Siete tecnologías para avanzar en los procesos digitales y lograr un impacto social positivo

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Capgemini acaba de publicar una nueva edición de su informe TechnoVision 2023, titulado "Right the Technology, Write the Future", que pretende ser una guía fiable que ayude a los líderes a tomar las decisiones correctas y a diseñar estrategias empresariales y planes de transformación basados en la tecnología.

Con una presión cada vez mayor, sobre los recursos (energía, agua, materias primas, chips, cadenas de suministro seguras, fondos de inversión con bajo interés, talento cualificado), el informe de 2023 aboga por seleccionar las soluciones tecnológicas e iniciativas de innovación idóneas que contribuyan no solo a mejorar el futuro de la organización, sino que también tengan un impacto social claro y positivo.

Su consejo de Tecnología, Innovación y Emprendimiento (TIV), que es el que hace la selección de tendencias de Capgemini, ha seleccionado las siguientes:

- Internet de Gemelos: permite diferentes simulaciones de distintos tipos de objetos que se comunican entre sí, como los coches que interactúan en un atasco, requiere la interconexión de gemelos digitales con los protocolos de apoyo adecuados, lo que convierte a Internet de los Cosas (IoT) en un Internet de Gemelos. Esta red gemela será clave para reducir la complejidad de los retos operativos, explorar y probar alternativas con facilidad y converger experiencias virtuales y reales.

- Sin líderes: en el mundo de las entidades globales habilitadas con tokens y a prueba de manipulaciones llamadas DAO (organizaciones autónomas descentralizadas), la distribución del poder es colectiva y "heterárquica": cooperación sin subordinación a un liderazgo central, focalizada únicamente en la creación de valor y la consecución de propósitos conjuntos. Las DAO conducen a modelos de gobernanza únicos, ligeros pero sólidos, con un grupo de colaboradores comprometidos, impulsados por valores comunes.

- Datos netos Ø: los datos son claves para cumplir con los objetivos de cero emisiones netas, pero los datos en sí mismos deben ser sostenibles: la batalla contra el desperdicio de datos está en marcha. Para ello, las empresas tienen que desarrollar las habilidades, las herramientas y la cultura necesarias para medir, prever y actuar sobre sus niveles de emisiones en toda la cadena de valor. La colaboración con su ecosistema de cadena de suministro es fundamental para acceder a datos fiables, especialmente los de alcance 3. Se trata de saber qué datos se necesitan realmente, emprender la lucha contra el desperdicio de datos y de darse cuenta de que el “big” data no siempre son los "mejores" datos.

- La pequeña app verde: las aplicaciones de ingeniería no solo deben ser menos exigentes en términos de recursos y energía, sino además, tienen que tener un rendimiento superior. El software no consume energía ni emite descargas nocivas por sí mismo. La cuestión es cómo se desarrolla el software para su uso, y luego cómo se utiliza.

- Nubes sectoriales: la cloud específico de un sector, ámbito o incluso una región en particular, reúnen todas las necesidades que una organización requiere para las actividades específicas de su área, perfectamente organizados y listos para ser utilizados como servicios de infraestructuras, soluciones y datos adaptables. Cuando se aprovechan de manera gradual, el cloud industrial aporta beneficios en términos de velocidad de comercialización, reducción de costes y recursos, aceleración del crecimiento y cumplimiento de la normativa, al tiempo que recogen las mejores prácticas del sector e impulsan la colaboración entre socios.

- Máquina creativa: el rápido avance de los modelos de IA generativa ofrece tentadoras oportunidades para negociar “out of the box”, haciendo frente a la escasez de talento, incluso en lo que se refiere al trabajo creativo y de alto nivel de conocimientos. Sin embargo, para aprovechar al máximo este extraordinario aumento de la IA, será indispensable un enfoque renovado en la ética de la IA.

- Hacer el bien, hacer menos, hacerlo bien: no todo lo que es tecnológicamente posible es socialmente deseable. Por muy tentadoras que puedan parecer las iniciativas tecnológicas empresariales, muchas de ellas exigen una gran cantidad de energía, tiempo y escasos recursos naturales. Hay que considerar el impacto social, ético y medioambiental total de las iniciativas y buscar tecnología que beneficie activamente a los propósitos sociales.