Aplicaciones móviles: ¿cómo asegurar la mejor experiencia de usuario?

  • Content Marketing

Las aplicaciones móviles se han convertido en la punta de lanza de muchas empresas, tanto en la relación con sus clientes como con sus propios empleados. Por este motivo, desarrollar una aplicación con éxito pasa inexcusablemente por ofrecer la mejor experiencia de usuario, independientemente del dispositivo, la red o las condiciones de conexión de los diferentes usuarios. Una aplicación móvil es el escaparate de entrada a nuestra compañía, pero si la experiencia no es la adecuada, puede convertirse en la puerta de salida.

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Ha llegado la era de la movilidad y los trabajadores corporativos están abandonando los dispositivos tradicionales a favor de los smartphones y las tablets. Esto está impulsando un aumento rápido en el desarrollo de aplicaciones móviles. Como resultado, las organizaciones de TI deben replantearse la forma en la que entregan las aplicaciones. Los servicios de aplicaciones móviles le ayudarán a superar estos retos y a garantizar el rendimiento de las aplicaciones.

Porque no podemos obviar que las aplicaciones son el escaparate de la marca y los usuarios la conocen a través de su aplicación. Si una aplicación es deficiente, lenta y poco receptiva, así es como los clientes perciben la marca. Es más, desde un punto de vista interno, un funcionamiento no satisfactorio de una aplicación móvil puede tener efectos directos en la productividad de los trabajadores, lo que redunda en problemas para el negocio.

Pero, ¿qué aspectos hay que tener en cuenta en una aplicación móvil para ofrecer la mejor experiencia de usuario posible? Repasémoslos, pero, antes establezcamos las tres fases en las que hay que tener puesto el foco.

En la parte de desarrollo, hay que tener en cuenta las condiciones reales con las que el usuario va a hacer uso de su aplicación: dispositivos, redes, interacciones, notificaciones… Puede que nuestra aplicación funcione a la perfección en un entorno controlado, pero la realidad de la experiencia de usuario la va a tener en condiciones reales, y éstas deben ser analizadas y tenidas en cuenta. En esta fase, hemos de comprender cómo va a rendir una aplicación tanto a nivel de interfaz como en la red móvil y sobre el dispositivo, por lo que deberemos establecer las capacidades del sistema para que la experiencia del usuario sea la mejor.

Además, deben identificarse las posibles vulnerabilidades para que sea más sencillo ponerles remedio. Para ello, serán necesarios análisis y auditorías de seguridad antes de la publicación de la aplicación.

Una vez a disposición de los usuarios, la aplicación debe ser supervisada constantemente, pero no desde el punto de vista del programador, sino desde el punto de vista del usuario, poniendo el énfasis en el rendimiento lento, los fallos, el uso de recursos o en cualquier elemento que genere un impacto negativo en la experiencia de uso.

En cuanto se detecten interacciones problemáticas, hay que supervisar todo el tráfico para detectar y poder solucionar la razón del problema. Si la supervisión es adecuada, es factible que la detección del problema sea anterior a que el usuario tenga conocimiento de ello, lo que redundará en una experiencia positiva.

Evidentemente, en esta fase tampoco hay que olvidarse de la detección de posibles amenazas, analizando el comportamiento de las aplicaciones en un entorno real.

Por último, hay que tener en cuenta el comportamiento del usuario y sus interacciones, porque si conocemos dónde falla la aplicación, desde el punto de vista del usuario, podemos poner remedio para mejorar su experiencia con ella.

La tercera de las fases es la de optimización. Para ello, hay que aprovechar la detección y aislamiento de los fallos aplicando metodologías de entrega ágil, como Agile y DevOps, así como con las capacidades de colaboración con el entorno de desarrollo (IDE, Jenkins, SCM…). Y lo mismo ocurre con la seguridad. El conocimiento del uso y funcionamiento de la aplicación permite eliminar vulnerabilidades y posibles ataques específicos.

Por último, conviene priorizar las mejoras y los desarrollos de optimización en aquellos aspectos o elementos que más importan al usuario, algo que también es necesario poner en práctica cuando hablamos de la realización de pruebas.

 

Mobile Center

Pensando en estas necesidades, Hewlett Packard Enterprise ha creado un centro de recursos que ayudan a diseñar, desarrollar, probar y entregar aplicaciones móviles con la mejor experiencia de usuario posible.

Con estas herramientas y servicios, es posible optimizar la experiencia del usuario que, como decíamos anteriormente, es la principal y única medida real de la aplicación diseñada.