De la teoría a la acción, lo que realmente hace falta para digitalizar nuestras fábricas

  • Opinión
Victor Manuel_Schneider

Digitalizar no es un fin en sí mismo. Es una vía directa para ser más sostenibles, competitivos y resilientes. Por ejemplo, aplicar mantenimiento predictivo permite a las industrias reducir de forma drástica el número de incidencias y los costes asociados a las paradas no planificadas.

Por Víctor Manuel Gago, Datacenter and C&SP Sales Manager de Schneider Electric

 

Les llamamos tecnologías emergentes, pero la IA, el IoT, la automatización avanzada y la computación en la nube son algo más que promesas. Están cambiando ya hoy el pulso de la industria. No solo optimizan procesos, sino que transforman la manera en la que se toman las decisiones, prevén los fallos o gestiona la energía.

Gracias a ellas es posible monitorizar una planta en tiempo real, anticipar incidencias antes de que se produzcan o adaptar la producción para reducir el consumo energético sin afectar a la productividad. En paralelo, la ciberseguridad ya es una capa transversal que protege los entornos industriales frente a nuevas amenazas, cada vez más sofisticadas y persistentes.

Y, sin embargo, pese a esta revolución tecnológica en curso, su implantación en el sector avanza más despacio de lo deseable. Así lo prueba el informe “Indicadores de uso de Inteligencia Artificial en España 2024” elaborado por el observatorio ONTSI, que indica que sólo el 11,4% de las empresas industriales emplean la IA.

 

¿Qué está frenando esta transformación?

La realidad es que digitalizar una planta industrial no consiste únicamente en conectar sensores o desplegar software avanzado. Implica operar sobre una infraestructura que, en muchos casos, lleva décadas funcionando con sistemas heredados. Esta coexistencia entre lo nuevo y lo antiguo genera fricciones técnicas, dificultades de integración y falta de interoperabilidad.

A esto debemos sumar una fragmentación de los datos que dificulta su uso eficiente; superar la resistencia cultural al cambio, que requiere de un liderazgo firme, y, la presión normativa. En este sentido, debo destacar la directiva europea NIS2, que ha elevado de forma significativa los requisitos de ciberseguridad en sectores considerados críticos como, entre otros, el manufacturero. Esto implica actualizar protocolos, implementar mecanismos sólidos de detección de amenazas, proteger los entornos OT y contar con planes de respuesta ante incidentes.

 

Frente a estos retos, es importante no perder de vista los beneficios…

Porque los hay y son contundentes. Digitalizar no es un fin en sí mismo. Es una vía directa para ser más sostenibles, competitivos y resilientes. Así, por ejemplo, aplicar mantenimiento predictivo – basado en datos y no en estimaciones – permite a las industrias reducir de forma drástica el número de incidencias y los costes asociados a las paradas no planificadas. También optimizar los recursos destinados a estos procesos, evitando intervenciones innecesarias y alargando la vida útil de los equipos.

Además, debemos tener en cuenta que, a pesar de que los retos que he mencionado son significativos, también son superables. Aunque para ello se requiere algo más que tecnología, se necesita estrategia. Un transformación digital basada en una hoja de ruta clara que contemple tres pilares esenciales: una gobernanza del dato robusta, una formación continua de los equipos y, muy especialmente, la apuesta por plataformas tecnológicas abiertas, agnósticas y escalables.

 

La receta para una digitalización exitosa

Aterrizando las recomendaciones anteriores, en Schneider Electric, en particular, hemos reforzado nuestras soluciones con capacidades – detección temprana, segmentación de redes y cumplimiento normativo - que permiten a nuestros clientes anticiparse, no sólo reaccionar, a los requisitos de la NIS2. Y, en lo que respecta al buen gobierno de los datos, impulsamos arquitecturas distribuidas que combinan Edge Computing y Cloud híbrido, lo que nos permite garantizar la seguridad y la calidad del dato y habilita una toma de decisiones informada y precisa y el uso de gemelos digitales.

Asimismo, estamos desarrollando proyectos con sensores IoT, plataformas cloud y analítica avanzada con el objetivo de mejorar el rendimiento energético y operativo de las plantas. Soluciones diseñadas no solo para monitorizar, sino para actuar que ayudan a reducir las emisiones, ajustar consumos y responder a los imprevistos con agilidad.

Porque, en definitiva, digitalizar bien no es solo una cuestión de eficiencia operativa es una apuesta por una industria más robusta, flexible y preparada para los retos del futuro. Una industria en la que sostenibilidad y competitividad se dan la mano. Y que, gracias a la tecnología, encuentra nuevas formas de crear valor.