La evolución del teletrabajo al smart working, ¿una realidad en 2018?

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Sólo un 27% de las compañías españolas tienen planes para que sus trabajadores trabajen fuera de la oficina, es decir, fórmulas de teletrabajo, y el término ya se está quedando desfasado. Entramos en la era del smart working o trabajo inteligente.

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El concepto de teletrabajo podría hacerse a un lado a favor del smart working, según Fernando de Águeda, fundador de Gluppi, marca de Colabora Comunicaciones Unificadas. “El smart working está entrando con fuerza y nuestro país tiene las posibilidades tecnológicas para poder implantarlo con seguridad y que todos salgamos beneficiados. Este ‘trabajo inteligente’ desbancará al teletrabajo y, con los avances tecnológicos, todas las empresas pueden ofrecerlo”, dice.

En ambos casos, tanto si hablamos de teletrabajo como de este nuevo concepto, se necesita una buena conexión a Internet. Sin embargo, en el teletrabajo, por lo general, se opera dentro de un horario definido, de la misma forma que en un trabajo de oficina tradicional. Sin embargo, un ‘smart worker’ no trabaja por horas, sino por objetivos.

Al trabajar por objetivos, el control por parte del empresario no se lleva a cabo a partir de unas determinadas horas trabajadas, sino a través de los objetivos cumplidos o las tareas terminadas.

El trabajo por objetivos facilita que el trabajador está trabajando las horas que debe, ya que estar más horas delante del ordenador, no significa que se haga más. En este caso, intenta alcanzar los objetivos lo antes posible para disfrutar de su tiempo libre u otras tareas cuanto antes.

Según el directivo de Gluppi, “un smart worker tiene la posibilidad de gestionar sus horas  de trabajo según sus responsabilidades familiares”, que menciona también como ventajas el ahorro de tiempo y la reducción de costes mensual para el trabajador al no tener que desplazarse, y para la empresa en costes generales por conceptos como gastos de luz, agua, etc.

En su opinión, la libertad a la hora de decidir dónde y cuándo trabajar genera bienestar en el empleado, en el autónomo o colaborador. Y esto conlleva mejores resultados laborales.