Bruselas prevé un impulso de la economía tras la desaceleración del invierno

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Las últimas previsiones económicas de la Unión Europea proyectan un nuevo impulso, tras la desaceleración que se ha producido en los últimos meses. La economía, según este nueva estimación, crecerá un 4% en 2022, un ritmo que se moderará en 2023, para el que el pronóstico de crecimiento es del 2,8%.

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El pronóstico económico de invierno de 2022, publicado por la Comisión Europea, proporciona una actualización del pronóstico económico de otoño de 2021, que se presentó en noviembre de 2021, y se centra en la evolución del PIB y la inflación en todos los Estados miembros de la UE.

Según esta última proyección, la economía de la UE crecerá un 4,0% en 2022 y un 2,8 % en 2023. También se espera un crecimiento en la zona del euro del 4,0% en 2022, moderándose a 2,7% en 2023.

Tras una notable expansión del 5,3 % en 2021, la UE en su conjunto alcanzó su nivel de PIB anterior a la pandemia en el tercer trimestre del año y se prevé que todos los Estados miembros hayan superado este hito a finales de 2022. Después del sólido repunte de la actividad económica que comenzó en la primavera del año pasado y continuó sin cesar hasta principios del otoño, se estima que el impulso de crecimiento en la UE se desaceleró al 0,4% en el último trimestre de 2021, desde el 2,2% del trimestre anterior. Aunque ya se esperaba una desaceleración en el pronóstico económico de otoño de 2021, después de que la economía de la UE cerrara la brecha con su nivel de producción anterior a la pandemia en el tercer trimestre de 2021, fue más pronunciada de lo esperado a medida que se intensificaron los vientos en contra del crecimiento: en particular, el aumento de COVID-19.

Según el análisis de la Comisión, el crecimiento sigue estando determinado por la pandemia, con muchos países de la UE bajo la presión de una combinación de mayor presión sobre los sistemas de salud y escasez de personal debido a enfermedades, cuarentenas preventivas o tareas de cuidado. Los cuellos de botella logísticos y de suministro, incluida la escasez de semiconductores y algunos productos básicos de metal, también seguirán pesando sobre la producción, al menos durante la primera mitad del año. Además, la previsión es que los precios de la energía permanezcan elevados durante más tiempo de lo previsto en el anterior pronóstico, lo que ejercerá un lastre más prolongado sobre la economía y mayores presiones inflacionarias.

Con todo, el documento asume que la tensión en la economía causada por la actual ola de infecciones será de corta duración y sostiene que la actividad económica recupere tracción, también a medida que las condiciones de oferta se normalicen y las presiones inflacionarias se moderen. “Mirando más allá de las turbulencias a corto plazo, los fundamentos que sustentan esta fase expansiva continúan siendo sólidos. Un mercado laboral en continua mejora, elevados ahorros de los hogares, condiciones de financiación aún favorables y el pleno despliegue del Fondo de Recuperación y Resiliencia están preparados para sostener una fase de expansión prolongada y sólida”, dice el pronóstico.

Otra nota negativa es que revisa al alza la previsión de inflación con respecto a la previsión de otoño, por refleja los efectos de los altos precios de la energía, pero también la ampliación de las presiones inflacionarias sobre otras categorías de bienes desde otoño.

Tras el récord del 4,6% en el cuarto trimestre del año pasado, la estimación es que la inflación en la zona del euro alcance un máximo del 4,8% en el primer trimestre de 2022 y se mantenga por encima del 3% hasta el tercer trimestre del año. A medida que se desvanezcan las presiones de las restricciones de suministro y los altos precios de la energía, se espera que la inflación disminuya al 2,1% en el último trimestre del año, antes de descender por debajo del objetivo del 2% del Banco Central Europeo a lo largo de 2023.

El próximo pronóstico de la Comisión Europea será el de primavera de 2022, cuya publicación está prevista para mayo de 2022.

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