Telecomunicaciones y gestores de redes usan IA con Quantum Computing
- Opinión

Cuando aún estamos inmersos en la magnitud del tsunami que supone la Inteligencia artificial (abarca todo, influye en todo), despertamos ante la punta de otro inmenso iceberg: la Computación Cuántica. Inteligencia artificial (IA) y Computación Cuántica se necesitan y la primera requiere a la segunda. Telecomunicaciones y gestión de redes es el primer sector tecnológico que está ya usando aplicaciones prácticas de IA y Quantum.
La patronal mundial de empresas de telecomunicaciones (GSMA) expuso, en su Mobile World Congress (MWC) de octubre de 2024, celebrado en Las Vegas (Nevada, EE.UU.), varios casos concretos: Deutsche Telekom's T-Systems, BT y Telecom Italia Sparkle. En colaboración con IBM, Google y D-Wave, entre otros proveedores. T-Systems, incluso, se ha aliado con la plataforma europea PlanQK, que está desarrollando un ecosistema de Quantum Computing.
Era cuestión de tiempo, de necesidad generada y de madurez del sector digital, que grandes empresas tecnológicas necesitaran la Computación Cuántica. Los requerimientos de mucha mayor capacidad de computación, por parte de la inteligencia artificial, ha sido la gota que ha colmado el vaso, abriendo las puertas a Quantum. Más bien, por seguir con la metáfora del tsunami, podría decirse “abrir las espitas de la presa”, …
La Computación Cuántica no es nueva. Su formulación, como hoy la conocemos, se remonta a 1995. IBM, primero, y Google, después, se lanzaron a la investigación en laboratorio y dieron lugar a grandes superordenadores en que confluían formas concretas de Inteligencia artificial e impresionante capacidad de procesamiento, en órdenes de magnitud desconocidas para la computación tradicional. Los casos son suficientemente conocidos: IBM Watson, Google Quantum Computer, que se remontan cinco, diez y quince años.
En 2019, hace seis años, publicábamos en este medio, IT User, un artículo titulado “La computación cuántica es el futuro”. La idea estaba inspirada en un documento realizado por Google para la NASA, titulado “Supremacía cuántica utilizando un procesador superconductor programable”. Aquel año (2019) Google cumplió el primer hito de su hoja de ruta para desarrollar la Computación Cuántica, que dio en llamar “Beyond Classical”. Se refería Google, a que ese primer paso ya suponía haber sobrepasado a la computación tradicional (clásica). Y, como recalcó Sundar Pichai en aquel momento (2019), “Google había conseguido Quantum Supremacy”.
Cuando Jensen Huang, CEO de Nvidia, tuvo conocimiento de lo conseguido por Google, afirmó: “esto supone la muerte de "la ley Moore". En realidad, en 2019, Intel todavía era un competidor muy fuerte de Nvidia y Huang quiso desacreditar a quien enunció aquella máxima de la computación tradicional, que no es otro que Gordon Moore, cofundador de Intel. “Su ley estuvo en vigor”, desde 1965 hasta 2022.
Y, otros seis años antes (2013) también hablamos de Computación Cuántica, aunque desde un punto de vista más académico y menos tecnológico, a propósito del Premio Nobel de Física de aquel año, otorgado a Dave Wineland, del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de EEUU, por su trabajo en computación cuántica.
El segundo hito de Google, en su roadmap hacia la consecución de un super ordenador cuántico, lo consiguió con el anuncio del lanzamiento de “Willow”, que no es el chiquitín protagonista de la película dirigida por George Lucas, a mediados de los años ochenta, sino un “Quantum AI Chip”. A día de hoy, Google no ha encontrado aún desarrollos y aplicaciones prácticas, más allá de que las tareas de cálculo realizadas por super ordenadores tradicionales, quedan infinitamente por detrás respecto a la velocidad con que Willow es capaz de hacerlas.
Y, sin embargo, hay un segmento del sector tecnológico que, como decíamos al principio, ya está utilizando computación cuántica junto a la inteligencia artificial: se trata de las telecomunicaciones, tanto los operadores como los gestores de redes.
En el caso de las operadoras de telecomunicaciones se trata de una evolución lógica de su modelo de negocio. En Estados Unidos (Verizon, AT&T, T-Systems) y algunas operadoras europeas, se están convirtiendo en integradores de tecnologías de nueva generación, que paquetizan y comercializan en el mercado empresarial (B2B). Si una operadora, más allá de su negocio tradicional, ofrece TV en streaming, Big Data, Internet de las Cosas (IoT), Edge Computing, Ciberseguridad, Conectividad e Inteligencia artificial, es lógico que la necesidad de muchísima más computación se ponga en primer plano. A lo cual, hay que añadir la presión sobre las redes, tanto de fibra óptica como inalámbricas: Big Tech, las OTT (Over The Top) funcionan en Internet usando redes de las compañías de telecomunicaciones, que son las firmas que han hecho las billonarias inversiones y, por cuyas redes y su uso, Big Tech no asume su “fair share” como pide el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, presidente, también de la patronal mundial de empresas de telecomunicaciones (GSMA).
En el caso de los gestores de las redes la necesidad de Inteligencia artificial y Computación Cuántica es todavía mayor. Porque sus clientes más importantes son los operadores móviles (MNOs). En el caso de un gestor neutro de infraestructuras de telecomunicaciones, como Cellnex Telecom, que tanto sirve a Telefónica, MasOrange, Vodafone o Telecom Italia, entre otras, que, a su vez, proveen de conectividad a Google, Apple, Microsoft, Amazon, Meta (¡y todas las redes sociales!) con casi ocho billones de clientes… la consecuencia es clara, por hablar únicamente del mercado B2B: el gestor de infraestructuras de telecomunicaciones inalámbricas (Cellnex Telecom) ha de proveer máxima conectividad a las operadoras (Vodafone, Telefónica, TIM…) quienes, a su vez, se la proporcionan a billones de clientes (empresas, pymes, autónomos, población general) de empresas Big Tech (Amazon, Google, Meta…).
En la base de la pirámide está Cellnex Telecom, que es quien tiene que soportar todo el peso antes descrito. De ahí que, la robustez de las redes de Cellnex (líder europeo del sector, versus su competidor americano, American Tower) haya de ser… ¿cuántica? Sí, cuántica y, la aplicación a modo de prueba, de (Google Quantum AI) Willow sobre redes inalámbricas y/o las de fibra óptica, hace que la velocidad en Internet gracias a Quantum, deje a la fibra óptica de un Giga, a la altura de la comparación entre el diminuto tamaño de la tierra y la infinitud del universo.
Si, en circunstancias normales, la conectividad que exigen las personas y empresas ha de ser “exquisita”, cabe preguntarse qué sucede cuando 100.000 personas se juntan en un estadio de fútbol para ver un partido o asistir a un concierto de música. Cien mil personas con smartphone hablando por teléfono, usando WhatsApp, Telegram o Messenger; subiendo fotos a Instagram, Facebook, TikTok, Twitch, X y otras redes sociales y, todo ello, non-stop, durante una o varias horas. Es obvio que, la conectividad que provee Cellnex Telecom, funciona perfectamente. De otra manera, ya nos habríamos enterado: si se cayere la red, o el ancho de banda no fuere suficiente y las comunicaciones se ralentizasen, habría 100.000 personas muy enfadadas, quejándose a sus operadores de telecomunicaciones y, estos, a su vez, pidiendo responsabilidades al gestor de infraestructuras de telecomunicaciones. No es el caso, no ha sucedido y todos contentos a ver cantar a Taylor Swift.
Eso sí, gracias a Dios, a las personas “se nos oculta” la complejidad de la tecnología que hace posible tan potente conectividad, que, en definitiva, aúna Computación Cuántica, Inteligencia artificial y las Tecnologías de la Digitalización aplicadas a las redes de telecomunicaciones.
Bendita ignorancia, que otorga la felicidad de subir el video de rigor a TikTok, sin otra preocupación que las críticas o la envidia…
Por Jorge Díaz Cardiel, socio director general de Advice Strategic Consultant