La digitalización sienta los cimientos del futuro de la construcción

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Franck Le Tendre, CEO, Finalcad Franck Le Tendre, CEO, Finalcad

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Antes de los acontecimientos sin precedentes que estamos viviendo debido a la COVID-19, el sector de la construcción en España estaba en pleno crecimiento. De hecho, experimentó un crecimiento del 7,6 % en 2018, tras un crecimiento medio anual de apenas 3,1 % en los cuatro años anteriores. Obviamente, el impacto de la pandemia ha sido importante y, con la mayoría de las obras cerradas durante varias semanas y con muchos proyectos parados, el crecimiento se ha ralentizado. No obstante, terminado el periodo de confinamiento y el estado de alarma en España, la demanda volverá a ponerse en marcha.

Por ejemplo, ya hay algunos proyectos estrella que están recuperando su ritmo, como el estadio Santiago Bernabéu en Madrid. Se trata de un proyecto de remodelación con un presupuesto estimado en 525 millones de euros, que se espera esté finalizado en julio de 2022. Todo apunta pues a que la ralentización del crecimiento del sector solo será una consecuencia a corto plazo. Global Data prevé que si se logra contener el virus durante el segundo semestre del año, el sector podría registrar un crecimiento del 2,1 %, que no deja de ser menor que el experimentado en 2018, pero aún así es crecimiento.

Para conseguir este crecimiento, las empresas dedicadas a la construcción deben hacer frente a una serie de retos a los que el sector lleva años enfrentándose, desde márgenes de beneficios muy ajustados a baja productividad de la mano de obra, que dificultan el poder mantener los proyectos dentro de estrictos presupuestos y plazos de entrega. Las ineficiencias en los procesos y la falta de flujos de trabajo estandarizados y colaborativos empeoran por la lentitud con la que avanza la digitalización en el sector de la construcción. Si bien estos problemas ya existían antes de la COVID-19, la pandemia ha hecho que ahora sea más urgente hacer algo al respecto. La vuelta a la obra va a requerir de la mayor colaboración y coordinación posible para proteger la salud de los trabajadores y evitar las aglomeraciones. Depender de procesos manuales o en papel hace que esto resulte extremadamente difícil.

El coste de depender de procesos manuales

En esencia, el sector de la construcción no ha cambiado mucho en más de un siglo, por lo que no resulta una sorpresa constatar que la falta de digitalización ha dado como resultado flujos de trabajo y procesos manuales, anticuados, basados en papel que son la norma en las operaciones diarias. Esto afecta de forma considerable a los resultados del sector. La falta de herramientas y procesos digitales está intensificando las dificultades de comunicación entre las partes interesadas en el proyecto, ya sean promotores, ingenieros y jefes de obra, contratistas, subcontratistas, arquitectos y diseñadores, todos hasta llegar a las oficinas centrales. Dado que un 62 % de los ejecutivos del sector señala la falta de colaboración como la principal causa de los retrasos en los proyectos, queda claro que es necesario hacer cambios.

Además de plantear problemas para compartir la información con facilidad, los procesos manuales también hacen que sea más difícil planificar los niveles de recursos y personal con precisión, así como hacer el seguimiento de material, tareas y consumo.Por ejemplo, un 10-20 % del trabajo nunca se factura puesto que los trabajadores no logran recopilar los datos del trabajo adicional que se ha llevado a cabo. A menos que las empresas cuenten con un método fácil para recopilar estos datos que demuestran el trabajo que se ha hecho, resulta casi imposible emitir las facturas correspondientes y acaba siendo ‘trabajo gratuito’, lo que puede perjudicar a empresas que ya sufren por los ajustados márgenes de beneficios y que además ahora se enfrentan a las consecuencias de la pandemia de la COVID-19.

En definitiva, depender de procesos manuales y basados en papel también tiene un impacto en la salud y seguridad en la obra, un tema de preocupación que es ahora más prevalente que nunca debido a la situación con la COVID-19. Recopilar o compartir información sobre los accidentes y riesgos de seguridad es muy complicado cuando tan solo se registran en papel o en un único ordenador propiedad del jefe de obra o del subcontratista. Si además tenemos en cuenta que un número importante de estas personas normalmente no tiene una dirección de correo electrónico que facilite la comunicación con los compañeros, la seguridad y salud ocupacional se convierte en un proceso reactivo, que se centra en los accidentes una vez han sucedido, en lugar de ser proactivo. Esto no debería ser así tras lo que ha pasado con la COVID-19. En lugar de eso, los procesos de seguridad en la obra deberían planificarse minuciosamente y aplicarse, para así garantizar que los trabajadores están protegidos frente al virus.

 

Muchas empresas de construcción han asumido un enfoque fragmentado al encarar la transformación digital, usando herramientas poco eficientes diseñadas internamente o que son difíciles de integrar.

Potenciar la colaboración con la digitalización

Ahora que el sector de la construcción necesita optimizar operaciones más que nunca, encontrar soluciones digitales puede ser la respuesta a muchos de los problemas comunes. Al permitir la comunicación y colaboración continua y ofrecer flujos de trabajo digitales para gestionar los proyectos, las empresas del sector de la construcción pueden dar el paso y ser más eficientes, productivas y rentables. Emplear las herramientas digitales puede hacer que sea más fácil entender el progreso de los compañeros en la obra para los que lideran un proyecto de construcción desde las oficinas centrales. Los jefes de obra que coordinan las actividades diarias también pueden comunicar cualquier problema o necesidad a la oficina de forma rápida y sencilla.

Es más, aunque no es posible eliminar por completo los accidentes de seguridad en las obras, la digitalización permite una gestión proactiva de los riesgos, lo que crea un entorno más seguro para los trabajadores. Esto será crucial tras la pandemia que estamos viviendo. Esto puede ser algo tan sencillo como evitar actividades que son contradictorias, como garantizar que los trabajadores en obra no trabajan en la zona cuando están operando las grúas, o que las tareas de soldadura no tienen lugar al mismo tiempo que se trabaja en instalaciones de gas o, sencillamente, asegurarse de que no haya muchos trabajadores en un mismo punto al mismo tiempo. La información recopilada cuando las empresas de construcción tienen los medios para analizar los datos puede ayudar a estandarizar procesos, eliminar riesgos allí donde sea posible y desarrollar modelos replicables.

Con esta mejora en la eficacia, productividad, salud y seguridad, el sector de la construcción podrá volver a centrarse en crear infraestructura para el país. Por ejemplo, España tiene la ambición de hacer que haya más edificios sostenibles. En 2014, 166 edificios en España recibieron el certificado de sostenibilidad en varias ciudades y existen varios programas y certificados de sostenibilidad populares en España, entre los que se incluyen BREEAM y LEED. España también alberga varias ciudades inteligentes, como Santander, Madrid y Málaga. Mediante las tecnologías de control remoto, digitalización y automatización de redes, Smart City Málaga ha permitido un ahorro de consumo energético de más del 25 % así como una reducción del 20 % en emisiones de CO2 desde su lanzamiento en 2009. Para estar en la mejor posición posible y ayudar a que el país cumpla estos objetivos, las empresas de construcción deben hacer frente primero a sus propias barreras y aprovechar las herramientas digitales para así potenciar la productividad.

¿Qué debemos buscar en una herramienta digital?

Hasta la fecha, muchas empresas de construcción han asumido un enfoque fragmentado a la hora de encarar la transformación digital, usando herramientas poco eficientes diseñadas internamente o que son difíciles de integrar. Para evitar encontrarse con estos escollos, hay cuatro elementos que las empresas de este sector deben tener en cuenta cuando valoren las plataformas digitales:

1. Facilidad de uso – A la hora de elegir una solución, debemos buscar herramientas digitales que sean fáciles de usar e intuitivas, que no requieran mucha formación sin que por ello pierdan capacidades. Hoy en día existen soluciones diseñadas de forma específica que ofrecen una mezcla de capacidades y usabilidad para los trabajadores en la oficina y en la obra.

2. Permitir la movilidad – Los trabajadores necesitan tener acceso a cualquier plataforma digital y a sus datos, independientemente del lugar en el que se encuentren, por lo que cualquier nueva herramienta debe favorecer la movilidad. Ya estén en una obra con señal de móvil esporádica o en un sótano sin conexión alguna, los trabajadores deberían poder usar cualquier plataforma que les permita hacer su trabajo.

3. Impulsada por datos – Al elegir es importante buscar una plataforma que permita actualizaciones en tiempo real y el rastreo / seguimiento de la información histórica, desde planos del solar hasta políticas de seguridad. Además de mantener los proyectos de acuerdo con lo programado, también hará que sea más fácil identificar las mejores en el proceso y hacer frente a los requisitos de cumplimiento. Y, por supuesto, todos los datos deben protegerse de la manera adecuada en el data center tal y como marcan los reglamentos nacionales e internacionales.

4. En toda la empresa – Todo el mundo, desde el promotor, al jefe de obra, al albañil debe tener acceso a la información relacionada con el proyecto de forma rápida, pero si la digitalización significa proporcionar un nuevo dispositivo a los trabajadores para que tengan acceso a la herramienta, los costes pueden dispararse en poco tiempo. La mejor solución se podrá utilizar en cualquier dispositivo y sistema operativo que ya tenga el trabajador y tendrá la capacidad de gestionar todo el proyecto a través de una sola interfaz.

El futuro de la construcción en España

Además de mejorar la productividad y rentabilidad, hay beneficios adicionales que se pueden obtener gracias a la digitalización. Convertirse en un sector impulsado por lo digital puede hacer que la construcción se convierta en una opción profesional más atractiva para los jóvenes, un grupo que está preparado para suplir las carencias de destrezas que presentan varias áreas del sector. Ahora que la construcción está cambiando su enfoque para centrarse en ciudades inteligentes y métodos sostenibles, la siguiente generación de trabajadores con destrezas digitales resultará crucial para desarrollar edificios integrados y más eficientes.

Tradicionalmente, la construcción no ha sido el futuro profesional elegido por muchos, pero si se demuestra que el sector es innovador, colaborativo y con vistas al futuro, se convertirá en una opción mucho más interesante para los jóvenes que entran en el mercado laboral. El sector está experimentando un periodo de cambio sísmico, pues además de continuar con el crecimiento a largo plazo, los que se dedican al sector han empezado a ver el auténtico valor de la transformación digital. Las empresas de construcción que adoptan las tecnologías digitales para modernizar sus procesos y optimizar las operaciones se aseguran un papel en el futuro de la construcción y que no se quedarán fuera del crecimiento de la próxima década.

Franck Le Tendre, CEO, Finalcad