La gamificación: el juego de ser productivo

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La gamificación permite establecer patrones de comportamiento de los empleados, prediciendo su forma de actuar ante determinados escenarios. El 25% de los procesos de las compañías incluirán gamificación en los próximos años.

La gamificación o implementación de actividades de ocio y entretenimiento dentro del ambiente de trabajo no es nueva, pero acaso nunca tuvo una presencia tan notable en la productividad de una empresa como en los últimos tiempos. Su importancia se antoja muy ligada a unas generaciones nacidas con una consola bajo el brazo. De hecho, se estima que para el 2025 el 50% de los trabajadores sean millenials, lo que no hará sino afianzar esta práctica.

El escepticismo inicial de muchos queda aplastado por los resultados: la gamificación favorece la labor en equipo y aumenta el engagement con todos los actores. Además, permite estudiar los patrones de comportamiento de los empleados y predecir sus futuras actuaciones, lo que redundará en la productividad de la compañía. Toda una revolución en la gestión de los recursos humanos, forzada a considerar al empleado como el mejor prescriptor de la marca. 

Tal es el impacto de la gamificación, que se estima que el 25% de los procesos de las compañías la incluyan en los próximos años. Algo que no extraña si tenemos en cuenta que empresas tan notables como Deloitte, PWC o Google, que le dedica un 20% del tiempo laboral a la actividad, son asiduas a la misma. 

Pero es que estos procesos no dan únicamente beneficios a las compañías, sino que son, en sí mismos, un verdadero negocio. Todo un mercado en alza que, según publicó MarketWatch, tendrá una tasa de crecimiento del 36,2% hacia el 2026.