a tomarse en serio la competencia china en inteligencia artificial y, por supuesto, hablaba de DeepSeek, que, parece ser, “alimenta” a las Big Tech chinas como Huawei, Tencent, Alibaba y ByteDance, entre otros conglomerados tecnológicos chinos.
Y, en tercer lugar, y para poner la guinda al pastel, Occidente amanece el 27 de enero de 2025 con un “lunes negro” en las bolsas mundiales, que hunden los valores de empresas como Nvidia y ASLM, entre otras muchas firmas tecnológicas, relacionadas en Occidente con el desarrollo de la inteligencia artificial: microprocesadores, software, servidores, data centers, ordenadores, smartphones…, según The Wall Street Journal y Bloomberg, la pérdida de valor en bolsa de los valores occidentales protagonistas de la IA, alcanzaría 1 trillón de dólares.
Esta historia ya la conocemos. Nada mejor que tener un enemigo que inspira mucho miedo para hacernos reaccionar. Durante la primera Guerra Fría entre Occidente y la Unión Soviética (URSS), la propaganda de Estados Unidos martilleaba Occidente con el mensaje de la (presunta) superioridad económica, militar y nuclear soviética. No supimos que esa superioridad fue una falsedad difundida por los servicios de inteligencia occidentales para mantenernos a todos en estado de guerra y, sobre todo, incentivar la inversión en tecnologías de la información, armas nucleares y espolear el crecimiento económico, basado en la inversión y el consumo.
Todo esto llevó a la ruina al sistema socialista soviético, incapaz de seguir el ritmo económico y tecnológico a EE.UU. y Europa; pero, en Occidente, no nos enteramos de ello hasta que, en noviembre de 1989, cayó el Muro de Berlín y, sobre todo, cuando en diciembre de 1991, se desintegró la URSS, dejando de existir. Entonces y solo entonces, supimos que el comunismo soviético era un gigante con pies de barro, que se mantenía internamente con el terror, los gulags y el control de la sociedad, la familia y el individuo, a los que se privó de las más elementales libertades. Entre 1992 y 1993 analistas, expertos, espías, científicos, militares, tecnólogos occidentales, desembarcaron en Moscú y en Leningrado (San Petersburgo) y vieron pobreza y miseria. Lo que no vieron fue ordenadores ni centros comerciales.
DeepSeek no es el Santo Grial, ni la Piedra Rosetta, ni El Dorado, ni la Piedra Filosofal. Es simplemente una expresión más de que Estados Unidos y China están embarcados, desde 2013, cuando Xi Jinping llegó al poder en China, en una guerra comercial, económica, tecnológica y digital, militar, geoestratégica y geopolítica, por obtener la primacía mundial. Guerra, de la que hemos venido dando cuenta en IT User desde sus inicios: en 2020, con “Contexto Geoestratégico de la guerra tecnológica entre EE.UU y China”; en 2018 con “En breve, las guerras no serán tanques y aviones, sino cibernéticas”...
No olvidemos que China creció en Producto Interior Bruto (PIB) +4% en 2024 (se acabaron los crecimientos fabulosos de dos dígitos de la primera década de los 2000); su economía ha caído en la deflación; el consumo de hogares se ha hundido, para lo cual el gobierno chino ha tenido que insuflar trillones de dólares (yuans o renmimbis) en el torrente circulatorio financiero para estimular la demanda, sin conseguirlo. Y, lo más grave es que el estado chino obligó (2020-2025) a los grandes conglomerados chinos (industriales, financieros, tecnológicos) a cerrar el grifo de la inversión empresarial. Lógico, porque el estado chino es quien financia esa expansión y, “de donde no hay, no se puede sacar”.
No decimos, en absoluto, que China vaya a sufrir el mismo destino que la Unión Soviética. Al menos, no en el corto plazo. Pero China, a pesar de su capitalismo de estado, también tiene pies de barro, porque su sistema político no es inclusivo y mata las libertades colectivas e individuales. Precisamente, la tesis del último premio nobel de Economía, Acemoglu, es que la falta de instituciones democráticas (inclusivas), es el motivo principal de la decadencia económica de las naciones (“Why nations fail. Origins of power, prosperity and poverty”, es su obra maestra).
De nuevo, resulta muy llamativo que, cuando hasta hace dos días, Occidente celebraba el inicio de una era de prosperidad económica, impulsada por las tecnologías de la información y la digitalización y la inteligencia artificial, “de repente” aparezca DeepSeek y, de la noche a la mañana, apague la hoguera de las vanidades occidentales, con un vaso de agua. El momento para la entrada casual de DeepSeek en escena no podía ser más oportuno: Trump, tras tomar posesión como presidente de EE.UU. el 20 de enero, anunció una inversión de 500.000 millones de dólares (medio trillón de dólares) en el proyecto Stargate, capitaneado por Larry Ellison (Oracle), Masa (Softbank), Sam Altman (OpenAI), con la participación tecnológica de Microsoft, Nvidia y ARM. ¿Objetivo de Stargate? Desarrollar infraestructura de inteligencia artificial (Data Centers) para alcanzar la Inteligencia Artificial General, primero, y la Super Inteligencia Artificial General, después. Dos días más tarde, Mark Zuckerberg (Meta, Facebook, Instagram, WhatsApp) anunciaba una inversión de 65 billones de dólares con el mismo objetivo y, por ejemplo, “construir un Data Center del tamaño de Manhattan (Nueva York)”. Google, Amazon, Apple, Nvidia anunciarán grandes inversiones en inteligencia artificial a lo largo de esta semana, a propósito de la presentación de sus resultados trimestrales y anuales.
Justo cuando Trump, con el apoyo de las Big Tech y la mayor parte de las naciones Occidentales (Japón, Corea del Sur, Australia, Reino Unido…; está por ver la postura de la Unión Europea), anuncia el inicio de una nueva “Golden Age de la economía y prosperidad americanas”, aparece DeepFake (perdón, DeepSeek) para aguarnos la fiesta. Sin embargo, la rimbombante declaración de Trump se basa en políticas e inversiones y proyectos tangibles, como Stargate: inversiones billonarias en inteligencia artificial y digitalización; impulso a la innovación; reindustrialización del país; desregulación y bajadas de impuestos…
No: DeepSeek no va a aguar la fiesta a Occidente en un año récord de inversión en tecnologías de la información, digitalización, inteligencia artificial y Quantum Computing, como veremos en la siguiente tribuna.