Alcanzar nuevas cumbres de innovación con aplicaciones low-code

  • Opinión

Enrique Molina Prodware

La tecnología está evolucionando a un ritmo tan vertiginoso que las organizaciones compiten por mantenerse a la cabeza de esta frenética carrera. A nivel mundial, el número de desarrolladores disponibles no es suficiente para satisfacer las necesidades de las compañías e incluso se espera que esta situación empeore en los próximos años. Ante esta situación, el low-code proporciona una respuesta muy concreta e inmediata.

Según IDC, en los próximos 5 años se deberían desarrollar 500 millones de nuevas aplicaciones en todo el mundo para dar respuesta a las demandas actuales; esto supone más que todas las aplicaciones desarrolladas en los últimos 40 años. Una cifra realmente abrumadora que se topa con una cruda realidad: el 86% de las empresas admiten tener dificultades para encontrar desarrolladores que satisfagan sus necesidades.

En la insaciable búsqueda de la innovación, las empresas ya no pueden seguir el ritmo del desarrollo tecnológico que se ha originado. Con el paso de los años, esta aceleración tecnológica exponencial produce una complejidad cada vez mayor y, como resultado, pocas organizaciones son capaces de comprender y adaptarse en su totalidad a esta transformación sin precedentes.

En este sentido, el entorno low-code ofrece una respuesta muy positiva a esta situación. A diferencia del high-code, que se basa en desarrolladores experimentados que dominan los lenguajes informáticos más avanzados, el low-code requiere solo conocimientos técnicos básicos y un dominio simple del lenguaje de programación. Se trata de una excelente alternativa, en la mayoría de los casos, para recuperar el control de la tecnología y continuar innovando y avanzando en el desarrollo de aplicaciones sin la necesidad de requerir perfiles tan técnicos.

En la jerarquía habitual, el concepto de ‘low’ parece a priori devaluado en comparación con el de ‘high’, lo superior siempre parece ser mejor que lo inferior. Pero, la innovación cuestiona sistemáticamente los sistemas de valores que establecen los nuevos desafíos. De hecho, el enfoque ‘low’ nos permite avanzar y ser eficientes en un mercado allí donde el enfoque ‘high’ nos impide llevar a cabo una innovación ágil.

Según Gartner, el 65% de los desarrollos en el mundo utilizarán plataformas low-code en 2024. El mercado ya está creciendo con fuerza, después de aumentar un 30% en 2020, se espera que siga creciendo cerca del 23% este año.

Para comprender el valor del low-code, pensemos en la construcción de un castillo. Podemos optar por construir cada una de sus partes desde cero o, por el contrario, construir el castillo por módulos completos ya prediseñados. El low-code es algo similar, está compuesto por un conjunto de módulos y piezas preexistentes que pueden conectarse entre sí, simplemente cambiando los parámetros y las condiciones con unas sencillas líneas de código.

Esta práctica ya se está extendiendo en el desarrollo de aplicaciones de muchas empresas, en todos los departamentos, ya sea para automatizar procesos de negocio, simplificar la gestión financiera, facilitar la recopilación y el procesamiento de información... RRHH, ventas, finanzas, marketing, inteligencia empresarial, todos los departamentos de negocio están vinculados directamente a la revolución del low-code, permitiendo cumplir con servicios de alto valor añadido.

 

Una palanca transformadora al servicio de la agilidad y la innovación

Como resultado, las empresas pueden esperar importantes ahorros de tiempo y recursos con modelos de Inteligencia Artificial prediseñados, aportando valor de una forma más rápida y eficiente en toda la organización.

Otra ventaja significativa del low-code es la agilidad que aporta, en unos pocos días, en lugar de en unas semanas, te permite crear servicios y aplicaciones totalmente personalizados. Se trata de una palanca de innovación que desarrolla soluciones rápidamente y de manera sencilla, evitando invertir tiempo y esfuerzo en una solución de high-code.

En el contexto de cambios radicales impuestos por la crisis sanitaria, las compañías que han adoptado los principios del low-code antes que otras han construido una ventaja competitiva innegable, un factor de eficiencia y una capacidad de respuesta diferencial. Las organizaciones no solo tienen la necesidad de digitalizarse, sino de hacerlo con un enfoque adecuado al contexto actual. Por ello, el objetivo pasa por conectar empresas y clientes a través de aplicaciones que cumplan sus necesidades de manera rápida y sencilla. La flexibilidad que ofrece el low-code no tiene rival, por lo que su práctica debe extenderse para seguir el camino de la innovación.

 

Enrique Molina, Power Platform Business Development Manager de Prodware