En diez años, la Inteligencia Artificial en empresa y sector público añadirá un 14% al PIB mundial (15 billones de dólares)

  • Opinión

Hacen falta concienciación de los líderes y formación a empleados en tecnologías digitales.

La inteligencia artificial está aparentemente en todas partes. El lunes 11 de febrero de 2019, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva para desarrollar la Inteligencia Artificial (IA), uniendo sector público y empresas, para hacer frente a la competencia de China en este campo, como en otros (producción offshore, comercio, etc).

En los últimos dos años, los requerimientos necesarios para impulsar la IA más allá de los laboratorios y abarcar mercados más empresariales, ya se están dando: tecnologías informáticas potentes y económicas; algoritmos avanzados; y enormes cantidades de datos sobre casi cualquier tema. Los periódicos y las revistas están llenos de artículos sobre los últimos avances en Machine Learning y tecnologías relacionadas con la inteligencia artificial.

Dos informes recientes de Advice Strategic Consultants concluyeron que, en las próximas dos décadas, IA será la mayor oportunidad comercial para las empresas y, todavía más, el desarrollo acelerado de las naciones en vanguardia: Estados Unidos, China, Japón y la Unión Europea. Los avances de IA tienen el potencial de aumentar el PIB mundial hasta en un 14% entre 2019 y el 2030, es decir, porcentaje equivalente a una contribución adicional de 14 a 15 trillones de dólares americanos a la economía mundial, y una contribución promedio anual al crecimiento de la productividad de alrededor del 1,2 por ciento, sin bajar o congelar salarios.

Con el tiempo, la IA podría convertirse en una tecnología aplicable a muchas utilidades, empresas, sectores, funciones, etc y, también, transformadora, como lo fueron la máquina de vapor, la electricidad e Internet y Computación (Las tres previas Revoluciones Industriales). La adopción por el mercado de la IA, probablemente seguirá un patrón típico de curva, con un inicio relativamente lento en los primeros años, seguido de una aceleración pronunciada a medida que la tecnología madura y las empresas aprenden a aprovechar mejor la inteligencia artificial para aumentar el valor de la empresa.

Ya sucedió algo similar entre 1997 y 2000 con el “boom” de las “punto.com” y su posterior estallido. Entonces no se daban las condiciones para lo que sí hemos visto está sucediendo ahora: que una compañía que vende por Internet, como Amazon, sea líder mundial del retail/distribución y que su competencia sea una compañía global china, Alibaba; que Google (Alphabet) sea líder mundial de buscadores de Internet y su competidor principal sea la empresa china Tencent; y algo similar podría decirse de Apple (smartphones, computación, etc) versus Samsung y Huawei; Facebook, primera red social del mundo con 2,3 billones de usuarios y la reinventada por Satya Nadela, “la nueva Microsoft”, que ya no vive solo de su sistema operativo Windows, sino que se expande a cloud, inteligencia artificial, big data, etc.

Todas las empresas mencionadas, líderes de sus mercados y las más valoradas en bolsa, con una capitalización bursátil del entorno del billón de dólares americanos, han desarrollado su propia inteligencia artificial. La única empresa europea que lo hace, también, es española: Telefónica, “rara avis” que, cual supermercado de la tecnología, en palabras de su presidente, José María Álvarez-Pallete, ofrece inteligencia artificial, cloud computing, big data, convergencia, ciberseguridad, conectividad, paquete quíntuple, etc, bien a través de sus propias empresas especializadas (Acens, Luca, Eleven Paths, Wayra, etc), agrupadas bajo el paraguas de Telefónica Empresas/Telefónica Business Solutions, que dirige José Cerdán Ibáñez, pionero en computación, internet y digitalización en España al fundar en 1990 la primera empresa fabricante de ordenadores de España-. Y, también, a través de 200 alianzas con empresas como AWS, Microsoft Azure, Sage, Cisco o Salesforce, entre otras muchas.

Para tener una idea más concreta del estado actual de la adopción de la IA, Advice Strategic Consultants, recientemente (diciembre 2018 a enero de 2019), realizó una encuesta global sobre el estado actual de la adopción de la IA. Respondieron 4,000 empresarios/as, directivos/as, CIOs, en 10 sectores de la economía que aportan el 95% del PIB; ocho funciones de negocio y una amplia gama de regiones geográficas y tamaño de compañías: Estados Unidos, Unión Europea -con foco en España y en sus 17 Comunidades Autónomas-, China, Corea del Sur y Japón. La encuesta preguntó sobre el progreso en la implementación de nueve capacidades principales de inteligencia artificial, incluido el aprendizaje automático, la visión por ordenador, el texto en lenguaje natural y el procesamiento del habla y la automatización de procesos mediante robótica.

Algunas conclusiones:

En general, el mundo de los negocios está comenzando a adoptar la inteligencia artificial. Estamos en sus primeros estadios y, decir lo contrario, no es creíble. Por un lado, hay adopción, implantación y uso en un porcentaje relativamente pequeño de empresas (grandes, pymes, microempresas, autónomos, organismos públicos) y, por otro, hay un potencial inmenso, como puso de relieve a finales de enero en el Foro de Davos el World Economic Forum, donde su fundador, Klaus Schwab, explicó el despliegue de las tecnologías digitales de la Cuarta Revolución Industrial: el treinta por ciento (30%) de las organizaciones están realizando pruebas piloto de IA. Casi la mitad, el 47%, ha incorporado, al menos, una capacidad de IA en sus procesos comerciales estándar, en comparación con el 20% en 2017.

Las oportunidades de IA se pueden encontrar en toda la empresa, pero solo el 21% responde que utiliza IA en múltiples funciones comerciales o captación de nuevos clientes. Esencialmente, la IA se está utilizando para remozar y mejorar procesos internos y aumentar productividad y competitividad: el Estudio Advice de Éxito Empresarial en Digitalización detectó, en los tres últimos meses que, en las pruebas piloto de pymes a las que se dota de las tecnologías de la digitalización vinculadas a la Inteligencia Artificial y se les da formación a empresario/a y trabajadores/as, los aumentos de productividad podrían alcanzar el 22% y la competitividad dispararse un 33%. Obviamente, habrán de pasar diez años para que esta realidad se extienda a todo el mercado empresarial, español y del mundo desarrollado.

Las inversiones en IA son todavía bastante pequeñas. El cincuenta y ocho por ciento (58%) de los encuestados dijo que, menos de una décima parte de sus presupuestos digitales, se destina a IA, mientras que el 71% espera que las inversiones en IA aumenten significativamente en los próximos años.

Hace falta formación en digitalización.

Muchos de los encuestados dijeron que sus organizaciones carecen de las habilidades y prácticas necesarias para crear valor con IA a gran escala, incluida la identificación de oportunidades estratégicas de negocio y la obtención de los datos requeridos por las aplicaciones de IA. La mayoría de empresarios/as, directivos/as, CIOs sintió que la IA tendrá un impacto relativamente menor en su futuro empleo en general, a pesar del hecho de que la IA probablemente automatizará un tercio del trabajo existente, incluida la toma de decisiones de los CEO en grandes multinacionales.

Aunque todavía se encuentra en sus inicios, IA ya está brindando un valor significativo para aquellos que han adoptado la tecnología. El setenta y ocho por ciento (78%) informa haber obtenido un valor significativo o moderado, mientras que solo el 1% dice que no ha visto ninguno o un valor negativo. En todas las funciones comerciales, el valor fue más alto en la fabricación y la identificación de la gestión de riesgos, donde el 80% respondió haber recibido un valor significativo o moderado, seguido de la gestión de la cadena de suministro y el desarrollo de productos y servicios, con el 76%.

La encuesta del Estudio Advice de Éxito Empresarial de Digitalización preguntó sobre 11 prácticas básicas que permitirían a las organizaciones darse cuenta del valor potencial de la IA en calidad y cantidad. Los resultados confirmaron que la mayoría de las organizaciones tienen aún un largo camino por recorrer. Solo el 27% dijo tener acceso al talento interno y externo necesario para apoyar el trabajo de IA; el 26% dijo que sus líderes demuestran compromiso con las iniciativas de IA; El 18% afirmó que su compañía tiene una estrategia para acceder y adquirir los datos necesarios para que la IA funcione; el 17% remarcó que sus empresas han trazado las oportunidades potenciales de IA en toda la organización; y el 15% dijo que su empresa cuenta con la infraestructura tecnológica adecuada para respaldar los sistemas de inteligencia artificial. Casi una cuarta parte de los encuestados, el 24%, dijo que sus empresas no han desarrollado ninguna de las 11 prácticas sobre las que preguntó la encuesta. Y, la gran empresa es, en todos sitios, el único segmento empresarial más desarrollado en la adopción de la Inteligencia Artificial, aunque con funcionalidades todavía primarias.

Cuando se les preguntó sobre las barreras más importantes que enfrentan sus organizaciones para adoptar la IA, el 43% mencionó la falta de una estrategia clara, mientras que el 44% resaltó la falta de habilidades apropiadas. El 30% dijo que los silos funcionales (compartimento estanco) restringen el uso de soluciones de IA, y el 27% mencionó que sus líderes carecen del compromiso necesario con la IA.

La consecuencia es obvia: si se quiere un impacto positivo de IA en toda la empresa, no basta solo con la difusión de las capacidades de Inteligencia Artificial en toda la organización, sino también es imprescindible un verdadero entendimiento y compromiso por parte de los líderes empresariales para impulsar cambios a gran escala, así como un enfoque estratégico en la gestión del cambio mediante las tecnologías digitales.

Jorge Díaz Cardiel es socio director general de Advice Strategic Consultants