La escasez de talento tecnológico amenaza la transformación digital de las empresas

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Las empresas se enfrentan a un nuevo reto en este mundo digitalizado: no hay suficientes personas con las habilidades digitales adecuadas para impulsar la transformación de sus empresas en el presente ni en el futuro.

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 Según el estudio “Digital Skills Research” realizado por RAND Europe para Salesforce, la brecha de habilidades digitales ha llegado a un punto de inflexión. Tanto es así que el 87% de los directivos está sufriendo o espera sufrir las consecuencias de esta brecha de competencias digitales en su plantilla.

En Europa, el 64% de las grandes empresas y el 56% de las pequeñas y medianas están teniendo problemas para encontrar talento para puestos de trabajo relacionados con Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC). La oferta formativa no se adecúa a la enorme demanda de competencias digitales, y la brecha sigue aumentando. Según el estudio de RAND Europe, la brecha de competencias tiene múltiples causas:

--La demanda de talento tecnológico está superando a una oferta actualmente escasa.

--Las tecnologías emergentes necesitan más competencias digitales.

--Los elevados costes y los enfoques desorganizados de la educación tradicional aumentan las barreras de aprendizaje.

--El acceso a la infraestructura y las competencias digitales está limitado por la situación socioeconómica. 

Lamentablemente, la democratización de las competencias digitales no llegará a todos los países, industrias y comunidades por igual. La brecha de competencias seguirá creciendo hasta que los ciudadanos de entornos desatendidos e infrarrepresentados puedan acceder en igualdad de condiciones a la tecnología y la educación para el reaprendizaje.

Las empresas tienen que desempeñar un papel fundamental a la hora de ofrecer oportunidades digitales, para lo que deben promover que las carreras tecnológicas sirvan de plataforma para una progresión justa, un aprendizaje significativo y permanente; ejecutar programas de alcance que destruyan las barreras institucionales, como el escaso acceso a la formación y la desigualdad racial y de género; reajustar la contratación para que se centre menos en la educación tradicional y más en las habilidades; y crear vías de acceso no tradicionales a la industria tecnológica.

Ahora más que nunca, las empresas deben colaborar estrechamente con los gobiernos y los actores de la comunidad para garantizar que la formación se adapte a la demanda digital y acelere la recuperación y el crecimiento.