El Parlamento Europeo apoya la creación de un nuevo impuesto a los servicios digitales

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Europa podría imponer un nuevo modelo fiscal para las compañías digitales. El pleno del Parlamento Europeo ha respaldado dos propuestas legislativas sobre fiscalidad corporativa para las empresas con presencia digital significativa y para crear un impuesto a los servicios digitales.

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Por un lado, se pretende gravar también el suministro de contenidos digitales también debe ser gravado. En este sentido, se han añadido a la lista de servicios deben estar sujetos a imposición el suministro de contenidos en forma de video, audio, juegos o texto usando una interfaz digital, con independencia de que dicho contenido sea propiedad de la empresa o que haya adquirido los derechos para distribuirlo. Por tanto, las plataformas como Netflix deberían por tanto pagar por esos servicios.

Por otro, el Parlamento plantea rebajar el umbral mínimo a partir del cual los ingresos obtenidos en la UE de una empresa deben pagar impuestos y fijarlo en 40 millones de euros por ejercicio. La Comisión Europea proponía un mínimo exento de 50 millones.

No obstante, para el Parlamento Europeo, el impuesto a los servicios digitales es una solución temporal. Los eurodiputados insisten, según expresa un comunicado en que sería preferible a medio plazo “la implantación de normas fiscales sobre presencia digital significativa, la fijación de una base común consolidada para el impuesto sobre sociedades u otras reglas similares acordadas en el seno de la OCDE o la ONU”.

El Parlamento, que sólo tiene un papel consultivo en materia de fiscalidad (Artículo 115 del Tratado de la UE), está presionando para que las nuevas reglas se adopten antes del final de la legislatura. El Consejo debe, por su parte, decidir por unanimidad.

Un asunto que viene de largo
En julio de 2013, los ministros de la UE acordaron la necesidad de establecer una base común para el impuesto sobre sociedades. La Comisión dividió entonces su propuesta previa en dos proyectos legislativos: uno para fijar una base común (CCTB, en inglés) y otra para la base común consolidada (CCCTB). Ambos están sobre la mesa del Consejo desde 2016, esperando un acuerdo. El Parlamento es favorable a la reforma y respalda la noción de “presencia digital” para permitir a los Estados miembros cobrar impuestos a las compañías digitales.

En marzo de 2018, la Comisión presentó otras dos propuestas para una fiscalidad más justa de los negocios digitales. La primera (fiscalidad corporativa de la presencia digital significativa), la preferida por el ejecutivo comunitario, busca que los beneficios sean registrados y gravados allí donde las empresas interactúan con los usuarios vía canales digitales. La segunda (impuesto sobre los servicios digitales), de caducidad en principio limitada, pretende cubrir la actividad de compañías que operan en la UE sin pagar impuestos.