Estas son las ventajas del desarrollo de aplicaciones con microservicios

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El mercado mundial de los microservicios en la nube alcanzará los 2.700 millones de dólares para 2026, según un informe de Mordor Intelligence. Otro estudio de IBM indica que hoy el 81,5% de las empresas ya utilizan este enfoque arquitectónico y el 17,5% planean hacerlo. Los expertos de atSistemas han identificado en él beneficios como más resiliencia, autonomía, escalabilidad y agilidad en el desarrollo.

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Durante los últimos años, la forma en la que se desarrollan las aplicaciones ha cambiado. La rápida evolución de la tecnología, sumado a la transformación de las necesidades de los usuarios, que cada vez demandan más rapidez en su desarrollo e implementación, han hecho que la estructura y la programación del software se hayan vuelto mucho más complejas y, por tanto, difíciles de gobernar. Hasta hace no tanto, la arquitectura de software era predominantemente monolítica, funcionando con un código único y dependiendo de un solo stack tecnológico, haciendo que cualquier cambio o fallo en alguna de las funcionalidades del software afectase a todo el conjunto. Así, nacieron los microservicios, una estructura basada en diferentes componentes internos que actúan como servicios con funciones independientes, pero que se comunican entre sí a través de una API definida y siempre accesible.

Esta estructura es la que ha permitido el desarrollo de nuevas tecnologías como las ‘superapps’ o los entornos multicloud, cada vez más extendidos entre las empresas, en parte gracias a sus ventajas.

Para los especialistas de la consultora atSistemas, estas son las ventajas de una arquitectura de microservicios:

- Aumento de la resiliencia del software. La principal ventaja de los microservicios y la clave de su funcionalidad reside en la independencia de los módulos, que aporta resiliencia a toda la aplicación. En otras palabras, en caso de que ocurra algún fallo en alguno de los módulos del software, o haya que hacer algún tipo de mantenimiento, el resto de los componentes de la aplicación no se verían afectados, por lo que sus aspectos funcionales podrán seguir adelante con normalidad. Por consiguiente, además, se elimina el riesgo de la pérdida de los datos. Un ejemplo de ello es el de Netflix que, en 2008, tras un error en su base de datos monolítica que interrumpió su servicio durante varios días, decidió realizar la migración a los microservicios, con el objetivo de realizar cambios y arreglos de forma más rápida y ágil hasta convertirse en lo que es hoy en día.

- Autonomía en la elección de herramientas tecnológicas. Una de las características de la estructura de tipo monolítico es que todos los miembros del equipo que trabajan en el desarrollo de la aplicación dependen de un marco tecnológico específico. Los microservicios, en cambio, permiten a cada equipo de trabajo funcionar con su propia herramienta sin afectar al funcionamiento de la aplicación. Esto, a su vez, implica que puede probarse la integración y compatibilidad de otras tecnologías, facilita su implementación y, en caso de error, hace más fácil volver a una versión anterior y corregir los errores.

- Capacidad de escala. Al tener la posibilidad de modificar cada microservicio de forma independiente, la agilidad en el desarrollo es mucho mayor. Así, la introducción de mejoras, características o integración de otros componentes a la aplicación resulta mucho más sencilla y flexible. Asimismo el empleo y consumo de recursos es más eficiente y sostenido, debido a que el desarrollo es mucho más específico y hecho a medida de cada necesidad.

- Agilidad en el desarrollo. La arquitectura de microservicios permite, al estar especializados por módulos, que los equipos de desarrollo sean más pequeños y dedicados. Esto hace que la cadena de trabajo sea más rápida, ágil y productiva por lo que, de esta forma, se acorta el tiempo de desarrollo, de implementación y de corrección de errores. En última instancia, la ventaja es la posibilidad de satisfacer las necesidades del cliente de una manera más eficiente, lo cual redunda finalmente en un aumento del rendimiento de la propia empresa. De hecho, según datos de Solo.io, la mayoría de empresas con al menos la mitad de sus aplicaciones basadas en microservicios tienen ciclos de lanzamiento diarios o, al menos, son más frecuentes.