Bruselas da detalles de cómo será el euro digital mediante una propuesta de marco legal

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Euro digital ©Freepik

Bruselas avanza en el diseño del euro digital planteando un marco legal para la moneda que permitirá pagos electrónicos. La Comisión ha presentado dos paquetes de medidas, uno para definir la forma digital del euro, y el otro para garantizar el acceso a la moneda en metálico, asegurando así que los ciudadanos puedan elegir entre ambas opciones en cualquier momento.

La digitalización de la economía es un hecho y cada vez más personas eligen realizar pagos digitales. Por eso, el Banco Central Europeo (BCE), al igual que muchos otros bancos centrales de todo el mundo, ha estado trabajando en la forma de introducir el euro digital. Su trabajo se materializa en la propuesta de marco legal para el equivalente electrónico de la moneda, que se plantea como complemento al efectivo.

Con el nuevo activo digital, la Comisión pretente ofrecer a los consumidores una solución de pago alternativa en toda Europa, además de las opciones que existen en la actualidad y, por eso, se plantea como complemento al efectivo. En este sentido, el Ejecutivo comunitario propone dos conjuntos de medidas que se apoyan mutuamente para garantizar que las personas tengan ambas opciones de pago, efectivo y digital. Por un lado, quiere salvaguardar el papel del dinero en metálico como medio de pago y que siga siendo accesible, por lo que quiere eliminar dificultadas para accder al efectivo, por ejemplo como resultado del cierre de cajeros automáticos y sucursales bancarias.

A esta propuesta legislativa se suma la del marco legal de la moneda digital, que funcionaría como una billetera digital, que permitiría pagar con la moneda en cualquier momento y lugar en la eurozona.

Además, estará disponible para pagos tanto online, a través del dispositivo móvil, como offline, es decir, los pagos podrían realizarse de dispositivo a dispositivo sin conexión a Internet, desde un área remota o un estacionamiento subterráneo. Sobre los primeros, dice la Comisión ofrecerán que el mismo nivel de privacidad de datos que los medios de pago digitales existentes, mientras que sobre los que se realicen offline señala que permitirán a los usuarios realizar pagos digitales mientras revelan menos datos personales que en la actualidad.

Los bancos de toda la UE estarán obligados a distribuir la moneda y se asegurará la gratuidad de los servicios básicos pero, en realidad, no son necesarios, porque las personas que no tengan una cuenta bancaria podrían abrir y mantener una cuenta en una oficina de correos u otra entidad pública, como una autoridad local. 

No obstante, se limitará la cantidad de euros digitales que los usuarios puedan disponer para evitar una gran salida de depósitos bancarios. El tope podría fijarse en los 3.000 euros podría realizar pagos superiores vinculando el monedero digital con la cuenta bancaria.

La idea es exigir a todos los comercios de la zona euro que acepten el uso de la moneda, excepto a los comerciantes muy pequeños que opten por no aceptar pagos digitales, ya que el coste de establecer una nueva infraestructura para aceptar pagos en euros digitales sería desproporcionado.

Estas medidas tienen que ser aprobadas por el Parlamento Europeo y el Consejo y, según explica la Comisión, este proyecto requerirá un trabajo técnico adicional significativo por parte del BCE.