Cuatro de cada diez clientes contratarían servicios financieros en las BigTech

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Los clientes confían en empresas como Google, Amazon o Apple para contratar sus servicios financieros. Sin duda, podrían suponer un enorme desafío para la banca y, a la vez, toda una revolución. Sin embargo, su posible impacto se encuentra ahora limitado por la respuesta regulatoria, tanto para el desarrollo de actividades financieras como para el tratamiento de la información, según un estudio de Funcas y KPMG.

En el marco Observatorio de la Digitalización Financiera (ODF), Funcas y KPMG han presentado el informe “La banca ante las BigTech” qe profundiza en el fenómeno del ‘BigTech Banking’ y cómo la banca puede afrontar este reto.

Las BigTech, como Google, Apple, Facebook, Alibaba o Amazon, entre otras, además de ser nativas digitales, ágiles e innovadoras y centradas en el cliente como las fintech, cuentan con grandes bases de clientes y una gran disponibilidad de fondos para poder realizar inversiones. Su entrada en el mundo de los servicios financieros es ya una realidad, bien sea obteniendo las autorizaciones administrativas necesarias que les habilitan para prestar distintos tipos de servicios financieros o a través de alianzas con entidades financieras tradicionales.

Estas grandes multinacionales persiguen ampliar sus horizontes y comienzan a dar sus primeros pasos financieros pero, en principio, no se están orientando a funcionar como bancos, porque el sector financiero está mucho más regulado y supervisado que el tecnológico, aclara el estudio. Sin embargo, sí están desarrollando su actividad en servicios concretos que aportan valor añadido a sus negocios, como son el pago y el crédito. Por ejemplo, en China, de los 724 millones de usuarios de móviles que hay en el país, más del 35% abona habitualmente sus compras con Alipay (el servicio de pagos de Alibaba) y WeChat, mientras que el número de usuarios que prefiere pagar en efectivo o con tarjeta baja cada año.

Las BigTech cada día tienen mayor apetito por ampliar sus líneas de negocio, aprovechando su gran imagen de marca y sus capacidades en cuanto a recursos tecnológicos y financieros. Su aparición en el sector bancario ha servido, de este modo, como un estímulo para innovar, flexibilizar y agilizar el sistema, consiguiendo redirigir el foco a los clientes para mejorar su experiencia de usuario.

También, como explica el estudio, han aumentado la competencia en la oferta de servicios financieros, lo que puede beneficiar a los consumidores al ampliar las opciones y la comodidad de los servicios. Además, pueden reducir costes ya que el modelo de negocio de las plataformas digitales es, básicamente, ofrecer servicios gratuitos. “Su objetivo no es conseguir mayores ingresos, sino mejorar la cadena de valor y monetizar la información del cliente mediante la venta de productos y publicidad”, sostienen los autores.

La banca también tiene puntos fuertes
En contraposición, la banca sigue teniendo grandes fortalezas como la seguridad, la privacidad y el cumplimiento, y éstas son difíciles de replicar para las BigTech. El incremento de la competencia puede llevar a las entidades tradicionales a flexibilizar demasiado las normas de préstamo y asumir demasiados riesgos, lo que pondría en peligro el sector. Riesgos que no sólo son financieros: cuanto más se dependa de la tecnología, más expuestas estarán las empresas. Es decir, cualquier fallo operativo, ciberincidente o situación de insolvencia podría poner en dificultades la actividad de muchas instituciones financieras.

Entonces, ¿oportunidad o amenaza?
La rápida consolidación de las BigTech les ha permitido superar en cifras, en un relativo corto periodo de tiempo, a las empresas del sector financiero. En este punto destaca que entre las diez primeras empresas con mayor capitalización bursátil destacan siete firmas tecnológicas. “Algo que no hace más que destacar la superioridad de las BigTech, cuya hegemonía no para de subir”, asegura el estudio.

El documento acaba diciendo que las BigTech representan un auténtico riesgo para el sector bancario. De hecho, cada vez son más los usuarios de banca que están potencialmente dispuestos a considerar alternativas de productos en entidades no financieras. Según este informe, cuatro de cada diez clientes contratarían servicios financieros en Google, Amazon o Apple, mientras que el 47% estaría dispuesto a abrir una cuenta con alguna de estas compañías.

El estudio concluye que los bancos necesitan tanto reforzar sus ratios como acometer las inversiones en digitalización necesarias para seguir siendo competitivos. Todo ello, sin rebajar la retribución de los accionistas. Para ello, es necesario que los reguladores vigilen los riesgos emergentes y tomen medidas cuando sea necesario, resultando imprescindible encontrar una solución flexible que permita la innovación necesaria en el ámbito financiero.