Ciudades al rojo vivo: tecnología para enfriar las islas de calor urbanas
- Opinión

En Libelium se apuesta por una respuesta basada en datos para confrontar el cambio climático. Es la base de una "datocracia", un concepto que defiende que las decisiones deben basarse en datos objetivos.
Por África Arévalo, International Business & Relations Executive y responsable del proyecto BeatTheHeat en Libelium
El verano aún no ha comenzado oficialmente, pero ya estamos batiendo récords. El jueves 21, el viernes 30 y el sábado 31 de mayo de 2025 se convirtieron en los tres días más cálidos jamás registrados en un mes de mayo en España. En lugares como Zaragoza, se alcanzaron 37,1°C; en Rota, 41°C; y en Jerez, 39,4°C. No son datos aislados, sino parte de una preocupante tendencia: el calor extremo llega antes, es más intenso y se instala más tiempo en nuestras ciudades.
La Agencia Estatal de Meteorología ya ha advertido de que el verano de 2025 será más cálido de lo habitual en todo el país. En este contexto, uno de los fenómenos más críticos que debemos enfrentar es el de las islas de calor urbanas, áreas donde las temperaturas son varios grados más altas que en su entorno. Este sobrecalentamiento urbano tiene consecuencias directas sobre la salud de la población, el consumo energético, la calidad del aire y la habitabilidad de nuestras ciudades. No podemos olvidar que, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, más del 75% de la población europea vive en entornos urbanos, y el impacto del calor extremo sobre su salud es creciente. De hecho, el verano de 2022 dejó más de 60.000 muertes relacionadas con el calor en Europa, muchas de ellas evitables. En este escenario, el rediseño urbano no es una opción estética, es una estrategia de salud pública.
Las causas son bien conocidas. Desde asfaltos que acumulan calor a la falta de vegetación, pasando por la alta densidad de edificios, el tráfico o la actividad industrial. Los motivos los conocemos, ahora lo que necesitamos es poner en marcha soluciones. Lo que importa es cómo lo resolvemos.
En Libelium apostamos por una respuesta basada en datos porque para tomar decisiones informadas, es fundamental analizarlos a fondo. Esta necesidad es la base de la "datocracia", un concepto que defiende que las decisiones deben basarse en datos objetivos.
Nuestro trabajo combina sensores medioambientales que miden parámetros como temperatura o humedad con modelos predictivos como el WRF (Weather Research and Forecasting) e inteligencia artificial. Esta combinación permite detectar las islas de calor, analizar su evolución y emitir alertas en tiempo real para que las autoridades tomen decisiones basadas en evidencias.
Pero hemos ido un paso más allá y desde Libelium estamos liderando el proyecto europeo BeatTheHeat, que aborda el problema de las islas de calor urbanas agravadas por el cambio climático, proporcionando soluciones basadas en datos a las instituciones para mejorar la salud y resiliencia de las ciudades. En el proyecto están ahora mismo las ciudades de Cartagena (Murcia), Nápoles y Taranto (Italia). Todas ellas, afectadas por el aumento de las temperaturas y las frecuentes olas de calor.
En BeatTheHeat integramos datos meteorológicos, satelitales, sensores IoT y cartografía urbana en un espacio de datos colaborativo. ¿Qué significa esto? Que distintos actores (municipios, investigadores, gestores de emergencias) comparten una base de datos común y estructurada que permite generar mapas de sombra, mapas de confort térmico, índices de contaminación, catálogos de árboles y métricas de impacto en la salud. Estos datos no se quedan en la teoría: permiten planificar mejor dónde plantar árboles, optimizar el uso del agua urbana, qué calles necesitan pavimentos más frescos, cómo orientar el desarrollo urbano, dónde crear zonas de sombras, dónde instalar fuentes o atomizadores de agua, o qué barrios son más vulnerables durante una ola de calor.
Las islas de calor no son solo un fenómeno climático, son un reflejo de cómo planificamos nuestras ciudades y de a quién priorizamos cuando lo hacemos. Por eso es fundamental que las administraciones públicas hagan uso de los datos que la tecnología les puede ofrecer; que colaboren en espacios digitales abiertos y que actúen con decisión.
En un momento en que las olas de calor ya no son una excepción, sino la norma, nuestras decisiones deben estar a la altura de la emergencia climática. Tecnologías como las que impulsamos desde Libelium están listas para ser aliadas en esta transformación. Lo que está en juego es la salud, el bienestar y la resiliencia de nuestras ciudades y de nosotros mismos como ciudadanos.