Sostenibilidad y tecnología: un futuro interconectado
- Opinión
La sostenibilidad ha pasado de ser un ideal a convertirse en una obligación para dar cumplimiento normativo, y definirá la supervivencia de las empresas y el bienestar del planeta, una situación en la que la tecnología no hace más que posicionarse como un aliado imprescindible que puede servir como catalizador que amplifique las posibilidades de construir un mundo más eficiente, limpio y equitativo.
En este proceso, la Inteligencia Artificial se posiciona como un motor de altísima eficiencia que está transformando radicalmente la forma en que se gestionan los recursos en diversos sectores. Desde la agricultura hasta la fabricación de productos, su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos y convertirlos en información útil que permite predecir y optimizar el consumo de recursos naturales ya que realiza ajustes automáticos que reducen el desperdicio y maximizan la eficiencia operativa. Además, la IA juega un papel clave en la transición hacia fuentes de energía renovables ya que los sistemas que se basan en ella tienen la capacidad de prever la demanda energética y adaptar la producción de energía solar o eólica en tiempo real, minimizando así la dependencia de combustibles fósiles.
El desarrollo de sensores inteligentes es otra variable fundamental en este proceso de monitorización y ajuste constantes ya que son los instrumentos que permiten la recopilación en tiempo real de variables críticas como la calidad del aire, el consumo de agua y la temperatura ambiental. Por ejemplo, en la industria agrícola, los sensores de humedad en el suelo ayudan a determinar en qué momento y qué cantidad de agua destinar al riego, disminuyendo significativamente el desperdicio. Así las cosas, la combinación de tecnología y sostenibilidad vincula de manera directa los resultados operativos con el compromiso social y ambiental de las organizaciones.
Estos dos aspectos – Inteligencia Artificial y sensorización de los espacios – tienen otra tecnología con la que comparten una fuerte relación: el Internet de las Cosas (IoT). A través de la interconexión de dispositivos, el IoT permite realizar una monitorización constante que posibilita, de nuevo, una gestión eficiente de recursos en tiempo real. Los sensores IoT se comunican entre sí y con sistemas centrales, permitiendo una automatización avanzada y una optimización continua de los procesos.
Además, el blockchain juega un papel crucial en este ecosistema tecnológico. Proporciona un registro inmutable y transparente de las transacciones y datos, lo que es esencial para la sostenibilidad. Permite la trazabilidad de materiales y la certificación de procesos, asegurando que los productos cumplen con los estándares ambientales. Cuando se combina con IoT, el blockchain puede registrar datos de sensores y automatizar acciones mediante contratos inteligentes, garantizando la integridad y disponibilidad de la información.
Estas cuatro tecnologías encuentran un objetivo común en la economía circular, que busca reducir, reutilizar y reciclar la mayor cantidad de residuos posible. La IA, los sensores inteligentes, el IoT y el blockchain son los aliados naturales de este camino que vincula la gestión de activos y la sostenibilidad.
Por tanto, para garantizar la supervivencia de una compañía, la integración de tecnología y sostenibilidad se posiciona como una necesidad estratégica. Sin embargo, la responsabilidad no recae únicamente en las empresas, sino en todos los actores de la sociedad: Gobiernos, instituciones y consumidores también juegan un papel crucial en la adopción de tecnologías sostenibles. El futuro exige una acción conjunta, donde la tecnología actúe como puente para cerrar las brechas existentes y construir un mundo más sostenible.
Por Pablo Rivadulla, Business Developer en Nextbitt España