Tres cuestiones de supervivencia para la banca digital en 2020

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En el mercado de banca digital compiten los neobancos, que están ya integrados en el ecosistema financiero por su capacidad para ofrecer soluciones accesibles, cómodas y rápidas, y los bancos tradicionales. Las regulaciones, los avances tecnológicos y los nuevos hábitos de consumo de los servicios digitales son cuestiones que tendrán que tener en cuenta los diferentes actores para ser competitivos.

El neobanco Qonto ha dado a conocer las que considera que serán claves que van a marcar el sector de la banca digital el próximo año, y que los tendrán que tener en cuenta los diferentes actores si quieren reforzar su psocionamiento en el mercado.

En primer lugar sitúa los avances tecnológicos y las plataformas móviles. A principios de 2019, los españoles realizaron 1.050 millones de pagos con tarjetas de crédito, según datos oficiales del Banco de España. Esto supuso un fuerte crecimiento frente al año anterior (15,28%) y, aunque el efectivo no va a desaparecer por el momento, el usuario busca cada vez más el uso de la tecnología para poder operar a través de soportes móviles. “Se trata de una tendencia que en otros países está totalmente integrada y que de cara a 2020 estará más presente en las empresas de nuestro país”, señala esta empresa.

En su opinión, la utilización de tecnologías cada vez más disruptivas será una de las especificaciones que veremos próximamente; un buen ejemplo de esto es el OCR, que permite calcular el IVA automáticamente en todas las transacciones y en todos los mercados, y que algunos de los actores que se presentan como alternativa a la banca tradicional ya tienen integrado, con el fin de ofrecer un servicio más rápido que simplifique la contabilidad, haciéndola menos tediosa y, sobre todo, más rápida.

En segundo lugar hay que estar atentos a las regulaciones. Finalmente, 2020 será el año de la entrada en vigor definitiva de SCA, el proceso de autenticación reforzada, después de la prórroga otorgada por la Autoridad Bancaria Europea (EBA), sólo aplicable para pagos basados en tarjetas debido a la complejidad propia de la tecnología; el resto de medios de pago ya deben estar cumpliendo con la norma.

“SCA está pensado para brindar mayor seguridad en los pagos con el móvil, comercio online, y regular a aquellos nuevos actores (neobancos, entre otros) que ofrecen servicios financieros. Cada vez más, los usuarios buscan soluciones que les aseguren que pueden operar con total tranquilidad online”, señala.

A día de hoy, la mayoría de las plataformas que permiten transacciones y/o compras de forma online cuentan con protocolos de seguridad como, por ejemplo, 3D Secure, que pretende prevenir el fraude en transacciones online hechas con tarjetas de crédito, asegurando que el propio titular es quien realmente está realizando los pagos, ya que el sistema comprueba la titularidad de la tarjeta bancaria utilizada.

Por otra parte, España también está pendiente de aprobación el Sandbox Fintech, aplazado por la inestabilidad política y la falta de formación de Gobierno. La creación de un banco de pruebas para llevar a cabo proyectos de innovación tecnológica, de una forma supervisada pero sin riesgo de sanción, permitiría a España posicionarse como uno de los países de referencia en innovación financiera, gracias a la formación de un ecosistema regulado para startups y nuevos modelos de negocio que están surgiendo en torno al mundo financiero.

En tercer lugar, subraya que los usuarios buscan superar la lentitud, complejidad y falta de herramientas modernas de la banca tradicional para adaptarse a las empresas progresistas. Se buscan soluciones enfocadas a cada segmento, un servicio rápido, gracias a la tecnología; un control de todos los gastos y la posibilidad de gestionar mejor las finanzas y contabilidad, y también transparencia, con tarifas y planes específicos adaptados a las necesidades de cada perfil.

Ante este contexto, la banca digital deberá ganarse la confianza del consumidor. En este punto, opina que los neobancos pueden tener la ventaja de ser nativos digitales “frente a las trabas que puedan encontrar otras entidades no conformadas en el entorno digital”, dice.

En un estado ideal, banca tradicional y neobancos llegarían a complementarse. Los nuevos actores bancarios cuentan con la agilidad en cuanto a la adopción de las nuevas tecnologías, innovación, flexibilidad; por su parte, la banca juega con su conocimiento del sector, confianza en lo “tradicional” y su bolsa de clientes. “Un tándem que, de aunarse con éxito, conllevaría, sin lugar a dudas, beneficios para el cliente”, sostiene esta firma.