Los bancos españoles tendrán que implantar más de 100 nuevas regulaciones entre 2018 y 2022
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Sólo en enero de este año, las entidades bancarias tuvieron que implantar 42 regulaciones diferentes, por lo que estar al día en cumplimiento normativo se está convirtiendo en todo un reto, para el que necesitan tener una buena monitorización de la implantación de cada regulación y una visión global de su cumplimiento, que ya algunas organizaciones están delegando en el Chief Regulatory Officer.
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Un estudio de KPMG confirma el gran impacto que está teniendo en los últimos años la regulación financiera, tras entrevistar a un número importante de directivos de bancos españoles sobre 72 nuevas regulaciones que han sido aprobadas e implantadas recientemente.
Tener una visión global de lo que se está haciendo es importante, ya que según la consultora, entre 2018 y 2022 necesitarán implantar más de 100 nuevas normas, principalmente sobre solvencia, protección de la clientela y contabilidad. A estas habría que añadir otras 120 que están en fase de desarrollo (sobre las que los reguladores han iniciado ya trabajos de discusión y redacción) y en propuesta (ya existe una propuesta de texto y se encuentra en fase de discusión y aprobación).
Según el informe ““Claves de la regulación financiera: impacto y horizonte para las entidades de crédito”, entre los bloques con mayor impacto en las entidades, la nueva regulación sobre solvencia es la más destacada, seguida muy de cerca por las regulaciones relacionadas con la protección de la clientela y la contabilidad. Y, si se habla de regulaciones específicas, las que mayor impacto agregado han generado en las entidades españolas han sido IFRS 9 (contabilización de instrumentos financieros), MiFID II (protección a la clientela), ICAAP&SREP (capital), RDA (gestión del dato), PSD2 (acceso a datos de clientes por los intermediarios financieros) y DTAs (activos fiscales).
“La correcta implantación de la regulación ha pasado al primer plano en el sector bancario, ya que existe un elevado grado de complejidad derivado del gran número de iniciativas aprobadas y de los distintos niveles regulatorios existentes”, explica Mariano Lasarte, socio del sector financiero de KPMG y coordinador del estudio.
En opinión de Mariano Lasarte, sería necesario centralizar la monitorización de la correcta implantación de la regulación, a efectos de que las entidades tengan una visión global de su situación en materia de cumplimiento. De hecho ya está empezando a aparecer en Europa la figura del Chief Regulatory Officer.
Para Francisco Uría, socio responsable del Sector Financiero de KPMG en España y socio principal de KPMG Abogados, “las entidades no han afrontado la nueva regulación en condiciones de igualdad. En función de su tamaño, geografía, modelo de negocio y ámbitos de actividad, los efectos han sido muy diferentes para ellas pero, en todo caso, han sido relevantes y nada volverá a ser como fue en el negocio bancario”. No está todo hecho, en su opinión, ya que “a pesar de que ya se han aprobado las normas más importantes que han protagonizado la reforma de la regulación financiera, queda todavía un importante número de normas pendientes de ser aprobadas, transpuestas a los ordenamientos nacionales y, sobre todo, implementadas”.
Francisco Uría añade que se están produciendo numerosas iniciativas en materia de regulación del uso de las nuevas tecnologías que afectan a la intermediación financiera (blockchain, ciber-resistencia, resistencia, fintech…). “Claramente, se trata de un asunto a seguir de cerca por las entidades”, concluye.