El auge de la demanda de los pagos digitales tensiona la infraestructura existente
El aumento de los pagos digitales es una realidad, tanto en el mercado de consumo como en el empresarial, y esto está poniendo a prueba la infraestructura existente. Además, al dispararse el uso de pagos alternativos, los bancos deben adoptar urgentemente la nueva generación de pagos para mantener su competitividad en este campo. Son conclusiones del último informe mundial sobre el tema, que acaba de publicar Capgemini.
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El informe revela que casi el 45% de los consumidores utilizan frecuentemente los monederos digitales para realizar pagos (más de 20 transacciones al año), frente al 23% de la encuesta de 2020. Además de esta tendencia, las transacciones mundiales B2B sin dinero en efectivo aumentarán hasta alcanzar casi 200.000 millones de transacciones en 2025, frente a los 121.500 millones de 2020, según las estimaciones de Capgemini.
Por tanto, a medida que el gasto se va recuperando, aumentarán los pagos instantáneos, el uso del dinero electrónico y los métodos de pago de nueva generación (Compra Ahora Paga Después (BNPL), invisible, biométrico y criptomoneda, que crecían a doble dígito antes de la pandemia, pero que disminuyeron un 7,8% en 2020. Según los pronósticos del estudio, las transacciones mundiales sin efectivo están preparadas para crecer a una tasa anual del 18,6% entre 2020 y 2025, hasta alcanzar un volumen de 1,8 billones en volumen en esa fecha.
Y, a medida que se acelera la adopción digital, el incremento de los volúmenes y los requisitos de procesamiento instantáneo están poniendo a prueba la infraestructura de pagos existente. Alrededor del 55% de los ejecutivos encuestados por Capgemini dijeron que sus prioridades de inversión tecnológica eran la modernización de la infraestructura de pagos (implementación de sistemas de pago en tiempo real, integración de API, migración a ISO 20022, transformación en la nube).
Los proveedores deben dar prioridad a las capacidades digitales para seguir siendo competitivos. La Covid-19 impulsó la digitalización tanto de los pagos minoristas como de los B2B. “La amplia brecha en cuanto a la satisfacción del cliente junto con el creciente interés digital de los clientes minoristas y B2B continúa evolucionando y redefiniendo el compromiso del cliente en la industria de los pagos”, subraya el documento.
En este sentido, destaca que la lealtad y las recompensas atractivas, la experiencia de transacciones sin complicaciones, las opciones de pago alternativas y los productos de pago sostenibles son las áreas clave en las que existen diferencias entre las expectativas de los clientes y las prioridades de los ejecutivos de pagos.