Una cultura digital fuerte, clave de la productividad empresarial

  • Estrategias digitales

La cultura digital tiene mucho que ver en el éxito o el fracaso de una estrategia de transformación digital, en la que el liderazgo, la tecnología y una cultura del cambio tienen que estar en armonía para, en las dosis adecuadas, favorecer la creación de un entorno laboral productivo, motivado y que impulsa la innovación.

Sin duda, la tecnología juega un papel relevante en la transformación digital de toda empresa, pero no es el único elemento. "No es un esfuerzo tecnológico, es un viaje que hacen las personas", sostiene en un post Michel van der Bel, presidente de Microsoft EMEA. Lo hace tras haber trabajado con  Michael Parke, profesor adjunto de Comportamiento Organizacional en la London Business School, en un estudio en el que participaron 20.476 empleados de toda Europa para encontrar la relación entre el uso que hacen de la tecnología, el contexto en el que la utilizan y el cómo se sienten en sus trabajos. Y el resultado es que la tecnología es importante, pero también lo es la existencia de una auténtica cultura digital en la empresa.

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Según explica el directivo de Microsoft, los líderes empresariales tienen que para competir, tienen que transformarse y hacerlo rápido, pero “muchas de las personas que toman estas decisiones creen que todo se limita a adoptar tecnologías modernas como la nube o la Inteligencia Artificial. Sin embargo, para tener un verdadero impacto, la transformación digital tiene que ir un paso más allá y se deben combinar tres aspectos clave: liderazgo, cultura del cambio y tecnología”.

Los resultados
La pregunta clave para las empresas es, según este estudio, cómo puede la tecnología impulsar a los trabajadores para conseguir una mayor productividad e innovación y conseguir un impacto positivo de su uso. En este sentido, la investigación ha confirmado que la tecnología puede ofrecer a las compañías una ventaja competitiva considerable, pero también ha puesto de manifiesto que ésta por sí sola no es suficiente. Para que la tecnología sea más eficaz, necesita implantarse dentro de una cultura digital fuerte. Éste es el punto donde los líderes empresariales defienden el potencial de la tecnología para ayudar tanto a individuos como a la organización; donde los directores dan ejemplo haciendo ellos mismos uso de la tecnología; y donde los empleados reciben la formación necesaria para sacar el máximo partido a esas herramientas digitales.

Cuando la innovación tecnológica se une con una cultura digital adecuada, las personas son capaces de trabajar de una manera más inteligente y sencilla. La productividad aumenta, lo cual es bueno para el objetivo final. También crece el compromiso, lo que hace que el trabajo fluya mejor entre los empleados. Es ahí cuando se puede emprender una tarea, poniendo todo el foco en ella, con energía y pasión. Cuando un individuo encuentra su propio “flow”, es capaz de realizar un mejor trabajo con menos esfuerzo, obteniendo un beneficio para toda la organización.

Los empleados también han compartido cómo se sienten mucho más capacitados dentro de esta cultura. Esto significa que son capaces de realizar mejor su trabajo, que son escuchados y, en definitiva, que son capaces de marcar la diferencia. Cada vez más, las personas quieren sentirse partícipes de un cambio, por lo que los cargos y los salarios no son suficientes para retener el mejor talento.

En términos cuantitativos, el estudio concluye que las compañías con una cultura digital fuerte son capaces de posicionarse por delante de sus competidores, con empleados que se sienten 5 veces más capacitados, 4 veces más comprometidos, 3 veces más innovadores y 2 veces más productivos.

En cambio, cuando la cultura digital es débil, sólo un 12% de los empleados se sienten muy productivos.