Tecnología, la piedra angular de la nueva normalidad

  • Opinión

Ricardo Labarga Dell

Cada día nos levantamos con una nueva teoría sobre cómo será el futuro a partir de ahora. La realidad es que es una incógnita. De la noche a la mañana hemos cambiado radicalmente nuestra forma de vida, demostrando que somos capaces de adaptarnos a las circunstancias, pero aún no sabemos si vamos a saber aprovechar todo lo aprendido, de extraer la parte buena de esta situación tan dramática para transformarla en algo positivo para la vida de las personas.

Tribuna de Opinión de Ricardo Labarga, director general de Dell Technologies

Los grandes cambios comienzan dando un primer paso. La posibilidad de trabajar en remoto está asegurando la continuidad del negocio de muchas empresas y la protección de millones de puestos de trabajo. Ahora que estamos un poco más tranquilos y que hemos comprobado que este modelo permite mantener la productividad, cada organización debería comenzar a diseñar la estrategia a seguir de ahora en adelante con respecto a su fuerza de trabajo.

Hay multitud de factores a tener en cuenta, pero no es necesario partir de cero. A la hora de plantear esa estrategia, es posible mirarse en el espejo de muchas compañías que ya tienen experiencia en esta práctica. En Dell Technologies, por ejemplo, el 65% por ciento de los empleados ya se beneficiaban de una política de trabajo flexible antes del confinamiento, y alrededor del 30% trabajaba de forma remota cada día. Contábamos también con una infraestructura tecnológica bien preparada, por lo que en un fin de semana nuestro equipo de IT fue capaz de disponer todo lo necesario para que 120.000 personas pudieran teletrabajar con normalidad. En estos momentos, el 90% de nuestros empleados teletrabajan.

Para implantar un modelo de teletrabajo es necesario atravesar tres fases. La primera es el diseño de la estrategia. La segunda, la implantación de una infraestructura tecnológica basada en escritorios virtuales que garantice la productividad y la seguridad de los datos. La tercera, brindar la mejor experiencia de usuario posible a empleados, partners y clientes, a través de aplicaciones y servicios innovadores.

Cadenas de suministro más flexibles

El segundo gran reto que habrá que afrontar es el de las cadenas de suministro. Esta crisis nos ha mostrado que las que teníamos hasta ahora no eran tan flexibles, diversas y transparentes como deberían. En un escenario cada vez más digital, una cadena de suministro automatizada, inteligente, visible y segura resulta primordial para poder dar una respuesta adecuada a los clientes y garantizar la continuidad del negocio.

En este punto, las organizaciones necesitan incrementar su agilidad y establecer nuevas relaciones con sus proveedores. Ser capaces de construir una cadena de suministro digital basada en datos resulta fundamental. Para ello, también es imprescindible disponer de una tecnología capaz de gestionar adecuadamente estos datos, con el fin de poder disponer de la visibilidad, inteligencia y automatización en tiempo real necesarias para poder planificar, adquirir, fabricar, almacenar y entregar de forma correcta y para poder tomar decisiones de forma inteligente y rápida.

Una nueva revolución industrial para la recuperación

Todos estos cambios van a permitir a las organizaciones impulsar sus procesos de transformación digital, que al final se traduce en más innovación y en una forma diferente de hacer negocios. Hemos pasado la fase de “qué hacemos ahora” a la de “cómo planificamos el futuro”. La respuesta es sencilla: invirtiendo en tecnología e innovación para asegurar la continuidad del negocio a largo plazo. Tanto empresas privadas como organismos públicos van a tener que invertir en recursos de TI aún más seguros y escalables, que sean capaces de gestionar, analizar, almacenar y proteger una gran cantidad de información y de soportar una mayor actividad online.

En el pasado hemos hablado mucho de la llegada de la cuarta revolución industrial, donde la necesidad de sacar partido a los datos estimula los avances en inteligencia artificial y en automatización para hacer realidad un mundo digital con máquinas autónomas y ciudades conectadas. Con esta crisis se ha pisado el acelerador. La tecnología, a través de la inteligencia artificial, el aprendizaje automático, el 5G o las herramientas de chat virtuales, se ha convertido en la piedra angular de la recuperación económica.

No está claro cuánto tiempo llevará la recuperación, pero no podemos perder esta oportunidad. Las organizaciones de todos los sectores y tamaños tienen que moverse con rapidez, y aquellas capaces de adaptarse y evolucionar no solo sobrevivirán, sino que saldrán fortalecidas. La transformación digital se abre camino y no hay vuelta atrás.

Muchas cosas volverán a ser como eran, otras nunca volverán a ser igual. Es el momento de pensar y definir el futuro del trabajo, de los negocios, de los sistemas sanitarios, de la educación… es necesario actuar para conseguir un futuro más fuerte y resistente.

Ricardo Labarga, director general de Dell Technologies