Las microfinanzas móviles llegarán a 1.800 millones de personas pobres en el mundo

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Mientras que los productos microfinancieros han girado en torno a la transferencia básica de dinero, préstamos, ahorros y seguros, las compañías proveedoras ahora están tratando de innovar y ajustar las ofertas para impulsar la adopción de clientes.

La consultora Juniper Research ha publicado un nuevo estudio en el que confirma que el continuo despliegue de los servicios de microfinanciación móvil llevará a un aumento de la inclusión financiera en algunas de las regiones más necesitadas del mundo. Tanto es así que la compañía prevé que, para 2022, el 36% de la población de las regiones en desarrollo, unos 1.800 millones de personas, utilizará la microfinanciación, frente al 22% que adaptará sus programas para satisfacer las necesidades individuales requeridas para operar en nuevos mercados.

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Según la investigación, mientras que los productos microfinancieros han girado en torno a la transferencia básica de dinero, préstamos, ahorros y seguros, las compañías proveedoras ahora están tratando de innovar y ajustar las ofertas para impulsar la adopción de clientes, así como para resolver problemas sociales más complejos en los países en desarrollo.

En palabras de la autora de la investigación, Lauren Foye: “Al identificar las deficiencias locales en los servicios financieros y tapar las lagunas, los operadores pueden mejorar simultáneamente la retención de clientes y ayudar a sacar a esos clientes de la pobreza con la prestación de servicios desarrollados con necesidades específicas y localizadas”, manifiesta.

Por otro lado, la investigación anticipa que habrá un incremento en los despliegues en regiones desatendidas, particularmente en las áreas de Asia en desarrollo. Sin embargo, según el documento, las barreras claves permanecen en mercados con menos penetración. Lo más acuciante es la falta de una regulación clara entre las regiones, agravada aún más por factores tales como las variaciones culturales y religiosas que pueden llevar a que los operadores caigan en las costumbres locales.