Irlanda acusa a Rusia de espiar sus estaciones de enlace con cables submarinos

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Aunque no ha aportado pruebas convincentes, la policía irlandesa ha dicho públicamente que cree que la inteligencia rusa ha enviado agentes para espiar sus infraestructuras de interconexión. Según han dicho en sus declaraciones, su objetivo podría ser localizar la ubicación de los cables para una posible intercepción de los datos que fluyen a través de estas redes.

Las sospechas de la policía irlandesa han sido publicadas en un reciente artículo del diario londinense The Sunday Times, donde se afirma que los servicios de seguridad del país creen que Rusia envía agentes de su agencia de inteligencia (GRU) al país, con el fin de mapear las rutas de cable submarino que llegan a sus costas. Por rocambolesco que pueda parecer esto, está documentado que otros países han intervenido las redes de datos submarinas de sus enemigos e, incluso, de sus aliados, para interceptar las comunicaciones y los datos sin que se diese cuenta.

Por ejemplo, Edward Snowden filtró detalles sobre el proyecto Tempora, del Reino Unido, que hizo esto en su propio país y también en Irlanda. Y de iniciativa estadounidenses similares, como Oakstar, Stormbrew, Blarney y Fairview, que hicieron lo propio en los estados Unidos, al margen de las leyes nacionales e internacionales. Y el espionaje digital no es cosa de esta época, sino que ya en los años ’70 la NSA de Estados Unidos ya llevó a cabo la Operación Ivy Bells, bajo la cual un equipo de submarinos y buzos especializados pretendían conectarse a las redes de datos submarinas que comunicaban las bases navales soviéticas.

Según se sabe actualmente, en muchos casos, las propias compañías de interconexión eran conscientes de estas operaciones, lo que ha permitido a Estados Unidos y Reino Unido espiar a discreción a los ciudadanos y las organizaciones dentro y fuera de sus fronteras, apoyando todo tipo de operaciones militares y de espionaje. Pero en el caso de Rusia, su papel dentro de las redes de interconexión de datos globales es mucho menos significativo, Y según la policía irlandesa, estarían tratando de acceder a este nivel de espionaje tratando de monitorizar las numerosas redes que llegan a sus costas, y que comunican con los principales centros de datos del mundo.

Ahora, Rusia ha lanzado un plan para tener su propia red de Internet, controlada completamente por el gobierno, lo que le otorga cierta capacidad de espionaje, pero el tráfico que pasa por Rusia es minoritario en comparación con el que viaja a través del Atlántico, el Pacífico o el Mediterráneo. Por ello, según afirman las fuentes de este artículo, el país estaría tratando de intervenir las redes submarinas en puntos donde los cables reposan sobre fondos marinos profundos.

Apuntan al posible uso de ciertos buques oceanográficos rusos, como el Yantar o el AS-12 Losharik, que tendrían capacidad para llegar a estas profundidades. Aunque el gobierno de Rusia ya ha negado anteriormente que esté embarcado en estos planes, lo cierto es que el Ministerio de Defensa dijo públicamente en 2015 que contaba con la capacidad para cortar los cables de comunicaciones oceánicos y espiar las comunicaciones que viajan por ellos.

Resulta disparatado pensar que un país quiera cortar los cables que usan las organizaciones de sus rivales, como las empresas de servicios financieros o las agencias militares, ya que sería un claro acto de guerra, pero lo cierto es que la preocupación por esta posibilidad va en aumento. Esto se debe a que la dependencia de la conectividad global se ha convertido en una debilidad estratégica y, hasta que se hagan realidad las redes satelitales de alta velocidad, los cables seguirán siendo el punto débil de las redes.